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Isabel Rodá, comisaria de la exposición, muestra la forma en que se usaban los pasos de peatones en la Antigua Roma. A. de Torre

Roma regresa a Segovia

La exposición ‘Romanorum Vita. Una historia de Roma’ podrá visitarse hasta el próximo 7 de noviembre y permitirá a los visitantes descubrir una antigua villa romana

laura martínez

Segovia

Jueves, 21 de septiembre 2017

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‘Romanorum Vita. Una historia de Roma’, la exposición de la Obra Social La Caixa que recrea una ciudad romana, ya está abierta al público. Desde la mañana de ayer, la muestra abrió sus puertas a todos los segovianos y visitantes que deseen viajar en el tiempo y curiosear por las calles y el interior de una casa de la Antigua Roma.

«La exposición está en un lugar que no puede ser más idóneo», dijo Clara Luquero, alcaldesa de Segovia. Y es que la ubicación elegida ha sido la conocida plaza de Día Sanz, situada a los pies de la construcción romana mejor conservada, el Acueducto.

Contó Luquero que no fue fácil traer la muestra, que lleva viajando por el territorio nacional casi seis años, pero gracias a la lucha conjunta de las concejalías de Cultura y Turismo «aquí está».

La exposición traslada al visitante al Imperio Romano, a la grandiosidad y a la opulencia de la vida de sus gentes, que tantas veces ha inspirado películas, novelas y series de televisión. Por otra parte, trata de señalar los paralelismos que existen entre estas antiguas ciudades y las actuales.

La reconstrucción y ambientación de este espacio de 400 metros cuadrados ha sido posible gracias a descripciones literarias y testimonios arqueológicos de hace 2.000 años que han permitido esta reproducción, a tamaño real, de algunos de los distintos espacios que formaban la ciudad. «En este caso se ha tomado de ejemplo Pompeya (Italia) porque tuvo la desgracia y suerte para nosotros de quedar sepultada bajo las cenizas del Vesubio en el 79 d. C. Entonces, la vida se paró y se conservó todo lo que no se conserva en ninguna de las demás ciudades romanas», explicó, Isabel Rodá, comisaria de la exposición, sin embargo, «el ejemplo de Pompeya es perfectamente extrapolable a cualquier ciudad de Hispania», señaló.

El resurgir de las ruinas

Fue el rey español, Carlos III, conocido como el mejor alcalde de Madrid, en su reinado de Nápoles y Sicilia, quien comenzó las excavaciones de la antigua ciudad de Pompeya y, hasta la fecha, son los restos romanos que más pistas han dado a historiadores y arqueólogos de cómo eran las ciudades de la época. Las cenizas y la lava expulsadas por el volcán Vesubio conservaron intactos carteles electorales, grafitis o incluso panes de los cuales se conoce su físico gracias a esa carbonización.Tras más de doscientos años de investigación en las ruinas, es posible apreciar todos estos detalles en la exposición. La visita es una experiencia completa que deleitará todos los sentidos, no solo el de la vista, ya que consta de dos proyecciones audiovisuales y, como innovación, en una de las estancias de la domus privada es posible percibir el olor de las especias que usaban los cocineros, personajes muy apreciados en estas sociedades de la antigua Roma.

La visita da comienzo con la primera de las proyecciones audiovisuales que sitúa al espectador en la época que está a punto de conocer. Las calles constan de todos los elementos característicos de las villas romanas. Grandes adoquines, pasos de cebra elevados, anuncios en latín pintados en las paredes, incluso las marcas que dejaban las ruedas de los carros que, por cierto, solo podían circular por las noches, tras un edicto de Julio César, que prohibía el tráfico de vehículos y animales durante el día para evitar accidentes, lo que hacía muy difícil conciliar el sueño de madrugada.

El segundo montaje audiovisual se proyecta sobre la fachada de la domus, de doce metros de ancho, y en él pueden verse personajes claves de la ciudad, como un senador, trabajadores, poetas o paseantes, gracias a un rodaje realizado con más de treinta figurantes. La proyección da paso al interior de la domus, que corresponde a la reproducción de una casa de una familia que se podría considerar de clase media-alta. En ella se encuentra el típico mosaico romano formado por miles de pequeñas teselas que decoraba un gran número de edificios. Un patio central, llamado atrio por el aspecto enegrecido que solía presentar ya que también correspondía a la salida de humos de la cocina.

Este atrio permite conocer la cocina, con sus olores característicos, el salón en el que comían y tenían lugar las celebraciones, una habitación y el despacho del pater familias, uno de los lugares más importantes de cualquier domus romana. Encima de la mesa del despacho se encuentra la famosa tabela, donde el padre de familia apuntaba sus quehaceres. «Este es uno de los paralelismos que encontramos con objetos de la antigua Roma y otros que usamos actualmente. La tabela es el antepasado de nuestras tablets», dijo la comisaria de la exposicón. «Además, observamos la continuidad de las construcciones romanas en los patios árabes o andaluces que descienden de los antiguos atrios de Roma», aseveró Rodá.

«Esto no es solo una exposición, sino también un proyecto de divulgación histórica que está abierto a los centros educativos, a todo el ámbito asociativo de la ciudad y, por supuesto, a todos los ciudadanos», sentenció Clara Luquero. La exposición, gratuita para todo aquel interesado, cuenta con un horario especial para grupos escolares y otros colectivos. «Es una exposición para todas las edades», concluyó Rodá.

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