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Un rayo en el cielo despejado

Miguel Ángel Quiñones recomienda el reconocimiento previo para evitar el 90% de los sucesos cardiovasculares

luis j. gonzález

Segovia

Miércoles, 23 de octubre 2019, 13:27

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La muerte súbita es un suceso traicionero por definición. Mientras un infarto de miocardio avisa, aunque sea a última hora, con el dolor de la presión torácica, esta se presenta inmisericorde como un rayo en el cielo despejado. La metáfora la utilizó ayer Miguel Ángel Quiñones Pérez, especialista en cardiología del Hospital Recoletas Segovia, que trató la prevención cardiovascular durante la sesión de Aulas de la Salud, celebrada ayer en el Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente. «Se podrían prevenir el 90% de los eventos cardiológicos agudos si se controlaran todos los factores de riesgo», subrayó en el acto organizado por El Norte de Castilla y patrocinado por la Junta de Castilla y León, la red hospitalaria Recoletas y la galletera Gullón.

Quiñones habló de sedentarismo, obesidad, hipertensión, diabetes, colesterol o tabaquismo como incentivos a un fallo cardiovascular y situó el ejercicio como clave en el control de todos estos factores. Por ello, el reconocimiento médico previo es esencial para aprovechar esta herramienta saludable. «Sometemos a nuestro corazón a un estrés que puede traernos consecuencias negativas».

Los beneficios del ejercicio físico lo son para todas las edades, desde la infancia hasta prolongar la expectativa de vida. «Tiene beneficios psicológicos, físicos, sociales y otros adicionales en la infancia y en la adolescencia». Detrás, una pregunta clave: ¿Doctor, hasta dónde puedo llegar? Hay una manera objetiva de medir la respuesta con el MET (Equivalente Metabólico), la energía que consumimos en estado basal mediante calorías por kilo de peso por hora. «Podemos medir el entrenamiento de la persona a través del esfuerzo que haya tolerado».

La actividad física moderada supone el consumo de 3 a 6 mets e incluye actividades como andar, bailar, jardinería o cargas de menos de 20 kilos. La actividad física intensa supera los 6. Citó como ejemplos trotar o correr, pasando por el alpinismo, desplazamientos rápidos en bicicleta, ejercicios aeróbicos como el zumba, la natación rápida, el fútbol o el pádel. La Organización Mundial de la Salud recomienda actividad durante 60 minutos diarios. «Es suficiente para mantener un nivel óptimo de salud». Habla de 2 horas y media de ejercicio moderado a la semana o de 75 minutos de actividad aeróbica intensa. Para los mayores de 75 años, sugiere actividades prolongadas en el tiempo pero de baja intensidad.

Los cardiólogos deben medir si su paciente puede, por ejemplo, correr una maratón. La actividad física conlleva riesgos como la muerte súbita. «Por suerte, ocurren con muy poca frecuencia». Dos de cada 100.000 menores de 35 años y 1 de cada 18.000 entre los 35 y 75 años. En el primer caso, se deben en un 90% a enfermedades cardiacas no diagnosticadas. A partir de los 35, el infarto de miocardio es la causa principal en un porcentaje similar. «El ejercicio físico por sí solo no es capaz de prevenir el infarto. Por eso es importante ir a consulta antes de hacer actividad física regular».

El reconocimiento busca antecedentes de enfermedad genética o síntomas como hipertensión, sobrepeso o tabaquismo. La clave es el electrocardiograma basal. «Más del 90% de las enfermedades cardiacas que causan muerte antes de los 35 se diagnostican a través de un electro». Quiñones citó la historia de un futbolista argentino «famoso» cuyo nombre mantuvo en el anonimato aunque hablaba, presumiblemente, de Ángel Correa, al que se le detectó un tumor en el ventrículo izquierdo.

Ayuda tecnológica

La tecnología ayuda con dispositivos para tomar la tensión durante la actividad física a través de un tensiómetro automático. Quiñones recomendó hacer ejercicio en lugares 'cardioprotegidos' donde haya personas que sepan hacer reanimación cardiopulmonar. Citó el ejemplo de los gimnasios o recomendó que en un grupo de atletas populares haya quien pueda hacerla. «Parece una tontería, pero es muy importante. Tenemos cinco minutos para salvar una vida». El doctor puso en cuarentena el auge de los pulsómetros. «No son exactos, por mucho que nos lo quieran vender como panacea. Siempre sobreestiman las pulsaciones». Y recalcó hábitos nutricionales. «Con la tripa llena no te vas a hacer ejercicio». Recomienda esperar unas dos o tres horas.

Con todo, resaltó la actividad física como una forma de invertir en salud que cuesta muy poco. «Es fácil y muy barata, lo único que tenemos que invertir es tiempo. Bueno, hay que comprarse unas zapatillas y ropa deportiva. Y una consulta de 15 minutos». Y lo recomendó como medicina. «Basta con un 85% de nuestra frecuencia cardiaca para una actividad saludable». No es necesario llevar al corazón al límite. Por muy despejado que esté el cielo, hay tormentas que no se ven venir.

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