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Rueda de prensa de Isabel Celaá. EFE
Celaá tratará de sumar al acuerdo para el final de curso a las autonomías discrepantes

Celaá tratará de sumar al acuerdo para el final de curso a las autonomías discrepantes

La ministra, no obstante, insiste en que no se trata de pasar o titularse con asignaturas pendientes si no de «si cada alumno ha superado o no los objetivos generales de la evaluación»

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Viernes, 17 de abril 2020, 21:34

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La ministra de Educación aseguró este viernes que va seguir trabajando en los próximos días para que el acuerdo logrado el miércoles pasado con la mayoría de los consejeros del ramo para que la crisis del coronavirus no perjudique a los alumnos de las enseñanzas no universitarias, que han tenido que encarar un final de curso sin clases presenciales, se extienda a todas las autonomías, incluidas las que han mostrado discrepancias y por el momento rechazan adherirse al pacto.

«Seguiremos trabajando para extender el acuerdo, desde la cooperación y el diálogo. Sería una pena que, compartiendo la filosofía de la propuesta, no podamos ir todos juntos para aportar la certeza que la sociedad necesita en este momento» y para «estar a la altura de la comunidad universitaria», indicó Isabel Celaá en rueda de prensa en la Moncloa.

Las comunidades populares de Madrid, Andalucía, Murcia y Castilla y León han rechazado adherirse al borrador de orden ministerial con el que Celaá, con el apoyo de otras doce autonomías, busca establecer los criterios básicos que deben alumbrar el desarrollo del tercer trimestre de este año y la evaluación final en una situación «excepcionalísima». Dijo que la propuesta intenta que «ningún alumno pierda el curso» por culpa del cierre de las aulas y especialmente los más desfavorecidos, con serios problemas para seguir y aprovechar la docencia telemática, la única que se imparte desde el 12 de marzo. Euskadi tampoco suscribirá la orden, pero no por discrepancias si no por una cuestión competencial, ya que prepara su propio plan de criterios de evaluación.

Las líneas centrales de este pacto son que la evaluación de todas las asignaturas y del curso debe ser «continuada y global» –en la que la valoración académica del tercer trimestre solo debe pesar si es para mejorar la nota– y en la que la repetición tiene que ser algo «excepcionalísimo». La norma general debe ser que todos los alumnos pasen de curso y se titulen (en los casos de cuarto de la ESO y segundo de Bachillerato y FP) siempre que, de forma colegiada, los equipos docentes de sus centros consideren que así debe ser después de valorar todo su aprovechamiento general del año, en el caso de la promoción, o si consideran que ha superado los objetivos generales de la etapa educativa, en el de las titulaciones.

Las cuatro comunidades discrepantes están de acuerdo con la filosofía, pero exigen que la orden ministerial fije un límite nacional concreto de asignaturas suspensas con las que un escolar puede pasar este año de curso o titularse, porque caso contrario entienden que se puede romper la equidad y la igualdad de trato según los centros y las autonomías en que estudien los diferentes alumnos, que pueden decidir promocionar con más o menos materias suspensas. Caso contrario ya han avisado, de forma especial Madrid, que no se adherirán a la orden, por lo que sobre el papel no están obligados a cumplirla.

Sin cambios aparentes

Celaá dijo que trataría de sumar a estas autonomías al acuerdo, pero no aclaró que elemento novedoso está dispuesta a incorporar a la orden para contentar a las comunidades del PP y Ciudadanos. Lo que sí dejó claro es que, desde luego, la concesión no será fijar un número máximo de asignaturas suspensas con las que se puede promocionar o titular en la evaluación colegiada.

La ministra señaló que «no corresponde al ministerio fijar número alguno de asignaturas suspensas en el acuerdo» porque eso ya está descrito en la ley educativa, «que sigue vigente». Insistió en que la orden en elaboración lo único que trata es de dar un «paraguas» a los docentes, que «son los que tienen las competencias para evaluar», para que, en atención a la actual y extraordinaria crisis sanitaria, a la hora de calificar se olviden del concepto compartimentado de asignaturas para concentrarse en si cada alumno, dadas sus características y aprovechamiento concreto y particular en este contexto extremo, «ha superado o no los objetivos generales de la evaluación» del curso o del ciclo. Si la respuesta es que sí, deben promocionar o titularse, según el caso, y si es que no, repetir. «Esto no es aprobado general, porque la repetición puede darse», aclaró Celaá, pero la situación particular obliga, añadió, a que la repetición sea «una medida mucho más excepcional que nunca». No es lo mismo, a la hora de lograr la evaluación flexible y generosa que se persigue, ejemplificó, un alumno que «no hace nada en el primer y segundo trimestre –los únicos presenciales–, y que no hará nada en el tercero, que uno que ha hecho mucho en el primero y segundo y en el tercero tiene dificultad» por la anómala situación motivada por la epidemia.

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