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La Plaza Mayor de Segovia, abarrotada de público que siguió el espectáculo de Jam durante el festival Titirimundi de Segovia.
Titirimundi contabiliza 62.000 espectadores y un 98% de las entradas vendidas

Titirimundi contabiliza 62.000 espectadores y un 98% de las entradas vendidas

La web del festival registró más de 100.000 visitas y el 90% de los tiques para los espectáculos de los patios se vendieron a través de Internet

el norte

Martes, 19 de mayo 2015, 21:04

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Titirimundi contabilizó 62.490 espectadores en la pasada edición, unos 15.000 más que en 2014, y vendió el 98 por ciento de las entradas disponibles, según el balance realizado hoy por la organización. En total, el Festival Internacional de Títeres de Segovia ofreció 243 funciones en la capital del 13 al 17 de mayo, nueve más de las previstas inicialmente, tras negociar más actuaciones con varias compañías que habían agotado sus aforos.

En espacios cerrados registró 13.895 espectadores, 2.300 más que el año pasado, un incremento que la organización atribuye a la calidad de los espectáculos y las facilidades que se ofrece con la venta anticipada, online y en varios puntos de la ciudad, aparte de las citadas funciones extra. En concreto, el 90 por ciento de las entradas de los patios se vendieron a través de internet, y las compañías que accedieron a ofrecer más representaciones fueron Teloncillo (con su obra Nidos), Rodorín (Cachivaches de la A a la H), Titiriteros de Binéfar (Maricastaña), El Retablo (Giuseppe y Peppina) y Taiyuan Puppet Theatre (Un mar de marionetas).

Con un programa repartido en cinco jornadas, Titirimundi ofreció una media de 46 funciones al día a cargo de un total de 32 compañías de 12 países (Alemania, Brasil, Canadá, Chile, España, Francia, Israel, Italia, Perú, Reino Unido, República Checa y Taiwán) que desplegaron su arte por nueve patios y siete ubicaciones de calle, informa Ical.

Así, 6.530 localidades se vendieron para poder ver los espectáculos de los patios y asistir a montajes como Corococó de PAI, El Circo de las Pulgas o La femme blanche de Magali Chouinard, entre tantos otros. En las funciones de interior se registraron 4.649 personas (1.339 en el Teatro Juan Bravo, 1.770 en La Cárcel, 840 en La Alhóndiga, 400 en el Museo Esteban Vicente y 300 en el Palacio Quintanar), y 2.716 niños en las 19 funciones escolares de La Cárcel, La Alhóndiga, la antigua escuela de Magisterio y el Andrés Laguna.

Además, Titiricole aunó a 1.250 niños de 11 colegios (una cifra superior a la de pasados años) y a los espectadores de la calle que se acercaron a ver la labor de los actores más pequeños de Titirimundi, con el mismo ímpetu que en el resto de las representaciones de la programación.

En la calle el público fue multitud, sobre todo en la calle Real y el Azoguejo, a los pies del acueducto, gracias al buen tiempo que acompañó todo el festival y que prácticamente llegó a colapsar algunos puntos del centro en las horas punta. El mismo público que abarrotó los espacios destinados a las representaciones en las plazas de la ciudad, donde no había ni un resquicio que funcionara como mirilla para poder ver apenas un fragmento de las representaciones, destaca la organización.

De hecho, 48.595 espectadores, 12.000 más que en la pasada edición, invadieron las plazas de San Martín, Mayor, Trinidad, La Merced y el Azoguejo (con el carrusel y los talleres infantiles de construcción de títeres), así como el paseo del Salón y los barrios de Segovia.

Repercusión en Internet

Alrededor de 30.000 programas de mano se repartieron durante el festival y, como objetos deseados, el público adquirió gorras de Titirimundi, cuadernos y camisetas de todos los tamaños, merchandising que ya creó el festival el año pasado con la frase Con ojos como platos.

En cuanto al impacto en la red, la web de Titirimundi, que este año estrenaba diseño y estructura, fue consultada por 25.000 usuarios y tuvo más de 100.000 visitas a través de sus diferentes pestañas. La mitad de las consultas se realizaron a través de dispositivos móviles gracias al diseño responsive de la página.

Su blog recibió 5.119 visitas, 3.500 más que en 2014, cuando se puso en marcha como cuaderno de navegación (en la dirección http://festivaltitirimundi.wordpress.com/) para convertirse en un álbum de sueños y de recuerdos de cada edición. Fue seguido por 1.386 personas en solo una semana, con visitas procedentes de España, Italia y Portugal, entre los países más destacados, que vieron Titirimundi a través de 12 post.

Asimismo, la página de Facebook, con un alcance total de 44.861 visitas (17.000 el día 13 de mayo), registró 8.404 likes y una interactuación de 3.695 personas. Fue seguida por fans españoles en su mayoría (Segovia, Madrid, Valladolid y Barcelona) y por seguidores afincados en Argentina, Italia, México, Reino Unidos y Brasil, con un 59 por ciento de mujeres.

La edición de este año se dirigía especialmente al público adulto, sin dejar de lado el infantil y el familiar, con el ánimo de romper tópicos en torno al mundo de la marioneta. Apostó de este modo por propuestas arriesgadas y compañías emergentes, como Riserva Canini, Polina Borisova o Pigmalião Escultura Que Mexe; y por un homenaje a ese teatro de objetos que juega con la literatura, esencia del teatro de títeres, con espectáculos que permanecerán en la memoria, como Del Lazarillo de La Chana, El avaro de Pelmànec y Tábola Rassa o El circo Malvarrosa de La Estrella, entre otros.

Destacaron también para la organización delirios escénicos como Paper Cut, de Yael Rasooly, o espectáculos que simbolizan Titirimundi y todo lo que significa: el teatro de la ilusión, con Leo, de Y2D Producciones; o el encuentro lúdico que llegó de la mano de Las XL y su Abandónate mucho.

En la calle se pudo disfrutar de grandes maestros titiriteros como Hugo Suárez, Jordi Bertrán y Rocamora Teatre, que ofrecieron montajes que se deslizaban entre la tradición y la creación más genuina de las marionetas de hilo o de la pantomima, junto con las marionetas de guante de Taiwán, y la vanguardia de artistas como la canadiense Magali Chouinard y los británicos Men in coats. También montajes de pequeño formato en espacios poco convencionales, como la caravana de Miguelillo, microteatro mágico en el que la ilusión y el ilusionismo viajarán de la mano; los escaparates de la Ferretería Arana o las Lencerías Nevado y Serrano, en los que Quico Cadaval desplegó su Conversatorio, medidas variables.

Y los montajes para bebés y público infantil de La Maquiné, Elfo Teatro, Teloncillo, PAI, Titiriteros de Binéfar o Mimaia hicieron las delicias de niños y mayores, con montajes que buscaban la belleza y la sutilidad para mostrar los grandes aspectos de la existencia.

Extensiones

En cuanto a sus extensiones, Titirimundi llegó este año a otras seis capitales de Castilla y León (Ávila, Burgos, León, Salamanca y Valladolid, así como una importante colaboración con el Festival de Zamora) con la participación de 17 compañías; y a Madrid capital, donde Titirimundi se sumó un año más a las fiestas de San Isidro. Allí se pudo disfrutar de 23 actuaciones de 10 compañías.

Por último, En la Comunidad madrileña (la extensión de Titirimundi a la sierra se celebra desde 2002), siete localidades se unieron a la fiesta de los títeres de la mano de nueve compañías que desembarcaron para mostrar un fragmento del festival, del mismo modo que cinco se desplazaron a Toledo (Castilla La Mancha) y seis a Barañain (Navarra).

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