La restauración de la iglesia de La Cuesta en Cuéllar deja al descubierto una portada medieval
El templo se abrirá al culto y a la celebración de bodas, y se estudiará su inclusión en los circuitos turísticos de la localidad segoviana
La restauración llevada a cabo durante el último año en la iglesia de Santa María de La Cuesta de Cuéllar, en la provincia de ... Segovia, ha sacado a la luz numerosos hallazgos, como diversas tumbas antropomorfas, la constatación de la existencia de un atrio sur o restos de la antigua portada medieval situada al sur, que se suman a unas obras de rehabilitación que tenían como objetivo la estanqueidad del edificio, así como la puesta en valor de la galería que abre al norte y la totalidad del espacio interior de la nave.
Uno de los arquitectos directores de la obra, Fernando Nieto, destaca que en las obras se han levantado 950 metros cuadrados de cubierta, donde se ha llevado a cabo una doble impermeabilización para después recolocar toda la teja, «una actuación que es fundamental e imprescindible» para la conservación del templo.
Nieto subraya cómo en el atrio norte se atisbaba la existencia de una arquería, si bien el espacio «estaba en unas condiciones de conservación y estéticas un poco deplorables». Señala que era un espacio muy complicado, ya que ese atrio en ese momento se cerró, convirtiéndose en dos espacios, uno dedicado a cilla o panera y otro a capilla. En la cilla se acabó construyendo la vivienda del sacristán y su parte superior llegó a albergar un taller de restauración del Obispado.
«Batiburrillo de estilos»
En el espacio se contaba con «un batiburrillo de estilos, de intervenciones diferentes en diferentes épocas», que se han intentado diferenciar. Nieto también apunta cómo el arco que estaba situado a la izquierda de la puerta estaba cegado por un muro gótico con un gran óculo. Se pensaba liberar el arco, pero al aparecer el elemento histórico, gótico, se ha dejado visto «para que se pueda leer todo en su conjunto».
Durante la obra se han demolido las estructuras añadidas en el interior de la galería norte, realizando también la liberación de tapiados de la arquería y picado los enfoscados, consiguiendo sacar a la luz la arquería mudéjar, que se ha restaurado de forma minuciosa, consiguiendo en buena medida recuperar la imagen exterior del templo, muy distorsionada hasta el momento.
A lo largo de la obra se han restaurado antepechos y otros elementos históricos de piedra que han aparecido. También se han realizado revocos en paramentos exteriores y en los interiores de la zona porticada, además de restaurar las yeserías que forman parte de la decoración barroca de la capilla gótica, que además se abre visualmente hacia la zona del atrio norte mediante un vidrio antirreflejos. El atrio norte se ha cerrado con un enrejado. En el interior de la nave y de la sacristía se han rehabilitado molduras barrocas de paredes y bóvedas, se han renovado las pinturas, se ha entarimado el coro y la nueva escalera de acceso, en la que se ha mantenido el aparejo aparecido en los muros laterales.
Catas
En buena medida los hallazgos de esta restauración han sido posibles gracias a la realización en los últimos años de un levantamiento de la geometría del edificio y estudios sobre su evolución histórica y los revestimientos pictóricos de su interior, que fueron complementados con catas previas, en las que ya se atisbaban algunos de los hallazgos.
Los arqueólogos encargados de estas catas, del estudio Reno Arquitectura, destacaron que el de esta iglesia ha sido «un trabajo muy satisfactorio», ya que se suponía que de cota cero para abajo aparecerían tumbas. «Al ir trabajando nos dimos cuenta de que no solo teníamos esa parte de necrópolis que tiene que ver con la iglesia, sino que encontramos juntas tumbas mucho más antiguas, excavadas en roca», que se han documentado tanto a los pies como en el atrio norte y otros lugares.
Respecto a la arqueología realizada desde la cota cero hacia arriba «esta iglesia nos ha ido sorprendiendo poco a poco según hemos ido tocando las paredes». El equipo se mostró sorprendido primero porque todo lo largo de la nave de la iglesia es de la época primitiva. Y poco a poco aparecieron los hallazgos, como la antigua portada medieval «que estaba casi cubierta y deformada».
Otro de los hallazgos se sitúa en el acceso a la sacristía, y también apareció en una de las catas. Allí se nota la existencia de dos edificios diferentes, la arista de la antigua iglesia con una obra de románico de ladrillo, lo que es contemporáneo a la iglesia, pero anterior al atrio norte. Esta aparición hace afirmar que existía un atrio sur de ladrillo previo al atrio norte, con una colocación de ladrillo muy particular, poco dado en Cuéllar, y que lleva a los orígenes del templo, al mismo tiempo que la torre y la construcción de la iglesia, lo que le sitúa entre finales del siglo XII y principios del XIII.
Nuevos usos
Gracias a la restauración, ahora la iglesia reabrirá sus puertas al culto, pero también a otras actividades, como las turísticas. Así lo anuncia el alcalde de la villa cuellarana, Carlos Fraile, quien indica que el Ayuntamiento tiene la mano tendida al Obispado para estudiar de qué manera se puede incorporar la iglesia de La Cuesta como recurso turístico al municipio.
Además de agradecer a la Junta la inversión, a los arquitectos y empresa constructora el trabajo, abrió su mano al adecentamiento de los espacios exteriores, desde el soterramiento del cableado, que ya ha realizado el Ayuntamiento con 9.000 euros de inversión, hasta la eliminación de parte de la vegetación para que el lugar pueda apreciarse mejor, pasando por el estudio de pavimentación que mejore la accesibilidad al lugar.
A la entrega de las obras también asistió el director general de Patrimonio Cultural, Gumersindo Bueno, quien destacó lo interesante de la intervención y la generación de las sorpresas que ha dado el templo tras su restauración. Apuntó que con las obras se suma un nuevo valor, primero para los vecinos, invitándoles a usarlo con fines de culto y culturales, y segundo como oferta para los visitantes. Bueno recordó que en los últimos años la Junta ha realizado una inversión cercana a un millón de euros desde el año 2001, cuando se consolidó y restauró la torre de la iglesia y recordó que con la intervención se han resuelto los problemas de humedad del templo, además de intervenciones importantes.
«El resultado es impactante», destacó, señalando que el templo ofrece unos espacios útiles que son muy llamativos y señalando en que lo importante ahora es poner en uso el edificio, «que la parroquia lo dé el máximo uso posible y que el Ayuntamiento pueda introducirlo dentro de los circuitos turísticos y culturales que tiene».
Por su parte el delegado Diocesano de Patrimonio de Segovia, Alberto Espinosa, en nombre del obispo, mostró su agradecimiento por la obra, felicitó al equipo de trabajo y se mostró sorprendido por el resultado final, haciendo un llamamiento a la educación y el respeto del lugar y a los vecinos para que sean los primeros vigilantes contra el vandalismo. Anunció que en el templo se celebrarán bodas, así como actos parroquiales o del arciprestazgo, puesto que es la iglesia más grande de Cuéllar. También se intentará que con cierta periodicidad haya culto y mostró su interés también en abrirlo al acceso turístico, «que el patrimonio también se muestre como un acto cultural a los visitantes».
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