«Mi día a día se hace cuesta arriba porque desde el minuto uno ya me levanto con cansancio»
Cuando Ismael Maceira tenía doce años le diagnosticaron covid persistente y desde entonces apenas sale de su casa. Sin embargo, ahora es CEO de una startup de terapias digitales
A los doce años y en primero de la ESO, Ismael Maceira era un «buen estudiante al que le gustaba hacer un montón de cosas», ... recuerda él mismo de aquellos tiempos que aunque parezcan lejanos fueron hace cuatro años. «Pero cuando cogí el covid comencé a vivir en un cuerpo que no me responde. Estuve mucho tiempo dando positivo y con síntomas. Pasé por diferentes especialidades, como cardiología, neumología o neurología hasta que en medicina interna me dijeron las palabras mágicas: tenía covid persistente», mantiene Maceira, ahora con 16 años y residencia en Bilbao. «Yo era un niño totalmente normal y de repente no remontaba para ir a clases. Perdí la retención oral y escrita, y estaba siempre con cansancio. No podía estudiar. Tenía un párrafo adelante y no había manera que me lo aprendiera. El ritmo de clase no me venía nada bien».
Con el diagnóstico se le abrió «un mundo totalmente desconocido», dice. «Nunca me imaginé que tendría que enfrentarme a una enfermedad crónica, que va a acompañarme durante toda la vida». Sin poder hacer ejercicio por el agotamiento ni leer sin marearse, y con asistencia domiciliaria de profesores para proseguir en el sistema educativo, se apoyó en la tecnología. «Siempre me gustaron los videojuegos», dice Maceira, que está ahora en segundo de bachillerato y reconoce que «a veces extraño ir al colegio», dice. «Hay veces que salgo a dar una vuelta». Mantiene a sus amigos gracias a aplicaciones de mensajería instantánea, entre otras plataformas.
«Mi día a día se hace cuesta arriba, porque desde el minuto uno ya me levanto con cansancio, un cansancio constante», relata Maceira. «En mi caso la parte neurológica está bastante afectada y lo peor es la incertidumbre por no tener ningún tratamiento ni herramienta que me ayudara a manejar mi enfermedad. Aún así intento mantenerme enfocado en avanzar. Mi apoyo ha sido la tecnología. Con videojuegos como League of Legends mejoré mi memoria y desarrollé la capacidad de retención que había desaparecido, porque tienes que enfocarte en muchos puntos de la pantalla. Entrené lo visual».
Entonces vivió una epifanía: «Al ver que me estaba funcionando, me pregunté a mí mismo: ¿por qué no puede funcionarle a más pacientes?». El siguiente paso fue hablar con un médico, para desarrollar esa idea y fundar una empresa, llamada Samira DTx, de la que Maceira es uno de sus principales ejecutivos. «Sé que no es muy común que alguien de mi edad sea CEO de una empresa, pero mi visión digital y mi experiencia como paciente crónico me hicieron emprender este camino en el mundo de la salud».
Terapia digital
Con esas dos horas de clases al día y los temas usuales de los jóvenes que cursan bachillerato, Maceira saca tiempo para asumir su rol en la 'startup': «Yo me encargo de dar visibilidad y de la organización, los adentros. Y soy la historia de la empresa».El joven directivo explica: «Nos dedicamos a la producción, desarrollo y comercialización de terapias digitales a nivel internacional, con evidencia clínica demostrada en eficacia y seguridad». ¿En qué consiste? «Como cuando estás mal te tomas un fármaco, pues así estarías tomando la terapia digital». ¿Un ejemplo de sus desarrollos? «Una IA de voz que detecta el ritmo respiratorio en pacientes con asma y EPOC».
La investigación comienza con las reuniones con asociaciones de pacientes y «con esas necesidades» pasan a diferentes desarrollos de «inteligencia artificial, realidad virtual, realidad aumentada, videojuegos terapéuticos y computación cuántica», asegura, para que «el paciente participe activamente en su tratamiento y se empodere en su enfermedad, porque las terapias digitales son el futuro de la salud». ¿Y cuál es la terapia que sigue el propio Maceira? «Yo actualmente no tengo ninguna».
¿Y el futuro? «Yo imagino un mundo donde las enfermedades crónicas no sean una carga constante».
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