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Clase de preescolar.
La educación preescolar es la más eficaz para reducir el fracaso escolar

La educación preescolar es la más eficaz para reducir el fracaso escolar

Un estudio asegura que, aunque es universalmente positiva, ayuda el doble a los hijos de las familias más desfavorecidas

borja robert

Jueves, 4 de diciembre 2014, 15:22

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Un estudio sobre aprendizaje y desigualdad asegura que la escolarización en etapas tempranas es la más eficaz para equiparar las oportunidades educativas de todos los niños. «Es universalmente positiva pero, además, ayuda un 100% más a los hijos de las familias más desfavorecidas», explica Héctor Cebolla-Boado, coautor de la investigación 'Aprendizaje y ciclo vital. La desigualdad de oportunidades desde la educación preescolar hasta la edad adulta', presentada este jueves por la Obra Social La Caixa. «Es el gasto más redistributivo y el que mejor permite reducir las diferencias». Además, aclara, es el más eficiente por coste y beneficio a la hora de reducir el fracaso escolar.

Las diferencias entre el aprendizaje de los niños, han encontrado los investigadores, tienen mucho que ver con la familia de origen de los niños que a otros factores. Una mezcla entre los recursos socioeconómicos y la educación de los padres. Y cuanto más tarde se integran en el sistema educativo más difícil es romper esas inercias.

«Existe la creencia de que la calidad del aprendizaje depende de los centros, pero solo una quinta parte de lo que demuestran saber los alumnos parece estar asociado a diferencias entre los centros», explica Cebolla-Boado. Ni si son públicos o privados, ni los recursos económicos o humanos de los que disponen, explica, representan un gran cambio. «Digamos que somos un país homogéneo pero de baja calidad», aclara. Y matiza que «la homogeneidad sería una ventaja si la calidad educativa fuese alta».

Ventajas y disfunciones

Una vez se superan los primeros años de escuela, explica el sociólogo, «los centros educativos apenas modifican las ventajas o disfunciones que traen los niños de casa». Apenas, reconoce, tienen capacidad para transformar las desigualdades que vienen de casa. Esto se acentúa con el paso de los años. Lo que es factible en preescolar se hace más difícil en infantil, aún más complicado en primaria y casi imposible durante la secundaria.

Los autores también han investigado los efectos que pueden tener las crisis económicas sobre las expectativas de los estudiantes de secundaria. «Aunque existe la creencia popular de que la crisis ha devuelto a mucha gente al sistema educativo, a lo que se le ha atribuido un efecto igualador, nuestros conclusiones son contrarias. Las crisis económicas no aumentan las expectativas de los alumnos sino que las deprimen. Y con ellas, es posible, que también vayan sus trayectorias reales», explica Leire Salazar, coautora del trabajo. «A todos les afecta, pero especialmente a los que tienen menos recursos, ya sean educativos o económicos, y también a los de un nivel intermedio, que ven una probabilidad de éxito futuro más incierta». Los que tienen más capacidad económica y son mejores estudiantes, aclara, ven una merma menor de sus expectativas.

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