Del prejuicio al buen juicio
Laura Salvador Abril, técnica de empleo Incorpora en la entidad El Puente
Rebeca adalia
Valladolid
Sábado, 30 de enero 2021, 00:05
La mayoría de nosotros tenemos una opinión formada sobre las cosas y las personas. Solemos estar posicionados ante cualquier debate, disyuntiva o controversia, y solo cambiamos de parecer cuando una experiencia nos marca. A este dilema se ha enfrentado Laura Salvador Abril, maestra y psicopedagoga que en la actualidad trabaja como técnica de empleo en la Asociación El Puente Salud Mental, a través del Programa Incorpora de La Caixa.
No era consciente de sus prejuicios y ha tenido que derribar esas opiniones preconcebidas que estaban en su cabeza. Su trabajo consiste en ayudar a personas en riesgo de exclusión social con problemas de salud mental a encontrar un hueco en el mercado laboral. Cada día aplica diversos recursos y herramientas para mejorar las habilidades de estas personas con diagnósticos médicos que alteran en alguna medida sus vidas. «Al empezar a trabajar con estas personas me di cuenta de que tenía algunos prejuicios. Todos somos capaces conseguir lo que nos proponemos», explica Laura.
La asociación estudia cada caso de forma personalizada para ofrecer los servicios y herramientas que mejor se adapten a sus beneficiarios. Además, durante todo el proceso de inserción sociolaboral realizan un seguimiento. «Orientamos laboralmente a las personas para mejorar su empleabilidad», dice.
Laura agradece tener un trabajo tan gratificante. Ella es la intermediaria entre las empresas y los potenciales trabajadores. A las primeras les presenta el funcionamiento de la entidad para que tengan en cuenta su cartera de trabajadores cuando exista un puesto de trabajo. A los segundos les apoya en todo lo que está en su mano; desde ayudarles con las inscripciones en el paro, hacer un curriculum, registrarse en portales de búsqueda de empleo o a preparar las entrevistas. «Hay gente que llega a la asociación con pocas esperanzas porque no tiene experiencia o formación y lleva mucho tiempo sin trabajar», cuenta Laura.
Por suerte, esa desilusión se evade cuando encuentran un trabajo. Aunque lo que ahora no puede eludir esta joven de 26 años es que el teletrabajo le haya robado el «cara a cara» con sus beneficiarios.