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Sobre estas líneas, Laura González (izquierda) y Yaiza Racionero, creadoras e impulsoras de Trabalenguas. El Norte
Emprender en el pueblo

«Hemos recuperado la confianza en el trabajo que estábamos haciendo»

Yaiza y Laura decidieron darle continuidad a sus trabajos respectivos como psicopedagoga y logopeda en una empresa propia, Trabalenguas, que lleva menos de un mes funcionando en la capital

rafael de rojas

Segovia

Domingo, 22 de octubre 2017, 12:26

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La manera más tradicional de emprender probablemente sea la de aprender un oficio para luego establecerse por cuenta propia. De una forma similar, surgió la empresa Trabalenguas, en la que Laura González (32 años) y Yaiza Racionero (29 años) dieron continuidad a sus respectivas carreras como logopeda y psicopedagoga.

Yaiza es maestra en Educación especial especializada en psicopedagogía y Laura es diplomada en Logopedia y se ha centrado en atención temprana y estimulación del lenguaje. Ambas coincidieron en una clínica privada durante más de 4 años. Hace dos, comenzaron a darle vueltas a la idea de poner en marcha una empresa de sus propios sectores y este verano aceleraron todos los trámites necesarios. Como resultado, Trabalenguas ha abierto por fin este mes de octubre en Segovia.

La especialización de la nueva clínica, a la que acuden niños y adultos, se dirige particularmente a la intervención de dificultades de aprendizaje, ya sea por problemas cognitivos o de lenguaje, como dislexias. «Orientamos todas las terapias a través del juego, ya sean tradicionales de mesa o más elaborados. Tratamos de empatizar y enfocamos los tratamientos hacia sus gustos y necesidades», cuenta Laura.

Cada una, lo aborda desde su parcela y se complementan para ofrecer un servicio integral. Yaiza se dedica sobre todo a los niños con dificultades de aprendizaje, les ayuda con las materias curriculares, las del colegio, pero también les atiende a nivel psicopedagógico y trabaja con ellos en la memoria, la atención…, «depende del perfil de cada uno», dice.

Por su parte, Laura se centra en los servicios de logopedia, en todo lo relacionado con la comunicación y el lenguaje y desarrolla soluciones para el habla, la voz, la deglución… «Antes parecía que la logopedia solo era para niños que pronunciaban mal –explica–, pero es importantísima la prevención. Hay problemas en la alimentación infantil como los problemas de succión que luego se pueden desarrollar cuando están más crecidos, con atragantamientos, ahogos con líquidos… Es más frecuente de lo que pensamos y tratándolo podemos prevenir que un chico lleve una ortodoncia. O complementar el trabajo del ortodentista».

Yaiza es de Nava de la Asunción y lleva 4 años viviendo en Bernuy de Porreros. Su decisión de emprender responde en gran parte a la buena comunicación profesional con Laura y a las ganas de dejar una empresa en la que no estaba satisfecha. «No te encuentras a gusto en tu puesto de trabajo, estás estancada y te planteas que eres joven, no tienes cargas familiares y es el momento de emprender, es ahora o nunca –expone–. Trabalenguas es una continuación de lo que ya hacíamos, es el mismo trabajo. La diferencia es que ahora somos más libres para hacer las cosas», recalca.

Laura, segoviana que ha residido siempre en la capital, tenía en su curriculum experiencias como el año que estuvo en un centro de Boadilla del Monte con un trabajo de base emocional orientado a niños con problemas de lenguaje o su voluntariado con discapacitados en la asociación Adisil. Para ella, emprender era un sueño que quería hacer realidad. «Siempre he querido montar algo por mi cuenta y vi que con Yaiza nos llevábamos muy bien», dice.

Laura se imaginaba en sus mejores previsiones «un éxito tremendo en el que todo era muy fácil», pero a la hora de poner en marcha Trabalenguas se encontró con algunos obstáculos. «Mi servicio es sanitario, mientras que el de Yaiza es educativo y eso ha sido un jaleo burocrático», resalta. Los primeros pasos incluyeron la búsqueda de un local adecuado, la compra del equipo y unas obras de adaptación en las que tuvieron que invertir más de lo que pensaban. «Decíamos: con mil euros lo tenemos hecho, contábamos con que ya teníamos el material para trabajar, pero necesitas tener ahorro e invertirlo con cabeza», relata Laura. «En el Servicio de Promoción Económica de la Diputación de Segovia nos Informaron sobre cómo enfocarlo, cuál era el papeleo… Sobre todo, son los que nos ayudaron a poner los pies en el suelo, los primeros que nos dijeron: vais a tener que invertir más de lo que pensáis», expone.

Aunque solo llevan un mes abiertas al público, el resultado se acerca a lo que soñaba Laura: «Me lo imaginaba como está siendo en el sentido de tener la libertad para enfocar los tratamientos y en el de ver que tu esfuerzo y tu trabajo es para ti, que estás luchando por tus objetivos». En lo personal, la logopeda asegura que «al desarrollar por tu cuenta tus ideas notas que vas más relajada a trabajar. He recuperado un poco la motivación, la pasión por mi trabajo» y recalca también que parte de esa satisfacción surge de que los pacientes que ya les conocían y «ves que siguen confiando en ti». «Hemos recuperado la confianza en el trabajo que estábamos haciendo. Ves que las familias han confiado en ti y ves que los niños evolucionan, niños que tienen problemas diariamente y a los que hay que entender para saber manejar las connotaciones emocionales que supone», dice Laura.

«Sí que es verdad que teníamos las cosas muy claras –indica Yaiza–. Lo primero es dar un paso difícil: cortar el cordón umbilical con el otro trabajo e irte con una mano delante y otra detrás. A partir de ahí viene el miedo de si saldrá bien o mal y todo el trabajo de ir a bancos, buscar locales, hacer reformas, el papeleo…». El resultado es también positivo para ella: «La verdad es que estoy muy contenta, muy feliz. Esto es algo tuyo, que has creado de la nada. A pesar del miedo, el que no arriesga no gana. Y consigues una buena sensación: la libertad de ser tu propio jefe y ponerte tú las normas».

El negocio de Laura y Yaiza tenía algunas ventajas de partida, como el hecho de contar con clientes recurrentes y que ambas conocieran a fondo el sector y contaran con toda la formación y los materiales iniciales. Pero también existían algunas amenazas en su DAFO particular, como la existencia de mucha competencia. «En Segovia hay desde logopedas particulares a centros, aun así, las becas que concede Educación son para gastarlas con logopedas colegiados, y eso es una ventaja», expone Laura.

A ambas les gustaría crecer en el futuro. «Ojalá que Trabalenguas sea más grande, que tengamos más personal y que podamos duplicar los servicios, tener más fisioterapia… Los temas de psicología de momento los tenemos que derivar, pero en el futuro los queremos incluir», adelanta Laura.

A los emprendedores que se lo están pensando, Yaiza, les recuerda que «está muy bien toda la parte de satisfacciones personales, pero tienen que tener en cuenta que al principio emprender es pagar y pagar, trabas y más trabas. cuando empiezas estás un poco con el culo al aire». Por su parte, Laura les recomienda «primero, que tengan los pies en el suelo, que inviertan bien su ahorro y que se informen bien. Pero luego, que ni el papeleo ni los gastos derivados les quiten las ganas, porque vale mucho la pena».

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