El antes y el después para muchos niños
Jenifer Motos Jiménez y su marido participan en programas de refuerzo Caixa Proinfancia
La diferencia entre una buena y una mejor formación, educativa y vital, está siempre en manos de los padres. Jenifer Motos Jiménez y su marido, Aquilino, lo tuvieron claro desde que conocieron los programas de refuerzo Caixa Proinfancia, que imparte la Fundación Juan Soñador de Valladolid. Llegaron a ellos casi de rebote, mientras se interesaban por los cursos de búsqueda de empleo en el Centro de Acción Social de su barrio (Pajarillos).
Este matrimonio tiene dos niñas de 5 y 10 años. «Desde el principio tuvimos claro que iban a estar con gente distinta de la habitual. Era una oportunidad para salir del barrio». La experiencia arrancó con la hija mayor hace dos cursos. «Al principio, le costó ir, pero pronto estaba encantada», recuerda Jenifer. En las aulas Proinfancia, chicos y chicas reciben apoyo de refuerzo escolar y socialización, con actividades lúdicas y excursiones de todo tipo.
«Fue un antes y un después. Notas que avanza su desarrollo personal y se hacen más fuertes», asegura esta madre que sonríe al recordar las «rabietas que se cogía la hermana pequeña porque no podía ir con la mayor a estas clases». Desde el curso pasado, ese conflicto está arreglado. Las dos pequeñas van juntas al programa.
¿Sobresfuerzo escolar? «Todo lo contrario –dicen en casa–. Están deseando participar en las actividades con niños de entornos muy distintos al suyo». Proinfancia es también una ventana abierta para los padres ya que pueden participar en algunas de las excursiones de todo tipo que se organizan. «Se ha creado una pequeña gran familia con todos los padres», corrobora Jenifer que lamenta «la postura de esos progenitores que, teniendo la oportunidad de incluir a sus hijos, no se han comprometido y dejan pasar esta oportunidad».
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