Línea de producción en Cárnicas Tabladillo. EL NORTE

Las otras subidas que provoca la luz

El horario laboral de muchos negocios de la provincia coincide con el tramo más caro de la nueva tarifa, por lo que no descartan una repercusión en los precios finales

Berta Jiménez

Segovia

Domingo, 13 de junio 2021, 09:26

La nueva tarifa de la electricidad que entró en vigor en España el pasado 1 de junio continúa sembrando dudas entre los consumidores, que ... aún no tienen claro cómo afectará este cambio a su factura mensual. Se trata de una medida que fija tres precios distintos para la energía (kWh) en función del tramo horario en el que se consuma (hasta ahora había dos tramos). Así, la hora punta (la más cara) se extiende entre las 10:00 y las 14:00 horas, y entre las 18:00 y las 22:00 horas; la hora llana (precio intermedio) se contempla de 8:00 a 10:00 horas, de 14:00 a 18:00 horas y de 22:00 a 24:00 horas, y por último, la hora valle (la más barata) va desde las 24:00 a las 8:00 horas, además de los fines de semana y festivos.

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Para muchas compañías y pequeños comercios lograr un ahorro en el recibo eléctrico no será fácil. En Cárnicas Tabladillo, una de las empresas más grandes de la provincia y reconocida por su especialización en la venta del tradicional cochinillo segoviano, el consumo energético anual supera los 1,2 GWh. Así lo afirma Mikel de la Cuerda, director de Operaciones, quien explica que prácticamente el 80% del consumo de electricidad está destinado a la refrigeración (cámaras de conservación, túneles de congelación y salas de trabajo) y el 20% restante, a la maquinaria y demás instalaciones.

Con la nueva tarifa, se ha aumentado el término de energía en un 30% de media, prosigue De la Cuerda, «incrementando las horas de los periodos más caros y reduciendo las horas de los periodos más baratos». De esta forma, el mes de agosto, por ejemplo, cuya tarifa anteriormente era la más barata, ha pasado a ser un periodo mucho más caro. «Se tratará de contrarrestar esta importante subida reorganizando actividades», expresa el director de Operaciones, quien, sin embargo, apunta que el margen de maniobra de la compañía «es muy pequeño, prácticamente nulo».

Amelia Tabanera, en su peluquería. A. DE TORRE

La previsión de Cárnicas Tabladillo es que su recibo de la luz aumente entre un 10% y un 15%. «Este coste encarece principalmente aquellos productos que más tiempo pasan en nuestras cámaras, como el producto congelado, cuyo coste se dispara con estas nuevas tarifas», expresa De la Cuerda. Además de restar competitividad en el mercado internacional, donde los congelados son los productos más demandados, esta subida provocará un aumento de los precios. «Desafortunadamente, no quedará más remedio que repercutir dichos costes al precio de nuestros productos», adelanta.

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Los salones de belleza son también un tipo de negocio que va a notar fuertes subidas en el precio de la luz. A pocos pasos del Acueducto se encuentra la peluquería Lourdes y Amelia, donde son numerosos los aparatos eléctricos que se ponen en funcionamiento a lo largo del día: secadores, planchas de pelo, termos para el agua caliente, lavadoras, secadoras, el casco de los rulos, el 'climazon' (máquina que reduce los tiempos de exposición en los procesos del tinte) y otros tantos. También están conectados durante toda la jornada los dispositivos que utilizan en el servicio de estética, como las lámparas de uñas. «Todo es eléctrico», asegura Amelia Tabanera.

«Es complicado no utilizarlo», dice la responsable del local, que explica que su negocio no puede prescindir de todas estas actividades. Además, subraya que los tramos más caros de la nueva tarifa coinciden con el horario de la peluquería, que abre precisamente entre 10:00 y 14:00 horas y de 16:30 a 19:30 horas y cierra los domingos, cuando el precio de la tarifa es más barato. «No puedo venir a las doce de la noche a poner una lavadora o una secadora», sostiene.

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Aunque no sabe exactamente cuánto aumentará su factura eléctrica del próximo mes, Tabanera cuenta que tiene «miedo» de que su negocio no pueda «sobrevivir». Lamenta que muchos salones de belleza ya han tenido que cerrar a consecuencia de la pandemia y subraya que el sector lleva tiempo luchando para lograr la bajada del IVA del 21% al 10%, algo que de momento no se ha producido. «Ahora nos suben la luz y no sabemos cómo vamos a poder llevar todo esto», confiesa.

Difícil ahorro

En El Obrador de Palazuelos lo que más electricidad consume son los hornos, además de las cámaras de congelación que ponen en marcha ahora en verano. Miguel Lafuente, el dueño del negocio, desconoce aún cómo va a impactar en su panadería la entrada en vigor de la nueva tarifa de la luz aunque sospecha que la subida no bajará de los 500 euros mensuales. «Hasta que no llegue la factura no sabemos cómo nos va a afectar, pero por lo que se está hablando va a ser una subida bastante considerable», manifiesta.

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Miguel Lafuente. A. DE TORRE

Como en el caso de la peluquería, su horario también coincide con las franjas en las que el kWh es más caro. «Empezamos a trabajar a las 6:00 horas de la mañana y abrimos la tienda a las 8:30 horas. Cuando más cara es la luz, más empezamos a consumir», explica. Tampoco en el obrador pueden reorganizar sus actividades para acoplarlas a tramos más baratos: «Es muy difícil». Por ello, Lafuente admite que tendrán que ver cómo repercute esa subida de la electricidad en sus costes para subir o no los precios de los productos. «Ahora los márgenes están un poquito ajustados. Si encima sube mucho la luz, habrá que valorar repercutirlo en los productos o en una parte de ellos», dice.

Isabel Montero, propietaria de los bares El Piripi y El Camilo, se muestra preocupada por el precio de la luz. Hace tan solo unos días abrió su tercer restaurante, La Cacharrería, en el polígono de Hontoria, y está segura de que, al regentar tres locales, la factura eléctrica le subirá «muchísimo» con la entrada en vigor de la nueva tarifa. La electricidad en El Camilo, el más pequeño de sus negocios, le cuesta unos 1.000 euros mensuales, por lo que prevé que la subida en este caso rondará los 400 euros. Sin embargo, al preguntarle en cuánto estima su gasto extra total con respecto a la tarifa anterior, reconoce: «No lo he querido ni calcular. Me asusta».

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Isabel Montero, en su restaurante. A. DE TORRE

Desde que los empleados entran a trabajar a las 7:00 horas de la mañana hasta que se cierran estos locales pasada la una de la madrugada, los electrodomésticos están en marcha. Las cámaras frigoríficas, las campanas, los extractores, el alumbrado, el aire acondicionado y los electrodomésticos de las cocinas prácticamente consumen energía durante todo el día. Y aunque Montero señala que está informándose para ver de qué manera puede ahorrar en la factura, asegura que «en la hostelería no es como en casa». «Tenemos que dar de desayunar, de comer, de cenar… Independientemente de la tarifa, siempre estamos abocados a consumir», zanja.

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