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Una chimenea hidrotermal en el fondo del oceáno.
La vida lleva 3800 millones de años en la Tierra

La vida lleva 3800 millones de años en la Tierra

La investigación, publicada en 'Nature', establece que las primeras bacterias surgieron en la chimeneas termales que existen en lo más profundo del océano

P. Monteagudo

Viernes, 17 de marzo 2017, 23:27

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Desde hace décadas se conoce la existencia de «chimeneas» hidrotermales en las profundidades oceánicas. A través de grietas en la corteza terrestre se producen emanaciones de agua caliente, repleta de elementos químicos (hierro y otros minerales), que fluyen en entornos marinos con actividad volcánica, para posibilitar complejas reacciones químicas precursoras de la vida más antigua que se conoce en la Tierra.

Estas fuentes de agua caliente submarina son un caldo de cultivo similar al que en su día, hace millones de años, fue clave en el origen de la vida. El alto contenido de hierro de estos hábitats ha llamado la atención de los científicos, en su búsqueda de las primeras señales de vida bacteriana en la Tierra.

Hallazgos recientes apoyan la teoría de que los nutrientes que emanan de estas fuentes hidrotermales constituirían junto con el agua marina una especie de «sopa primordial» para la vida.

Un equipo multidisciplinar de científicos ha examinado una serie de muestras fósiles, de cuyo análisis se desprende que la vida floreció en la Tierra, en entornos hidrotermales hace 3800 millones de años. El descubrimiento reviste gran importancia ya que se acortan los tiempos entre la formación de nuestro planeta y el surgimiento de las primeras señales de vida orgánica. Esta información podría resultar crucial para la búsqueda de vida en el Universo.

Matthew S. Dodd, investigador del University College de Londres, es el primer autor del estudio que publica la revista Nature. Según afirma los fósiles analizados muestran evidentes indicios de actividad orgánica. Observando fragmentos de una roca conocida como jaspe, extraídos de un lecho rocoso en la franja de Nuvvuagittuq, situada en la costa oriental de la Bahía de Hudson (Canadá), se aprecian filamentos con trazas de hierro en la roca, unidos a pequeños conglomerados de bacterias cuyo metabolismo podría haber creado el carbono orgánico presente en las muestras. Parece improbable que todas estas características se hayan dado sin un origen biológico señaló Dodd-

Para llegar a estas conclusiones se utilizó una tecnología óptica muy sofisticada. Los científicos observaron microfósiles con la ayuda de microscopios electrónicos y utilizando un láser para descifrar la composición química de los minerales presentes en las rocas analizadas. En el proceso encontraron evidencias de actividad orgánica. Por otro lado, el uso de espectrómetros de masas permitió comprobar el origen hidrotermal de las rocas. Las posibilidades de un origen no biológico fueron consideradas y descartadas como poco probables.

El estudio confirma que la vida se abrió paso en los fondos oceánicos en el entorno de ambientes hidrotermales en un tiempo relativamente breve después de la formación de la Tierra. El análisis del material hallado en las rocas fósiles así lo señala. Las estructuras con forma de filamentos que fueron estudiadas se asemejan a colonias de bacterias que en la actualidad reciben energía alimentándose de hierro a través de complejos procesos químicos en el entorno de las fuentes hidrotermales que existen en algunos fondos oceánicos. Se puede afirmar que los restos analizados son producto de la descomposición natural de material biológico.

Este hallazgo plantea nuevas incógnitas sobre la posibilidad de vida extraterrestre, ya que en la misma época en que la vida surgió en la Tierra, también en el planeta Marte había agua líquida en su superficie, lo cual nos lleva a preguntarnos si existió vida en Marte, hace 4000 millones de años, -concluyó diciendo Matthew S. Dodd-

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