Las segovianas avanzan «unidas» para aplacar cualquier intento de amenaza a sus derechos

Bajo el lema de «nuestros derechos no retroceden, avanzan», la manifestación comenzó en un punto cercano a la glorieta de la Trashumancia y prosiguió hasta llegar a los pies del Acueducto pocos minutos antes de las 21:00 horas al grito de «aquí estamos las feministas». No importaba la edad y tampoco la procedencia, cientos de personas caminaron juntas para reivindicar la igualdad efectiva con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Por este motivo, las mujeres eran mayoritarias, aunque muchas iban acompañadas por sus compañeros masculinos y muchos niños. Los asistentes se cifraron en 1.500, según fuentes de la Policía Nacional, un dato inferior al registrado el año pasado y antes de la pandemia, si bien es cierto que a lo largo del recorrido, en cada parada, se sumaron nuevos manifestantes.

Este era el propósito de las organizadoras, que animaban al público expectante en los balcones, coches y a la salida de las tiendas con un «no nos mires, únete». En total, se realizaron tres pausas en la marcha para entonar varios cánticos populares y muy críticos con las actitudes machistas.

Todo ello sin olvidar las continuas proclamas que resumían sus reivindicaciones presentes a lo largo de toda la manifestación, de aproximadamente de dos horas de duración. Aun afónicas, las mujeres gritaban: «No es no, lo demás es violación», «contrato precario y una mierda de salario» o «quiero abortar en este Hospital». Estas ideas se resumieron en una concentración final que tuvo lugar en la plaza del Azoguejo, donde representantes del movimiento feminista segoviano leyeron un manifiesto.

«Nuestros derechos han sido especialmente amenazados en esta comunidad autónoma», aseguraron. «Esto nos lleva a pedir que se cumplan en pleno siglo XXI», resumieron. Sus críticas se elevaron sobre todo a la Junta de Castilla y León y contra su vicepresidente, Juan García-Gallardo (Vox), con motivo de sus recientes declaraciones en defensa de un protocolo antiabortista.

Ante ello, las representantes feministas exigieron un derecho al aborto «sin riesgos, libre, gratuito, con garantías legales y en nuestra provincia de origen». Esto se debe a que el Hospital General, a día de hoy, no practica interrupciones voluntarias del embarazo por la objeción de conciencia extendida entre los profesionales, lo que provocó que durante 2021 más de 200 segovianas tuvieran que viajar a otros territorios si querían llevar a cabo este cometido.

También hubo referencias a favor de la educación en igualdad y la corresponsabilidad en el trabajo de cuidados; así como contra la brecha salarial de género, las condiciones laborales precarias y la «cultura del patriarcado». Como en cada 8 de marzo, la violencia de género acaparó cada uno de los pensamientos de las participantes en la marcha. «No estamos todas, faltan las asesinadas», recriminaron, a la vez que lamentaron la falta de seguridad que todavía está presente cuando regresan solas a casa.

El avanzar «juntas y unidas» fue la consigna que definió cada uno de los pasos de las marchantes. «En algunas ciudades hay varias divisiones por los diferentes matices que se dan al feminismo, pero aquí en Segovia estamos unidas y somos una sola voz», declaró Nines Requejo, representante de la Asamblea 8M, entidad organizadora de la manifestación. Esta percepción estuvo refrendada en cada una de las actividades llevadas a cabo por la mañana en la plaza de San Martín e incluso en las sucesivas concentraciones promovidas por CC OO, UGT, CSIF o CGT.