El 40% de la población que ha perdido Segovia en diez años es extranjera

El reto demográfico está ahí, esperando fórmulas y recetas que con el paso del tiempo y el goteo de población perdida adquieren una urgencia más y más imperiosa. Se habla de la España vaciada (o vacía) y se proponen torniquetes para abortar la hemorragia; pero lo cierto es que los números, como el algodón del mayordomo de la tele, no engañan. Las calculadoras tampoco. En 2008 la provincia contaba con un padrón de 163.899 personas, de las que 20.451 eran extranjeras. En 2018, el Instituto Nacional de Estadística (INE) fijaba la población segoviana en 153.342 ciudadanos, de los que 16.140 eran residentes de otras nacionalidades.

O dicho de otro modo, en el cómputo de todo el territorio hay 10.557 habitantes menos que hace diez años; y de ese contingente perdido, 4.311 eran de procedencias diferentes a la española. Es decir, que el 40% del padrón que se ha quedado por el camino desde 2008 era foráneo.

Una de las conclusiones que se extrae de estas cifras que enmarcan el fenómeno de la despoblación en tierras segovianas sitúa el foco de atención en el frenazo experimentado en la llegada de inmigrantes, coincidente con los años en los que arreció la dichosa crisis financiera generalizada. Ese mismo foco alumbra otra deducción, que es el éxodo de extranjeros a otros lugares en busca de aquel futuro digno que anhelaban cuando dejaron atrás sus países de origen y eligieron la provincia para asentarse y tratar de reunir a sus familias en estos lares.

El descenso de residentes forasteros en la provincia en diez años ha sido del 21%. Es decir, que desde 2008 la comunidad inmigrante ha perdido una quinta parte de la fuerza demográfica que demostró en la pasada década. En conjunto, el padrón provincial ha menguado en diez años en un 6,4%. Por lo tanto, se puede decir sin pillarse los dedos que la menor presencia de extranjeros en la sociedad segoviana ha contribuido a la despoblación que arrastra Segovia, sobre todo en el medio rural.

Pese a esa debilitada representatividad, Segovia se sitúa a la cabeza de la comunidad autónoma en lo que se refiere al peso adquirido por el fenómeno de la inmigración en el contexto demográfico y social en el que viven las distintas capitales de provincia. Uno de cada diez vecinos empadronados en la ciudad del Acueducto es foráneo. Es decir, el 10,46% de los habitantes de la capital segoviana posee una nacionalidad diferente a la española.

Así lo revelan los últimos datos del informe Urban Audit, publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística. Soria, con un 8,17% de extranjeros sobre la población total; Ávila, que presenta un 6,72%, y Burgos, que registra un 6,67%, se sitúan por detrás de Segovia a la hora de calibrar la presencia de inmigrantes en los respectivos municipios castellanos y leoneses que son capitales de provincia. A la cola de la comunidad autónoma están Palencia, donde la representación extranjera acapara el 3,94 del padrón, y Zamora, que se queda en el 3,1%.

Esas mismas estadísticas oficiales fijan un punto de inflexión en la tendencia decreciente que ha experimentado el asentamiento de extranjeros en tierras segovianas. En el periodo comprendido entre los ejercicios 2017 y 2018, esa curva descendente rompió su trazo a la baja y esbozó un leve repunte en la cantidad de ciudadanos de otras nacionalidades que viven en la provincia. Entre ambos años, el contingente foráneo sumó 124 personas tras siete cursos de reducciones prácticamente constantes, con la salvedad de otro tímido ascenso en 2015.

Por lógica y cercanía, son los europeos los extranjeros que conforman la mayoría foránea en la provincia. En total, el año pasado las estadísticas oficiales cifraban en 9.549 los residentes oriundos del Viejo Continente en Segovia. Y de ellos, 9.224 provienen de alguno de los estados integrados en la Unión Europea. Sin embargo, la llegada de esta población ha ido marcando una tendencia a la baja en los últimos diez años. En 2008, eran más de 13.300. Atendiendo puramente a los números, casi cuadraría esa merma con la pérdida de población extranjera que arrastra la provincia; pero no es así.

El continente africano es, junto a Europa, la otra gran procedencia de ciudadanos foráneos que deciden asentarse en Segovia. Marruecos, en particular, copa la comunidad africana empadronada en la provincia, con 2.863 ciudadanos residentes; sin embargo, esta población también ha menguado en los últimos tiempos entre la llegada de menos personas y la salida de marroquíes a otros destinos. En seis años, esta comunidad norteafricana ha sufrido en torno de quinientas bajas.

De hecho, y a pesar de esa disminución, los marroquíes se mantienen como la segunda nacionalidad más habitual en el censo de extranjeros que habitan en Segovia. Por delante, y con una diferencia holgada, están los búlgaros, que en la década pasada superaban los 7.000 residentes. Ahora, según las estadísticas del INE, incluso han bajado de la barrera de los 5.000.