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Unos vecinos echan paja sobre el cochino sacrificado. C. Catalina
Villaverde de Íscar vive la tradicional Fiesta de Exaltación del Cochino

Villaverde de Íscar vive la tradicional Fiesta de Exaltación del Cochino

El hostelero Pedro García Colomo recibe el título de 'Matancero de honor' ante los vecinos y el público llegado de pueblos de Segovia y Valladolid

cruz catalina

Villaverde de Íscar

Lunes, 13 de enero 2020, 12:50

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Una tradición casi milenaria como es la de la matanza del cerdo requiere de una atmósfera propia del invierno más riguroso. Así fue, el tiempo gélido envolvió la sexta edición de la Fiesta de Exaltación del Cochino que celebra la localidad pinariega de Villaverde de Íscar, una cita que además sirve de aperitivo a los fastos en honor de San Sebastián Mártir, que tendrán lugar el próximo domingo día 20.

El acontecimiento, que marida diversión y gastronomía, repitió el éxito de los años anteriores. En esta ocasión, el título de 'Matancero de Honor 2020' recayó en el empresario hostelero Pedro García Colomo, fundador hace medio siglo del restaurante Los Chicos, que junto al Ayuntamiento de Villaverde de Íscar se encarga de la organización del evento. Esta distinción es un reconocimiento a toda una vida detrás de la barra de toda una gran familia que ha hecho posible que el predicamento acreditado de este establecimiento haya traspasado las fronteras locales hasta el convertirse en un referente de buen hacer y mejor yantar dentro de la provincia segoviana y de la comunidad castellana y leonesa.

Muy pocos eran los que sabían que Pedro García iba a ser el homenajeado este año. Así, el hostelero se llevó una gran sorpresa cuando se conoció el nombre del protagonista de esta jornada festiva.

Emocionado

Embriagado por la emoción, y entre los sonoros aplausos, el premiado agradeció a sus familiares este reconocimiento y les animó a continuar con el negocio por muchos años más; y ante los vecinos de Villaverde de Íscar y al público en general, el empresario se mostró agradecido por haber hecho de su establecimiento un lugar de encuentro, reuniones y celebraciones de todo tipo durante estos cinco decenios de trabajo, al tiempo que ensalzó la fiesta, el cochino y las tareas de la matanza. La celebración en honor al marrano tuvo varios escenarios, como el entorno de la calle Humilladero, la Plaza Mayor y el salón del restaurante organizador. Allí se congregó un buen número de vecinos y visitantes llegados desde diferentes localidades segovianas y vallisoletanas de la comarca, tanto para presenciar las labores matanceras como para almorzar y dar buena cuenta del menú degustación.

La jornada comenzó a las diez de la mañana con la suelta por los aledaños de la Plaza Mayor del cochino escogido para la ocasión, que pesaba algo más de 170 kilogramos. Los curiosos se acercaron a observar cómo el animal hozaba en los alcorques de los árboles que rodean este espacio público, mientras degustaban pastas, empiñonados y aguardiente a los sones de la música interpretada por un grupo de dulzaineros y tamborileros.

Tras ser sacrificado de acuerdo a la normativa vigente de la Junta por un matarife profesional, ayudado por un reducido grupo de hombres, se procedió a su chamuscado con paja de centeno. Primero con la tripa hacia abajo y después con las patas hacia arriba. A continuación procedió a su raspado y limpieza antes de la apertura en canal para extraer el vientre, intestinos y otras vísceras, y ser colgado en un andamio cabeza abajo para su oreo durante varias horas a la vista de todo el mundo.

Todo ello en medio de un copioso tapeo en el que no faltaron los torreznillos y otros productos elaborados del cerdo, como la morcilla. Luego vino el menú matancero en el que más de cien comensales dieron buena cuenta de una sopa castellana y judiones de La Granja de primer plato, y unos 'caprichos' estofados al vino tinto y pluma asada de segundo.

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