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La Gimnástica Segoviana está inmersa en la peor trayectoria como local de su historia reciente.
Lo que empezó entre enero y marzo como la peor secuencia de derrotas del siglo XXI, cuatro seguidas, se ha agravado mes y medio después con dos empates y otro partido perdido, el último, ante el Celta Fortuna. Porque el equipo que dirige Ramsés Gil no gana ante sus aficionados desde que lo hiciera ante el Lugo el pasado 22 de diciembre, una sequía inédita. Si nos remontamos a 1999, la primera participación del club en la antigua Segunda División B, es la primera vez que pasan siete partidos seguidos en La Albuera sin victoria, una herida letal a sus aspiraciones para mantener la categoría en Primera RFEF. Sus opciones para lograrlo, cada vez más escasas, pasan por acortar la brecha con la salvación, situada en seis puntos a falta de cinco jornadas por jugar, en sus dos citas en menos de una semana ante su público: el domingo ante el Barakaldo y el próximo viernes ante la Real Sociedad B.
Ha sido un socavón inesperado para un equipo que cubrió sin derrotas sus nueve partidos como local de 2024 en Primera RFEF. Fue el penúltimo en ceder su condición de invicto, el 18 de enero ante el Arentiero, un día antes de que lo hiciera el Andorra. Atrás quedaron cinco empates y cuatro victorias que sustentaban un colchón con el descenso que llegó a ser de cinco puntos. Desde entonces, el abismo. Siguieron las derrotas ante Tarazona, Osasuna Promesas y Ourense, formando un bloque de cuatro partidos sin puntos ante su público, algo que no ocurrió en los tres descensos azulgranas hacia Tercera División. Parecía que todo iba a cambiar ante la Cultural, pero el gol en el descuento de los leoneses convirtió el sanador triunfo local en un soso empate, como el que llegaría dos semanas después ante el Amorebieta. La visita del Celta Fortuna el 13 de abril, un duelo ya sin apenas red, devolvió a los segovianos al purgatorio de las derrotas. El informe forense se resume en dos puntos de los últimos 21 en juego en La Albuera.
Puede argumentarse que es su peor racha porque nunca había asomado la cabeza entre los 82 mejores clubes de España. Que el nivel de la Primera RFEF, tanto en términos futbolísticos como presupuestarios, es mayor que el de la extinta Segunda B, de donde descendió en sus tres incursiones. Lo cierto es que en todas ellas siempre hubo una victoria en un compendio de siete partidos en La Albuera y nunca se sumaron menos de 5 puntos de 21 posibles. Las dos primeras siguieron un desarrollo parecido en cuanto al rendimiento en casa, el reflejo de sus opciones de permanencia. Hubo victorias puntuales entre otoño e invierno, pero el flujo de puntos disminuyó cuando el equipo se fue cayendo de los puntos de salvación. Por eso las dos peores rachas coincidieron con el final de liga.
De los últimos siete partidos como local de la temporada 1999-2000, la Segoviana solo ganó uno, a la Cultural Leonesa (1-0), un tramo en el que empató con Sporting B (1-1), Avilés (1-1) y Universidad de Las Palmas (0-0) para caer ante Sanse (1-2), Oviedo B (0-1) y Ourense (1-2). En resumen, seis puntos de 21 en juego para cerrar una temporada como local con cuatro victorias, siete empates y ocho derrotas; en total, 21 puntos. En la siguiente incursión en la categoría de bronce del fútbol español, en la campaña 2011-12, despidió el curso con cinco partidos seguidos sin ganar en su estadio, pero antes llegó una victoria, ante el Real Unión (4-2), a la que acompañaron dos empates ante Zamora (1-1) y Palencia (1-1) por las derrotas ante Lemona (1-2), Athletic B (0-2), Arandina (1-2) y Osasuna B (1-2). Es decir, una secuencia de cinco puntos. Aquel curso registró como local cinco victorias, cinco empates y nueve derrotas; en total, 20 puntos.
Un camino inverso siguió la temporada 2017-18. El equipo de Abraham García registró su peor racha al inicio de curso, incapaz de ganar sus seis primeros partidos como local, con empates ante Celta (0-0), Racing de Ferrol (1-1), Majadahonda (0-0) y Ponferradina (0-0), acompañados por las derrotas ante Cerceda (1-2) y Fuenlabrada (1-2). Pero a la séptima llegó la victoria, ante el Talavera (2-0), así que fueron siete puntos en las siete peores jornadas en La Albuera, un campo en el que cimentó sus esfuerzos para quedarse en Segunda B, pues aquella Segoviana ganó cinco de sus últimos siete partidos ante su público. Gracias a ello, llegó con opciones matemáticas de mantener la categoría a la última jornada, algo que no ocurrió en los dos precedentes anteriores, aunque el final fuera el mismo. Fue un curso con siete victorias, cinco empates y siete derrotas; en total, 26 puntos.
La generación que dirige ahora Ramsés Gil iba en números de superar esos registros tras sumar 17 puntos en sus nueve primeros partidos en La Albuera, pero solo ha añadido dos más (19). Y ya solo quedan tres rivales para seguir sumando: después de la dupla vasca, será el Nástic quien cierre en calendario de Primera RFEF en Segovia el 17 de mayo. Las próximas jornadas dirán si hay aún opciones de permanencia para entonces. Nunca antes el club había tenido tantos socios, tras superar los 2.000 por primera vez en su historia. Y nunca antes habían sufrido sus seguidores semejante barbecho de puntos.
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