Mercedes Zamarrón, una de las voluntarias de Cruz Roja en Segovia. El Norte

«Se portan de maravilla, con un cariño excepcional»

Mercedes, una de las segovianas adheridas al programa de mayores de Cruz Roja, ha acudido a vacunarse acompañada por voluntarios de la organización

Berta Jiménez

Segovia

Domingo, 11 de abril 2021, 11:42

Meses después de que se empezaran a suministrar las primeras dosis en las residencias de ancianos, la estrategia de vacunación contra la covid-19 sigue ... avanzando en toda España y el número de inmunizados continúa aumentando. En Castilla y León son 225.202 personas las que ya tienen la pauta completa hasta este viernes, según los datos del Ministerio de Sanidad. En Segovia, sin embargo, muchos habitantes encuentran dificultades a la hora de desplazarse hasta los centros de vacunación asignados. En las áreas rurales, se han empezado a habilitar los centros de salud de algunos municipios más grandes, pero aun así los vecinos de los pueblos cercanos se ven obligados a hacer uso del transporte privado para acudir a la citación. En la capital, también hay una parte de la población que precisa ayuda externa, como las personas mayores, que además es uno de los grupos de edad prioritarios en la vacunación.

Publicidad

Mercedes es una de esas personas. Tiene 91 años y ha vivido toda su vida en Segovia. El pasado martes le tocó ir a ponerse la segunda dosis de la vacuna pero, como tiene dificultades para caminar y problemas de visión, una voluntaria de Cruz Roja, que además fue compañera suya de trabajo en el pasado («fíjate qué casualidad»), la acompañó. Recogió a Mercedes en su casa por la mañana y ambas se desplazaron juntas en taxi hasta el pabellón Pedro Delgado. «Se portan de maravilla, con un cariño excepcional y una educación preferente», asegura Mercedes sobre los voluntarios de esta organización.

Aunque ha notado estos días un ligero malestar, dice que se encuentra «bien». Cuenta que ha sido «muy precavida» todo este tiempo al mantenerse en casa para evitar contagiarse de la covid-19, y que si por algo tenía ganas de recibir la vacuna es por retomar sus paseos de siempre. «Ahora necesito salir», comenta en alusión a la urgencia de ejercitar sus piernas. «Yo estaba perfectamente», dice describiendo su situación un par de años atrás. «Salía a la calle, me iba a la Fuencisla y a todos lados. Pero tuve la mala suerte de caerme y me hice daño en las vértebras». Desde entonces le cuesta andar, por lo que necesita que en determinadas ocasiones alguien la acompañe en sus salidas.

Mercedes forma parte del programa destinado a personas mayores de Cruz Roja y, como ella, otros muchos segovianos encuentran cada día ayuda en esta entidad. En el programa hay actualmente más de 30 voluntarios que no solo les acompañan a centros de vacunación, centros de salud u hospitales, sino que también les llevan las medicinas necesarias a sus domicilios, les ofrecen servicios de asistencia en residencias o realizan llamadas con el fin de mitigar la soledad.

Publicidad

Dentro del programa para mayores, uno de los proyectos de Cruz Roja en los que participa Mercedes es el de promoción de la red social y del envejecimiento saludable, que cuenta con la subvención de la Junta de Castilla y León (Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades) y que está financiado con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para la realización de programas de interés general.

El objetivo es mejorar las relaciones sociales de los mayores en su entorno cercano y comunitario, promoviendo la participación social y los encuentros, y desarrollar hábitos de salud adecuados en el proceso de envejecimiento. Para Mercedes esto es un alivio porque vive sola y mentalmente está muy activa, por lo que se divierte yendo a cursos como al que ha acudido este jueves en la sede de Cruz Roja y a los que lleva asistiendo desde hace un par de años, con excepción de estos largos meses de pandemia. «Era el primer día y no fuimos muchos. Estuvimos hablando y de tertulia», detalla.

Publicidad

Algo que también aporta una gran sensación de seguridad a esta mujer es tener un botón en casa para comunicarse en cualquier momento con Cruz Roja si ocurriese algo. «Si tengo una emergencia, aprieto el botón», señala. «No te encuentras desprotegida en ningún momento». Además, Mercedes recibe ayuda de los servicios municipales y de sus sobrinos (no tiene hijos). Fueron ellos los que durante el confinamiento del año pasado le suministraron los alimentos y productos básicos que necesitaba.

«Mucha ayuda»

María Zamarrón es voluntaria de Cruz Roja. Empezó a colaborar hace un par de años en una residencia en Segovia, acompañando a un anciano que tenía dificultades para caminar. Iba una vez a la semana a pasear y charlar con él durante un par de horas. Hasta que llegó la pandemia. A partir de entonces, han mantenido el contacto a través de videollamadas, algo que María califica de «necesario» dado que los mayores son el colectivo que más está sufriendo la soledad en estos tiempos.

Publicidad

En los últimos meses, Zamarrón ha vuelto a la residencia a hacer alguna visita y ha realizado acompañamientos a hospitales. Asimismo, se ha encargado de proveer de medicinas y cuidados a aquellos mayores que lo han requerido: «Cuando algún paciente precisa medicación, voy al ambulatorio a por la receta y luego a la farmacia. Después se lo entrego en los domicilios».

Esta voluntaria conoce de primera mano el temor que han tenido y aún tienen algunas personas de la tercera edad y explica que muchas de ellas llevan tiempo sin pisar la calle. «Tienen miedo incluso de ir a la peluquería. No quieren salir de casa, solamente lo hacen si tienen que ir al médico», manifiesta. Por eso, valoran enormemente la labor que hacen los voluntarios de organizaciones humanitarias como Cruz Roja. «Les miras a los ojos y ves una parte de preocupación, porque además te lo dicen, pero su reflejo es de agradecimiento. Son muy agradecidos», declara.

Publicidad

Al jubilarse, decidió dedicar parte de su tiempo libre a labores sociales: «Acudí a Cruz Roja y me ofrecieron esta tarea. Estoy muy contenta». Sabe que fue una buena elección: cree que el voluntariado «es algo que debería practicar mucha gente» y anima a realizarlo a todos aquellos que estén dudando. «No se van a arrepentir. Los usuarios necesitan mucha ayuda, este momento es clave», sostiene. Por su parte, Mercedes no tiene más que palabras bonitas para la gente que integra Cruz Roja. «Gracias a ellos estoy animada para vivir».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad