Segovia aprovecha las dos horas extra con las terrazas abiertas antes de volver al horario limitado
La confusión entre los hosteleros y clientes sobre si podían permanecer este martes hasta las 22 horas se ha disipado cuando la Policía no se ha acercado a avisar del horario de cierre
El reloj de la Casa Consistorial de Segovia da las ocho campanadas. A estas horas, los bares de la Plaza Mayor de la ciudad estarían ... ya cerrados y recogidos por el toque de queda impuesto hace 31 días por la Junta de Castilla y León. Este martes, sin embargo, muchas terrazas estaban casi llenas de clientes y los camareros se apresuraban de un lado a otro con la bandeja para atender las comandas. Pero no las tenían todas consigo.
Un empleado de un restaurante de la elipse segoviana había preguntado a la Policía Nacional que suele patrullar la zona para garantizar que se cumple el horario de cierre de los negocios y las restricciones de movimientos de los ciudadanos. «¿A las ocho o a las diez y me han dicho que tenía que cerrar a las ocho, pero mira...» y señalaba la animación de clientes sentados en la terraza disfrutando de unos sorbos y unos bocados al aire libre y al calor de las estufas, aunque la tarde-noche es más bien templada en la ciudad para estas alturas del calendario, martes de Carnaval.
Otro hostelero vecino rellenaba las copas de vino de unos comensales y admitía que hasta las ocho menos cuarto no había tenido seguro que podía permanecer abierto este martes hasta las diez. Bienvenido sea, porque la terraza funcionaba a pleno rendimiento, sobre todo de estudiantes de IE University.
«Otros días la Policía está por aquí», comentaban estos clientes. Eran las ocho y veinte y solo se veía una patrulla agazapada junto a la Catedral. «Saben que no pueden hacer nada», se jactaba uno de los chicos, conocedor de que al menos este martes podría alargar la reunión con sus amigos hasta las diez de la noche.
La bonanza meteorológica y que hoy los escolares habían tenido fiesta también ha favorecido que las arterias del casco histórico estuvieran más transitadas que jornadas atrás. Unos jóvenes estudiantes que paseaban por la Calle Real reconocían que habían salido a dar una vuelta «porque hace bueno y porque hoy se puede», en alusión al auto del Tribunal Supremo que tumba el adelanto del toque de queda de la Junta.
¿Pero y mañana? Estos universitarios admitían desconocer lo que había anunciado el presidente del Gobierno autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, de que este miércoles bares, centros culturales, restaurantes y comercios, salvo los esenciales, retomarán la bajada de persiana de las ocho de la tarde. Ha sido un espejismo de una tarde-noche. Y añadían no entender muy bien por qué ellos sí podrán estar en la calle hasta las diez de la noche.
Comercios cerrados
El comercio del centro, salvo excepciones de alguna tienda de productos gourmet, cerró a las ocho. «No nos afecta tanto», exponía la dependienta de una tienda de productos para el hogar que terminaba de ordenar unos artículos en una estantería. «Pero se nota más gente a estas horas por la calle», añadía cuando faltaban cinco minutos para las ocho. Los comercios vecinos ya habían echado la verja.
Dos mujeres mayores en la Plaza Mayor trataban de llegar a un consenso. entre tanta confusión. «Nos vuelven locas, entonces mañana [por el miércoles] si quiero llevarme un café como se hace por la mañana, ¿voy a poder hacerlo?», decía una. Su interlocutora se encogía de hombros y respondía: «Lo que sé es que nosotras vamos a poder estar por ahí hasta las diez, lo que no sé es qué pasará con las terrazas».
Otra céntrica y transitada zona de la ciudad es la avenida del Acueducto. Aquí también la terrazas presentaban un aspecto que los propios hosteleros casi ni recordaban. En un enclave comercial y de oficinas, muchos segovianos aprovecharon la propina de dos horas para unos tragos a la salida del trabajo después de un mes sin poder hacerlo. «La Policía Local nos ha dicho que podemos abrir hasta las diez», comentaban los empresarios de esta arteria a sabiendas de que esta noche era la excepción y que mañana a las ocho de la tarde, tendrán que haber cerrado ya.
Unas madres con sus niñas pequeñas disfrazadas de princesas afirmaban que conocían que hoy podían estar más allá de las ocho en la calle, «pero mañana hay colegio, así que aprovecharemos un poco que hace bueno pero nos iremos pronto», apuntaban que no iban a apurar hasta las diez.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión