Un verano casi en blanco
Algunos de los grupos musicales, teatrales y de baile de Cuéllar comienzan a retomar su actividad, mientras otros no se plantean ni organizar un ensayo
mónica rico
Cuéllar
Domingo, 26 de julio 2020, 11:45
Poco a poco y con todas las medidas de seguridad, la cultura en Cuéllar va retomando el pulso que tenía en veranos anteriores. Con espacios y aforos reducidos, espectáculos infantiles y conciertos, a través de ciclos clásicos o novedosos, van tomando las calles y las noches del periodo estival. Sin embargo, a la mayoría de grupos cuellaranos les está costando regresar a esta nueva normalidad. Conjuntos de danzas, teatro, canto y música tienen distintos proyectos por delante, aunque algunos ni siquiera han comenzado sus ensayos.
Es el caso del Grupo de Danzas Villa de Cuéllar, cuya directora, Conchi Bayón, explica cómo suspendieron todas las actividades. En estos momentos han presentado un proyecto al Ayuntamiento de Cuéllar, aunque para su desarrollo aún no tienen fecha concreta. Y es que, de hecho, aún ni siquiera han comenzado a ensayar, si bien su intención es hacerlo en breve. Han solicitado al Ayuntamiento la cesión del espacio que utilizaban habitualmente para ello en el colegio Santa Clara, el antiguo comedor, de grandes dimensiones, que incluso se podría unir al gimnasio, separado por unas compuertas que se pueden abrir, por lo que tendrían sitio suficiente para mantener la distancia de seguridad.
«Ahora estamos intentando ponernos en marcha», explica Bayón, aunque recuerda que no tienen actividades previstas en el calendario, y señala que también hay reticencia por volver a los ensayos por parte de miembros del grupo, lo que «es muy lícito», por lo que su intención es que «los que podamos, nos pondremos en marcha, aunque nos dé un poco de miedo. Los demás se irán incorporando poco a poco».
Si bien, el Grupo de Danzas Villa de Cuéllar no ha estado parado durante el estado de alarma. Aunque no han podido bailar, han puesto su granito de arena en la confección de material de protección para sanitarios. Bayón recuerda que contactaron con ella desde la Asociación Española Contra el Cáncer de Segovia para ver si quería colaborar como costurera, y junto a su respuesta afirmativa, solicitó la colaboración de la agrupación que dirige. Todos ellos, además de familiares y amigos, se pusieron en marcha. Crearon vídeos para pedir ayuda económica, consiguiendo una recaudación de 4.700 euros que se destinaron a la adquisición de tela y material para la realización de mascarillas, batas, patucos y gorros. En total, a través del grupo se consiguió realizar 35.000 mascarillas que se entregaron en Madrid, Salamanca, Santander, Cádiz, Valencia y muchos puntos de la provincia de Segovia, como las bases de emergencias de Segovia, Cuéllar y Nava de la Asunción, residencias de Carbonero el Mayor, Valverde del Majano, Nava de la Asunción, supermercados de Cuéllar, comedores sociales de Madrid, distintos puntos de Guadalajara e incluso abastecieron a Circos Reunidos, especialmente con mascarillas infantiles.
«Personalmente yo he recurrido a amigos para poder conseguir tanto las telas como los repartos», señala Conchi Bayón, que también recuerda múltiples donaciones no sólo económicas, sino también de telas, goma y otro material, las ayudas con el reparto e incluso una pieza de tela de manta térmica de grandes dimensiones donada por un grupo de agricultores de Chañe. «El despliegue ha sido tremendo», apunta, señalando que la ola de solidaridad se ha extendido por toda la provincia, con casi medio millar de personas cosiendo.
Coral
También los integrantes de la coral cuellarana pusieron su granito de arena durante el estado de alarma, colaborando y realizando una donación a una de las residencias de la localidad, con el fin de que pudieran adquirir equipos de protección y todo lo necesario en unos días que fueron complicados. Fue en el mes de mayo cuando la agrupación también tuvo que suspender su tradicional ciclo Así Cantan las Corales, que se iba a desarrollar este mismo mes de julio. En abril se fueron cayendo las fechas que el coro tenía en el calendario y ahora mismo, aunque están en contacto con el Ayuntamiento, han dado el verano por perdido y tienen la mirada puesta en la celebración de su tradicional concierto de Santa Cecilia, que se celebraría el 22 de noviembre.
Aunque aún queda mucho tiempo por delante, el principal escollo sería la situación de los miembros de la coral (entre 30 y 40 personas) para poder guardar la distancia de seguridad. Habitualmente el concierto se celebra en la iglesia de San Miguel, pero ya se están barajando otras opciones, como la sala Alfonsa de la Torre, donde también se tendría el problema de la distribución, pues el escenario no es de grandes dimensiones; o la iglesia de San Martín.
Si bien, ahora mismo su mayor problema es «cómo nos vamos a organizar en los ensayos», según señala el presidente de la Coral Cuellarana, Efrén Pascual, que señala que en estos momentos «hay que tener tranquilidad, no sirve correr», y es pesimista respecto a actuaciones en los próximos meses. «Los miembros de la coral estamos ansiosos por cantar», asegura Pascual, «pero tenemos ciertas dificultades», que comienzan por un espacio para ensayar, puesto que donde lo realizan habitualmente, en La Magdalena, es un espacio de dimensiones reducidas, por lo que queda descartado. El Ayuntamiento les ha ofrecido otros espacios que están barajando, pero, de momento, no se plantean volver a unirse, al menos, hasta septiembre. «Lo tenemos muy mal, muy difícil», asegura el presidente de la Coral, que apunta también que la mayoría de los miembros del grupo son mayores «y somos los que más riesgo corremos». Aunque sin fecha, la agrupación tiene dos compromisos sellados con las corales que iban a participar en el festival Así Cantan, por lo que deberían realizar viajes a Úbeda y a Vilagarcía de Arousa, lo que podría ocurrir el primer fin de semana de mayo de 2021.
Teatro
Una situación también complicada, aunque algo más positiva, se detecta en algunos de los grupos teatrales de la villa, como la compañía de teatro profesional Maricastaña. Su directora, Nuria Aguado, apunta que «ahora mismo está muy de capa caída», y más teniendo en cuenta que antes del estado de alarma se dio de baja de la actividad, ante la falta de fechas en el calendario, por lo que ni siquiera pudo acceder a las ayudas de autónomos.
Sin embargo, señala que a nivel creativo sí ha realizado acciones durante el confinamiento, como alguna creación en vídeo y ha trabajado sobre un espectáculo de microteatro que se estrenó el pasado fin de semana en Cuéllar en la programación Patios. «En ese sentido estamos contentos, porque la cabeza y la imaginación no han parado». Aguado también trabaja para la compañía Títeres de María Parrato, donde sí que contaban con varias fechas cerradas para el verano, que se suspendieron.
La obra de microteatro que Maricastaña estrenó el pasado fin de semana es 'Resplandor en la editorial', en la que Aguado comparte escenario con Fernando Cárdaba, otro actor cuellarano, que también es miembro del grupo de teatro Zereia, con el que hace unas semanas han comenzado a retomar los ensayos, cuestión que «está resultando un poco más difícil, porque hay que tomar distancias».
En estos momentos están ensayando una nueva creación, 'El producto', lo que esperan poder presentar a finales de septiembre, y si la situación se complica, otra fecha es noviembre, en las muestras de teatro que se celebran en el Juan Bravo de Segovia. «Estamos ensayando como podemos», apunta Cárdaba. Por el momento, con esta nueva obra no tienen citas cerradas, aunque se ha propuesto al Ayuntamiento poder realizar una de las piezas a finales de septiembre. Si bien, Zereia tiene una cita con su obra 'La liga de las mujeres', que se ha podido cerrar esta misma semana, por lo que el 5 de agosto actuarán en Torrescárcela.
Fernando Cárdaba también es miembro de la compañía de teatro Mutis, con la que esta misma semana han tenido la primera función. «Fue muy raro», afirma. «Los programadores que se atreven lo están haciendo muy bien, con distancias, con muchas medidas, pero yo creo que hay que continuar con ello. Estas cosas sí que se pueden hacer de manera segura». Mutis fue uno de los grupos que tuvieron que cancelar muchas fechas. Su obra 'El sótano encantado' era la protagonista de la campaña escolar de teatro 2020 de la Diputación, que se iba a comenzar a representar en marzo, por lo que «para nosotros fue tremendo. Se cayeron de repente 30 funciones».
La Banda Municipal
Sin citas cerradas, pero con propuestas es como se encuentra la Banda Municipal de Música de Cuéllar, que retomó los ensayos el 1 de julio. El Ayuntamiento les ha facilitado un espacio grande y al aire libre, el patio de Tenerías, donde la música suena todas las semanas con cautela, pero aprovechando las horas, por lo que Rubén Darío Valentín, uno de los directores de la banda, apunta que «los miembros están respondiendo muy bien. Están sonando tres obras nuevas ya prácticamente, con tan sólo cuatro ensayos».
Todo ello con la mirada puesta en realizar algún concierto en los próximos meses en Cuéllar. Sería de aproximadamente una hora de duración, con repertorio popular y aforo limitado, en espacios grandes como la Huerta de la Alegría, la Plaza Mayor o en algún barrio. Aunque existen ideas, la banda prefiere no hacer muchos planes a largo plazo y de momento se ha limitado a las actuaciones propuestas por el Ayuntamiento, aunque sí estaría dispuesta a moverse por la provincia.
Para la Banda Municipal de Música de Cuéllar las actuaciones tienen otro escollo que salvar, cómo es un escenario, debido al gran número de músicos existentes, por lo que se plantean conciertos a pie de calle. En estos momentos, en los ensayos en Tenerías ocupan prácticamente todo el patio y eso con unos 50 músicos, teniendo en cuenta que algunos de los miembros de la agrupación de mayor edad aún son reacios a acudir a los ensayos, puesto que son grupo de riesgo y «son más cautelosos».
«Estamos muy contentos de poder haber vuelto a los ensayos, los primeros días ni nos lo creíamos», asegura Rubén D. Valentín, aunque remarca que estos se realizan también con todas las medidas de seguridad. No faltan las mascarillas y los geles hidroalcohólicos.