«Sepúlveda: para todos los públicos y todos los días del año»

Desde tiempos lejanos sepulvedanos y sepulvedanas, visitantes llegados desde toda la geografía, han recorrido la localidad descubriendo cada despertar algo distinto. Recorrer Sepúlveda es vivir cada día una puesta de sol y un amanecer diferente, es respirar historia, arte, naturaleza, gastronomía y cultura viva. Viva gracias a todas las personas que habitan y que vienen a vernos.

Por muchos es conocido nuestro patrimonio pero también por muchos desconocido. Sepúlveda, puerta de entrada al parque natural de las hoces del río Duratón, es una de las salas más bonitas del museo más grande del mundo y queremos, que los que no nos conocen lo hagan y los que sí, vengan de nuevo a vivir y descubrir cosas que sólo pasan cuando regresas, porque somos una Sala Viva.

Sepúlveda se erige sobre las primeras hoces del río Duratón, las cuales explican por qué la muralla natural tiene tanta importancia como la construida. Abierta al mundo a través de siete puertas adentrarse por ellas e ir recorriendo la villa y permite al visitante conocer sus importantes iglesias románicas, museos, casas blasonadas, fuero, tradiciones. Y a la hora de comer, qué mejor manera que hacerlo degustando nuestro plato estrella, el lechazo asado, y de postre nuestra deliciosa repostería.

Sepúlveda, es un lugar para todos los públicos y está abierto todos los días del año para visitarla, descansar, respirar aire puro, teletrabajar, pintar atardeceres que poco tienen que envidiar a los descritos por grandes revistas de viajes, escuchar el silencio pero también la vida, para sentir las historias que nos cuentan las piedras y las gentes del lugar. Y es que, si eres amante de la naturaleza, la historia, el arte, la cultura viva e inmaterial, la gastronomía, tu destino es Sepúlveda.

Escribía Antonio Machado «Tiene el pueblo siete llaves para siete puertas. Son siete puertas al campo, las siete abiertas», las puertas de Sepúlveda están abiertas para todos vosotros.