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«La sobreprotección a los hijos es la desprotección más absoluta»

Óscar González, profesor y director de la Escuela de Padres 3.0, reflexiona sobre las bases de una crianza positiva en 'Educar y ser felices'

Álvaro Soto

Madrid

Sábado, 17 de abril 2021, 18:08

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La angustia, la culpa y el miedo son sentimientos que acompañan a todos los padres en la educación de sus hijos. Óscar Gutiérrez, profesor de Educación Primaria y director de la Escuela de Padres 3.0, cree, sin embargo, que la educación también puede ser un motivo de disfrute tanto para los adultos como para los niños. González, premio Magisterio en 2013 y autor de los libro 'Familia y Escuela. Escuela y Familia', 'El cambio educativo' o '365 propuestas para educar, entre otros, publica ahora 'Educar y ser felices' (B de bolsillo).

-¿Es importante que los padres sepan que la educación no es uniforme, sino que existen muchas maneras de educar a los niños?

-Es esencial que entiendan y comprendan que no hay una única forma correcta de hacer las cosas. Cada uno de nosotros vivimos una realidad distinta y por este motivo ni nosotros ni nuestros hijos aparecemos en un manual de crianza. Lo importante es que tomemos conciencia de que todas las herramientas que tenemos a nuestra disposición las debemos adaptar a nuestra realidad, tan distinta a la de otros padres y madres.

-¿Es común que unos padres se sientan mal al compararse con otros?

-Por desgracia es así, entramos en comparación con otros padres porque vivimos en una sociedad que nos empuja a ser 'los mejores' en todos los ámbitos: profesional, laboral… y también familiar. Debemos evitar aspirar a convertirnos en 'superpapás' o 'supermamás'. Es un error. Debemos poner el foco en ser y trabajar(nos) para crecer y ser un poquito mejores de lo que éramos ayer. Por nosotros, por nuestros hijos. Si queremos compararnos que sea con nosotros mismos, observando si ha habido una evolución, un crecimiento. Ahí está la clave, eliminando culpas y asumiendo que nos vamos a equivocar muchas veces.

-¿Qué pueden hacer los padres para combatir el miedo que muchas veces los paraliza?

-Tener miedo, tener miedos es algo natural. El problema es cuando estos miedos nos paralizan y gobiernan nuestra vida. Como padres vivimos toda una serie de miedos con gran intensidad porque nos enfocamos mucho en lo que tiene que venir (en el futuro) y se nos olvida vivir y disfrutar el presente de nuestros hijos. Estos miedos nos impiden educar con serenidad. Por este motivo animo a los padres a que se escuchen y tomen conciencia de la necesidad de eliminar estos miedos, identificando esos pensamientos negativos y catastrofistas que se repiten en nuestra cabeza. Es esencial preguntarse: ¿Estos pensamientos preocupantes me ayudan a ser más feliz, a sentirme mejor? Por tanto, cuida mucho lo que te dices. Además es necesario que recordemos cuáles eran nuestros miedos cuando éramos niños. Nos ayudará a empatizar mucho con nuestros hijos.

-Los niños aprenden más de lo que ven que de los que sus padres les dicen. ¿Qué pueden hacer para los padres para convertirse en un buen ejemplo para ellos?

-Efectivamente, los niños aprenden lo que viven y por este motivo nuestro ejemplo es fundamental. Los padres debemos ser un ejemplo de afecto y alegría de vivir… Eliminemos el rechazo, la ira, la frustración, etc. Nuestras actitudes son las que nuestros hijos van a imitar. ¿Quieres que tu hijo ame la vida sin temerla? Expresa en tu día a día hasta qué punto aprecias la vida. Y así con todo… Es necesario que desarrollemos una serie de cualidades que les permitirán caminar por la vida y afrontar los problemas que se les presenten en las mejores condiciones. Estas son solo alguna de ellas: optimismo, confianza, amor, humor, humildad... y sobre todo, saber apreciar las pequeñas cosas del día a día.

-La autoestima es clave para su desarrollo. ¿Qué pueden hacer los padres para reforzarla?

Podemos llevar a cabo múltiples acciones para que nuestros hijos crezcan con una sana autoestima. Estas cinco claves nos pueden ayudar a reforzarla: acéptalo como es, céntrate en tu hijo real; permítele que se equivoque, que cometa errores; proyecta una imagen positiva de ellos mismos; valida sus emociones, no quites importancia a lo que están sintiendo; y no les evites los conflictos.

-Existe una corriente de padres que sobreprotegen a sus hijos. ¿Qué beneficios da no sobreprotegerlos y qué se puede hacer para evitarlo?

-La sobreprotección es la desprotección más absoluta. La sobreprotección es fruto de nuestro miedo a que le pase algo malo a nuestros. Y como consecuencia, ponemos en marcha todo un mecanismo que nos hace proteger en exceso al niño impidiendo así que haga las cosas por sí mismo (cosas que es capaz de hacer sin ningún problema). Por tanto, los beneficios de no sobreproteger son básicamente: permitirle ganar en autonomía; permitirle crecer con límites pero sin limitaciones; permitirle hacer por si mismo las cosas, aunque cometa errores, aunque se equivoque, es una parte del proceso de aprendizaje. Para evitar esta sobreprotección debemos tomar conciencia de que se van a caer muchas veces en la vida y nosotros no estamos para anticiparnos en sus caídas, sino para acompañarlos, guiarlos y ayudarlos a que se levanten.

-¿Por qué es importante desterrar cualquier tipo de violencia o de castigos en la educación de los hijos?

-Porque el castigo es el recurso que empleamos cuando ya no nos quedan más recursos. Y no somos conscientes de sus repercusiones negativas. Pensamos que es efectivo, pero si entendemos la educación como un proceso a largo plazo vemos que no solo no es efectivo, sino que además es perjudicial para el niño. Generan ira, rabia, frustración, falta de autoestima, odio y resentimiento, ánimo de venganza, etc. Además, no va a la raíz del problema, sino que con el castigo solo ponemos el foco en la superficie: en la conducta, sin atender lo realmente importante que es la necesidad o el sentimiento que hay tras esa conducta. Y en cuanto al castigo físico destacar que poner la mano encima a un niño es un fracaso nuestro como educadores pero, sobre todo, como personas.

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