El 20% de las víctimas de siniestros laborales llevaban menos de tres meses en el trabajo
Segovia es la única provincia de Castilla y León que no registra fallecidos por infortunios ocurridos en la primera mitad del año
Lejos de estabilizarse, el número de accidentes laborales que conllevan baja médica sigue en aumento en Segovia. El repunte anotado en los últimos meses es ... superior al de la media regional, una tendencia que está motivada por la elevada incidencia de siniestralidad que presentan los asalariados, que triplica la observada entre los trabajadores autónomos. Dos de cada diez víctimas, ya sean con pronóstico leve o grave, acumulaban menos de tres meses de antigüedad en la empresa en la que sufrieron el percance. Afortunadamente, por el momento no ha habido que lamentar ningún fallecimiento por este tipo de incidentes en la provincia.
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La siniestralidad laboral permanece en cifras muy elevadas. Si bien es cierto que apuntan a la moderación, la primera mitad del año concluyó en Segovia con un repunte de los accidentes cercano al 0,6% respecto al mismo periodo de 2024. Es por ello que las formaciones sindicales CC OO y UGT advierten sobre la necesidad de rebajar estos umbrales por medio de la puesta en marcha de planes eficaces de prevención y la lucha contra la precariedad, además de la búsqueda de soluciones para paliar el imparable envejecimiento que padecen algunos sectores de actividad.
A lo largo de los primeros siete meses de 2025, el territorio segoviano ha contabilizado 1.245 percances laborales, siendo 14 de carácter grave y el resto, leves. Esto significa que los organismos oficiales han tramitado hasta 177 bajas médicas de media al mes, lo que en muchas ocasiones ha llevado aparejado ingresos hospitalarios. Hace tan solo quince años, el promedio se elevaba a 250. Por el momento, no ha habido que lamentar víctimas mortales, lo que convierte a Segovia en el único territorio de Castilla y León que carece de trabajadores fallecidos durante el desempeño de su labor, de acuerdo con la estadística actualizada por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, que recopila datos de hasta el mes de julio.
El 91% de los accidentes notificados en este lapso temporal se produjeron durante la jornada laboral mientras que el resto ocurrieron 'in itinere'. Es decir, en el trayecto habitual que realizan los empleados desde el centro de trabajo hasta su domicilio, o viceversa. Ya se apuntan más de un centenar de incidentes de este tipo, lo que ha supuesto el empuje de las cifras de siniestralidad en relación al año pasado.
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Todo ello cuando 2024 no fue un ejercicio del todo positivo en lo que respecta a los accidentes sufridos por trabajadores que desarrollaban su tarea cotidiana en Segovia. En agosto de aquel año, hubo que lamentar la muerte de un asalariado cuya actividad se basaba en el transporte terrestre y por tubería. Asimismo, los percances aumentaron un 3,4% en relación a 2023. Por este motivo, se constituye como la tercera provincia de la región que presenta una peor evolución. En aquel momento, tan solo fue superada por Zamora, al arrojar un fuerte repunte del 7,1% en el número de incidentes laborales; y Ávila, con un 3,4%.
Incidencia
Tanto el Gobierno como las organizaciones sindicales vigilan con lupa el progreso que la siniestralidad laboral en el seno de las empresas segovianas. La incidencia difiere según la edad, el sector o la categoría del trabajador. Por ejemplo, los accidentes son mucho más frecuentes entre los asalariados que entre el colectivo de autónomos. En el primer caso, el índice se sitúa en 262,9 percances por cada 100.000 afiliados, mientras que entre los trabajadores por cuenta ajena el mismo parámetro cae hasta los 89,3. Para el cálculo de este valor, se descuentan los accidentes sufridos por personas en prácticas de formación no remuneradas, ya que no figuran entre los cotizantes al sistema público de la Seguridad Social.
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Si se echa un vistazo a la comparativa regional, Segovia se encuentra muy por encima del promedio de incidencia tanto en el caso de los trabajadores por cuenta ajena como en el índice de autónomos. Es la tercera provincia de la comunidad autónoma donde los siniestros laborales se repiten con mayor frecuencia y tienen más repercusión entre la población, pues tan solo está precedida de Soria y Burgos, según el avance de datos publicado por el Ministerio.
La Junta de Castilla y León ahonda más en la estadística, lo que permite conocer el sector de actividad al que pertenecen los trabajadores que sufrieron accidentes graves, que son los que causan lesiones significativas, precisan asistencia médica urgente y pueden dejar secuelas. Los siniestros donde el pronóstico de la persona herida fue más preocupantes ocurrieron en establecimientos residenciales, comercios al por mayor, establecimientos de servicios hosteleros, fábricas de productos metálicos, así como de plástico y caucho; obras en construcción, en el transporte terrestre, la agricultura y ganadería o en centros pertenecientes a la Administración Pública y defensa. Esta última sección se repite en el caso de los incidentes 'in itinere', lo que incluye caídas o accidentes de tráfico, aunque los dos que se anotan hasta el momento son leves.
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Infartos e ictus
El Consejo Económico y Social de Castilla y León llama la atención sobre diversos aspectos. Un informe que recopila datos extraídos de la Consejería de Industria, Comercio y Empleo especifica que la práctica totalidad de incidentes que son considerados siniestros laborales son traumáticos, ya que en 2024 tan solo se contabilizaron tres accidentes 'no traumáticos', una categoría bajo las que se representan las enfermedades de comienzo súbito. Principalmente se trata de patologías cardiovasculares o cerebrovasculares, como son infartos o ictus.
Los siniestros donde el pronóstico de la víctima fue más grave ocurrieron en establecimientos residenciales, comercios al por mayor y establecimientos hosteleros
Los infortunios son también más habituales entre los asalariados con contrato indefinido que los que están adscritos al régimen temporal, lo que se puede atribuir a que la mayoría de trabajadores son fijos. Hay mayores diferencias si se analiza la antigüedad de los empleados, ya que un tercio de los accidentes afectan a personas que llevan más de tres años en la empresa, mientras que el 20% los acaparan aquellos que no alcanzan los tres meses de duración. Es decir, son los veteranos y los principiantes, con poca o ninguna experiencia, los que monopolizan los siniestros laborales. El menor porcentaje de accidentes lo ostentan aquellos cuyo contrato cumple una vigencia de entre cuatro y once meses.
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Es un aspecto que está íntimamente relacionado con la edad de las víctimas que solicitan baja médica al sufrir un percance en su centro laboral. El colectivo de trabajadores más afectado por la siniestralidad es el que tiene de 46 a 55 años, que protagonizan el 27% de las ausencias tramitadas; y están seguidos muy de cerca por aquellos que tienen entre 36 y 45 años. En proporción, según la edad de los afiliados a la Seguridad Social, los que tienen entre 26 y 35 años tienen más probabilidad de lamentar un accidente durante la jornada de trabajo. A lo largo de 2024, hubo tres menores de edad que cursaron baja por un siniestro.
Finalmente, el análisis elaborado por la Administración regional visibiliza las fluctuaciones que experimentan los índices de siniestralidad según la época del año. En este sentido, el último trimestre del año es el que suele acumular la mayoría de los accidentes acaecidos durante la jornada laboral, lo que puede atribuirse a la celebración de campañas especiales de empleo, como es la que coincide con la época navideña. A ello se une el periodo estival, que acapara aquellos incidentes que revisten una mayor gravedad para la víctima.
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