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J.V. Muñoz-Lacuna
Toledo
Viernes, 8 de febrero 2019, 13:30
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El río Tajo, el más extenso de la Península Ibérica, «está al borde del colapso ambiental por la deriva de muchos años de gestión irracional condicionada por las reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura». Así lo afirma el «Manifiesto en Defensa de un Tajo Vivo» difundido este viernes en la clausura del Foro Ibérico del Tajo que se ha celebrado en Toledo. Un evento al que han acudido expertos medioambientales, representantes de universidades españolas y portuguesas y alcaldes ribereños.
Tras dos jornadas de debate, los participantes en este encuentro han alertado de los altos niveles de contaminación que sufre el río por vertidos de aguas residuales sin depurar, problema que no han solucionado los planes hidrológicos de cuenca aprobados en España y Portugal.
El «Manifiesto en Defensa de un Tajo Vivo» también pronostica que el cambio climático reducirá de forma acentuada los caudales en verano en las próximas décadas, lo que afectará al abastecimiento humano y a la producción hidroeléctrica y degradará aún más al río.
El documento revela, asimismo, que el Tajo a su paso por Extremadura es «un río artificializado que ha perdido su dinámica natural por estar sometido a un fuerte aprovechamiento hidroeléctrico y a la gestión de la central nuclear de Almaraz».
Como soluciones, el manifiesto propone que se ponga fin al trasvase Tajo-Segura, se establezca un régimen de caudales ecológicos y se reduzca o elimine la contaminación que padece el río «mediante un control más efectivo sobre los vertidos industriales, urbanos y agroganaderos».
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