Riaza: muchas piezas para un gran joyero patrimonial

Riaza lo tiene todo. Patrimonio, naturaleza, turismo, tradiciones, historia, sosiego en invierno y bullicio en verano y una decena de bellos pueblos, entre los que se encuentran los conocidos como rojos y negros, por la tonalidad de sus construcciones. Una villa que, incluso, ha desafiado en el final del siglo anterior y los principios de este, la lacra de la despoblación que tanto machaca esta zona del nordeste segoviano.

Pero Riaza es para muchos su Plaza Mayor. Icono y seña de identidad, es durante todo el año el centro de la vida riazana y en ella se celebran todo tipo de actos festivos, incluidos los taurinos. Porticada del siglo XVIII y dividida en dos partes desiguales por el edificio del Ayuntamiento, esta singular ágora salva su desnivel con unas gradas de piedra y una peculiar balaustrada de forja de hierro. Sus casas típicas serranas, algunas solariegas, sobre los postes de la plaza y con amplios corredores y balcones aportan una singularidad especial al bello conjunto.

En el centro destaca el edificio del XVIII de la Casa Consistorial, en el que sobresale la torre campanario que lo corona. Y por detrás, se eleva la iglesia parroquial, dedicada a Nuestra Señora del Manto, patrona de la villa; renacentista y rectangular, fue construida a finales del siglo XV. Su torre de 30 metros impresiona, como su riqueza interior, donde se encuentra, entre otras magníficas obras, el retablo mayor, una escultura de madera policroamada de La Piedad y un Cristo crucificado.

Riaza cuenta también con tres ermitas:la gótica de San Juan; de San Roque, del XVI y con un via crucis, y la venerada y de grandes dimensiones de Hontanares, al pie de la sierra.

El patrimonio de la villa no termina en su casco histórico. Sus diez pedanías guardan joyas patrimoniales como los 'pueblos negros' de Alquité, con su templo románico de San Pedro y de Becerril, con la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y las ermitas de San Fabián y San Sebastián. O El Muyo con la parroquial de los Santos Mártires San Cornelio y San Cipriano, y El Negredo, con Nuestra Señora de Vallehermoso y la ermita de Nuestra Señora del Rosario. Los 'pueblos rojos' de Madriguera y Villacorta también aportan piezas en forma de iglesias y ermitas a este joyero patrimonial que son Riaza y sus diez núcleos.