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Una trabajadora talla una jarra en la Real Fábrica. G. Villamil
La Real Fábrica de Cristales de La Granja aumenta las ventas un 10%

La Real Fábrica de Cristales de La Granja aumenta las ventas un 10%

El patronato refinancia parte de la deuda de 3,5 millones y confía en recibir una ayuda de 800.000 euros antes de fin de año

Claudia Carrascal

Segovia

Jueves, 1 de enero 1970

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La Real Fábrica de Cristales de La Granja ya está dando los primeros pasos para su recuperación. Desde que se incorporó la nueva directiva de la Fundación Centro Nacional del Vidrio el objetivo es claro: convertirse en un referente nacional e internacional en el sector del vidrio. A punto de cumplir un año como presidente de la Fundación, Andrés Ortega, responsable de la Federación Empresarial Segoviana (Fes) hace un balance «más que positivo» del trabajo, aunque reconoce que los primeros meses fueron de análisis profundo para comprender el significado y el funcionamiento de la Real Fábrica de Cristales. Además, era necesario valorar la situación actual de la actividad de este edificio, que representa uno de los escasos exponentes que se conservan en la actualidad de arquitectura industrial europea de carácter regio del siglo XVIII.

La situación económica de este centro complicaba su supervivencia y ponía en entredicho tres siglos de actividad y de historia. Por eso, el principal paso de la nueva directiva era refinanciar la deuda de 3,5 millones de euros que pesaba sobre esta organización, pero también se propusieron el reto de conseguir inversión en maquinaria y circulante para continuar mejorando la calidad y la difusión de los trabajos y productos fabricados. Todavía se encuentran inmersos en esta labor, que se está dilatando debido al retraso en la recepción de las subvenciones que ha provocado el cambio de Gobierno de la nación. Eso sí, hasta la fecha han logrado realizar la amortización correspondiente a este periodo, es decir, un año, y confían en recibir parte de las subvenciones antes de que concluya este 2018, lo que supondría una ayuda de aproximadamente 800.000 euros, según Ortega.

Andrés Ortega señala que existe «buena armonía y disposición» con los organismos oficiales que integran el patronato: los Ministerios de Cultura y Deporte, Industria y Turismo, Hacienda y el Ministerio para la Transición Ecológica, Patrimonio Nacional, la Junta de Castilla y León, la Diputación de Segovia, y el Ayuntamiento del Real Sitio de San Ildefonso.

Además de estas subvenciones, el plan director, que se puso en marcha el pasado 12 de abril, también vela por garantizar la continuidad de la Real Fábrica de Cristales. En estos momentos, se está desarrollando la tercera y última fase, que se centra en aportar diagnósticos y propuestas para las diferentes áreas de actuación que se incluyen como, por ejemplo, la arqueología, la arquitectura, las patologías del edificio, la gestión patrimonial o la cultural.

La Fundación también está trabajando en la protección de la técnica del soplado del vidrio, que data, al menos, del siglo I antes de Cristo. Uno de los fines fundacionales principales de la institución es conservar y poner en valor el patrimonio vidriero español, una parte del cual se concentra y se fabrica en La Granja. Por eso, desde hace varios meses están trabajando de forma conjunta con el Ministerio de Cultura para lograr que esta técnica sea declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

Un año de mejoras

Para avanzar hacia un nuevo modelo más rentable y atractivo para el conjunto de la sociedad y de los profesionales del vidrio, Ortega reconoce que era necesario un cambio, que ya ha comenzado y que se traduce en mejoras significativas. En primer lugar, destaca la inversión en la renovación de las cúpulas, valorada en 1.5 millones de euros. Una obra que ya se encuentra en ejecución tras establecerse un plan de seguridad y accesibilidad para los visitantes del Museo del Vidrio.

Estos días se ha procedido a la instalación de los andamios en el interior del edificio y están dando comienzo los trabajos de restauración de las dos cúpulas de la Nave Central de Hornos. Además, se acometerá la adecuación de la nave central y su iluminación.

Para el mismo fin, pretenden adquirir un nuevo horno con una capacidad de producción muy superior al existente en la actualidad y que proporcionaría una calidad del cristal mucho más alta. Este último es, a su juicio, un requisito indispensable para la Real Fábrica de Cristales. En estos momentos, se está trabajando en un proceso de licitación pública para acometer la inversión en el horno, contando con el apoyo de los ingenieros industriales de la Subdelegación General de Obras, de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de Cultura. El coste aproximado de este proyecto de mejora es de 150.000 euros, señala.

Cinco áreas

Por otra parte, recuerda que a lo largo de este periodo se han reestructurado los accesos al museo y a la tienda, se ha intervenido en los mostradores y se ha dado una mayor visibilidad a la colección de lámparas. Además, se han mejorado las líneas de producción. Un avance que, a su juicio, permitirá a esta sede afrontar nuevos proyectos e incrementar las ventas y que contribuirá a garantizar la viabilidad de toda la fundación.

El patronato trabaja intensamente sobre las cinco áreas que confluyen en este edificio, declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León y Bien Industrial de España. Es decir, el museo, la tienda, la producción, la formación y la residencia.

El museo, por ejemplo, recibió en 2017 un total de 48.104 visitantes y hasta octubre de 2018 la cifra era de cerca de 37.000. Entre las muestras más significativas de este año destacan 'Fusión, Certamen de Joyería con Vidrio', que mostró 41 de las piezas más innovadoras de joyería creativa de 29 artistas de toda España. Una selección de 33 joyas de vidrio checo seleccionadas durante el concurso de joyería de diseño 'Master of Crystal, 2016' o la exposición de cristal de Murano de Fratelli Toso, una de las compañías de mayor prestigio internacional en el sector también han pasado por este centro. Así como una muestra que refleja las tendencias de vidrio artístico contemporáneo en Portugal a través de la mirada de 18 artistas del país.

Aunque los mejores resultados del año han sido en ventas, ya que, tal y como apunta el presidente de la Fundación, en los tres primeros trimestres han crecido un 10% con respecto al año anterior y espera que continúe la tendencia alcista también a lo largo de los tres últimos meses. Desde vasos, floreros, copas o jarras, que oscilan entre los 25 y los 150 euros, hasta lámparas de techo o las tradicionales de araña, que pueden superar los 21.000 euros y los 130 centímetros de altura, pueden adquirirse en estas instalaciones.

A este crecimiento han contribuido las innovaciones que se han ido incluyendo para lograr productos más atractivos. Entre ellas, la fabricación de piezas con vidrio de color, azul y verde, y vidrio reciclado, iniciativas que, según indica, han tenido una gran aceptación entre los clientes y con solo tres meses en el mercado ya han incidido de forma decisiva en el incremento de ventas. La Fundación persigue este incremento de ventas, eso sí, siempre dentro de unos límites, ya que los productos que se comercializan son artesanos y requieren tiempos de producción mucho más largos que la producción en cadena.

Otro de los objetivos que se pretenden lograr con el nuevo plan director es la apertura de nuevas vías de comercio, tal y como se ha producido en los últimos meses con el mercado americano. En el ámbito nacional, el patronato también está realizando contactos con empresas para la comercialización del producto fuera de la Fábrica, ubicada en La Granja. De hecho, según Ortega, ya hay una selección de artículos que muy pronto estarán disponibles en las tiendas de El Corte Inglés, entre otros establecimientos.

La Fundación Centro Nacional del Vidrio cuenta en la actualidad con 40 empleados. Sin embargo, una vez que el plan director esté completamente definido se podrán determinar las necesidades de incorporar personal a la plantilla. En este sentido, explica que la intención es acometer nuevos proyectos, que en este momento se encuentran en fase de evaluación, pero que «irán acompañados de la creación de nuevos empleos», asegura.

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