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Parte del arroyo Roduelos canalizado por el Ministerio de Fomento durante las obras de desdoblamiento de la SG-20. Antonio Tanarro

El vertedero de Roduelos permanece «sin sellar» décadas después de su clausura

El propietario de Hípica Eresma critica el estado del basurero utilizado en la segunda mitad del siglo XX

quique yuste

Segovia

Sábado, 29 de septiembre 2018, 14:31

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Muchos segovianos, si se les pregunta por el vertedero de Roduelos, reconocerán su ignorancia acerca de su paradero. Otros, sin embargo, tirarán de memoria y recordarán que durante varias décadas del siglo XX allí iban a parar residuos de todo tipo generados en la ciudad. Situado entre los márgenes del arroyo con el mismo nombre y la zona comprendida entre la carretera de Palazuelos de Eresma y la cañada del Martinete, el vertedero de Roduelos se ubicaba sobre una superficie de 100.000 metros cuadrados gracias a un acuerdo entre el Ayuntamiento de Segovia y los propietarios de la parcela, que permitían arrojar allí todo tipo de deshechos a cambio de que el terreno quedase nivelado.

Así funcionó el acuerdo hasta que a finales de los setenta, y debido a la inestabilidad del terreno y al cada vez mayor número de residuos allí acumulados, se produjo un derrumbe de escombros sobre el cauce del arroyo Roduelos. Como consecuencia del desprendimiento se formó una pequeña presa. El agua comenzó a acumularse hasta el punto de inundar la carretera de Palazuelos de Eresma, que llegó incluso a ser cortada, siendo necesaria la intervención de los bomberos para, mediante una voladura, restablecer el cauce normal del agua por el arroyo.

El incidente, muy sonado en Segovia, supuso el cese de actividad del vertedero y los residuos que durante décadas iban a parar al oeste de la ciudad encontraron nueva ubicación en el vertedero del Peñigoso, en Zamarramala. Pero la clausura del basurero de Roduelos no trajo consigo su sellado. Pasaron años, con los residuos al aire libre, hasta que se acometieron las primeras intervenciones, que consistieron en tapar parte de los taludes con escombros y restos de excavaciones.

Ya en la década de los noventa, y ante el inminente inicio de las obras de la circunvalación, el vertedero de Roduelos fue el centro de no pocos debates en Segovia y en la región pidiendo su sellado definitivo. Sobre todo, cuando el río Eresma –del que es afluente el Roduelos– presentaba a su paso por el barrio de San Lorenzo y la Alameda del Parral un tono verdoso como consecuencia de los lixiviados que del viejo vertedero caían sobre la ribera izquierda del Eresma y que procedían de los productos tirados en el vertedero por la antigua fábrica de Gurruchaga.

Con el inicio de los trabajos en la SG-20 se llevo a cabo el vaciado y sellado del tramo por el que discurren los viales de la circunvalación, una actuación que según Enrique Camiruaga, propietario de Hípica Eresma (cuyas instalaciones se encuentran sobre el antiguo vertedero), fueron insuficientes al abarcar un 10% del volumen del basurero. «Donde intervinieron quedó todo bien aislado», reconoce Camiruaga, quien recuerda que durante la construcción de la circunvalación se produjo el corrimiento de un talud que dejó al descubierto basura (plásticos y cristales en su mayoría) que llegó al cauce del Roduelos con las primeras lluvias de la primavera.

Durante los años posteriores, los trabajos sobre el antiguo vertedero han brillado por su ausencia según el propietario de Hípica Eresma. «No está sellado. Es lo primero que hay que tener claro», afirma, a pesar de que en la memoria anual de la Delegación Territorial de Segovia de 2003 figura el sellado del vertedero con un coste de 107.000 euros. Durante estos años, Camiruaga ha acometido a nivel particular distintos trabajos en sus terrenos para afianzar y sujetar los mismos. «Aquí han aparecido hasta bolsas de sangre del Hospital 18 de Julio», confiesa. Por ello, y porque considera que mantener el vertedero sin sellar «es un peligro», solicita a las administraciones que tomen cartas en el asunto. Ya mantuvo una reunión con el exconcejal de Urbanismo, Alfonso Reguera, y espera poder hacerlo en próximas fechas con la nueva responsable del área en el Ayuntamiento, Claudia de Santos. Eso sí, el tiempo corre en contra. Y es que las obras de la SG-20 suponen una «gran oportunidad» para proceder al sellado del vertedero debido a los materiales utilizados en los trabajos y a los caminos habilitados para la construcción del viaducto sobre el Eresma, que serían de gran ayuda para acometer la intervención.

Hasta la fecha, la última intervención realizada por la administración ha sido la acometida por Fomento, que ha consistido en la canalización del arroyo Roduelos en un tramo que el propietario de Hípica Eresma considera «insuficiente», ya que «lo ideal sería que se hubiera hecho 100 metros más hasta la zona de la cascada para evitar la contaminación del mismo», declara Camiruaga, señalando una nueva denuncia del Seprona esta primavera por tonos verdosos del agua del arroyo.

Competencia

Durante buena parte de los noventa y los primeros años del siglo XXI, el sellado del vertedero de Roduelos enfrentó al Ayuntamiento de Segovia y a la Junta de Castilla y León, que se acusaban mutuamente sobre qué administración era la competente para realizar los trabajos de sellado. Una discusión que se mantiene en la actualidad según las fuentes de ambas instituciones consultadas al respecto. No obstante, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León anunció una inversión de 131 millones de euros para completar el sellado de más de 500 vertederos en toda la región antes de 2017. En la provincia de Segovia se invirtieron 528.000 euros para precintar los vertederos de Veganzones y Basardilla.

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