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Un hombre paga con su bonobús para acceder a un autobús urbano en la parada de la plaza de Artillería.

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Un hombre paga con su bonobús para acceder a un autobús urbano en la parada de la plaza de Artillería. Óscar Costa

Un pequeño paso hacia la normalidad

Los comercios abren sin la necesidad de atender con cita previa, aunque la demanda de clientes todavía es baja, mientras las administraciones de lotería reabren con colas

Quique Yuste

Segovia

Martes, 19 de mayo 2020, 11:26

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Segovia recupera poco a poco el pulso a una normalidad todavía lejana. Los bares y restaurantes completamente cerrados, las calles del centro con la mayoría de sus negocios todavía con la persiana bajada o el uso prácticamente general de la mascarilla por parte de sus vecinos recuerdan que la ciudad, al igual que la mayor parte de la provincia, todavía se encuentra en la fase 0 de la desescalada. Con la esperanza de que la situación mejore y el lunes se pueda avanzar a la fase 1, Segovia recuperó ayer, con una fase 0 menos restrictiva que durante las últimas semanas, una pequeña parte de la actividad perdida con la entrada en vigor del estado de alarma.

Las colas, que durante los últimos días eran habituales a las puertas de farmacias, bancos y tiendas de alimentación, se trasladaron desde ayer a las administraciones de lotería en su primer día de actividad en varios meses. «¡Si ya estáis abiertos!» fue un comentario escuchado en más de una ocasión por los propietarios de las administraciones de lotería segovianas. Su reapertura, que no estuvo clara hasta la tarde del domingo y que no se ha producido en aquellas administraciones situadas en centros comerciales, pilló por sorpresa a sus clientes habituales, que se percataron de que podían volver a participar en algunos de los sorteos –todavía no en todos– durante sus paseos de la mañana camino del supermercado, el banco o la compra del pan.

«Estamos teniendo bastantes clientes durante las primeras horas», afirma Vanesa Barcenilla, de la administración de lotería situada en la calle Gobernador Fernández Jiménez. Luis Galindo, de la administración del barrio de Nueva Segovia, reconocía estar nervioso por una reapertura que en los primeros días «no será rentable, pero ya tocaba volver», y que esta semana se produce con los sorteos del Euromillón y de la Primitiva.

La apertura de comercios también sorprendió a muchos segovianos que no esperaban poder comprar ciertos productos hasta que la ciudad avanzase a la fase 1. Tras dos semanas en las que tan solo se podía atender con cita previa, algunas tiendas optaron ayer por volver a abrir sus puertas a modo de experimento. «Vamos a ampliar el horario y abriré tres días por la tarde», afirma José Ángel Vaquero, de Tiendas Badalona. En su caso, las dos semanas atendiendo con cita previa «han sido muy flojas» por lo que espera que con la tienda abierta sus clientes habituales regresen poco a su establecimiento. También reabrió ayer al público Francisco Javier Gil, tras dos semanas sin apenas actividad, su tienda Jaquetón situada a escasos metros de la Plaza Mayor. En su caso, además, lo hizo con rebajas de sus artículos. «A ver si con precios más económicos la gente de aquí se anima», afirma resignado ante un negocio en el que el 90% de las compras las realizan turistas.

Los comercios de la capital segoviana van recuperando el pulso. Óscar Costa
Imagen principal - Los comercios de la capital segoviana van recuperando el pulso. Óscar Costa
Imagen secundaria 1 - Los comercios de la capital segoviana van recuperando el pulso. Óscar Costa
Imagen secundaria 2 - Los comercios de la capital segoviana van recuperando el pulso. Óscar Costa

Pese a que el Gobierno permitió las rebajas siempre y cuando no den lugar a aglomeraciones de gente, los carteles que anuncian grandes descuentos no fueron habituales en los escaparates de las tiendas segovianas. Henar Uceta sí que los colocó en su tienda Perfil situada en la plaza de Somorrostro. «Hoy ha sido la tercera vez que los he puesto en las últimas semanas», explica tras la incertidumbre de las últimas horas sobre si se permitían o los rebajas. Pero en su caso, los descuentos se deben a su interés por liquidar el género que tiene en una tienda que está disponible para el alquiler o la compra. «Necesito olvidarme de esta crisis por la que estamos pasando. Ya lo tenía pensado desde hace varios meses», comenta. En una situación parecida está Carmen Aracil. Su mercería-droguería de la calle Gobernador Fernández Jiménez anuncia en su escaparate grandes descuentos, también por liquidación. «Ya lo tenía pensado de antes, pero si no hubiera tenido que hacerlo igual. Es imposible mantenerse durante los próximos meses con las ventas que tengo previstas», indica, pese a que las dos semanas que ha funcionado con cita previa «me ha ido bastante bien».

Temporada fuerte

A los estudios de fotografía la crisis ha llegado en el peor momento del año, cuando las comuniones y bodas suponen una parte importante de los ingresos. «Toca aguantar estos meses», afirma Tomás Hernanz, en su estudio de la calle San Francisco. Abierto al público desde ayer, espera que durante los próximos días la demanda se centre en revelado de fotos y en la fotodecoración. «La gente quiere aprovechar ahora para decorar sus casas», señala. Algo parecido les ocurre a las inmobiliarias, que tras dos meses completamente paralizadas, esperan que se pueda pasar a la fase 1 para poder enseñar pisos en una «época fuerte» en el que muchos estudiantes buscan vivienda para el próximo curso. «Nadie compra o alquila sin ver el piso antes, pero por lo menos ahora la gente ya ve que estamos en movimiento», indica Ana Ramos, de la inmobiliaria Alfa Rami.

Otros negocios, como la venta de discos, también reabrieron ayer al público pese a que sus ingresos ya proceden en su mayor parte de los pedidos por Internet. «Ha ido a más durante las últimas semanas. La gente ha consumido más durante el confinamiento», afirma Iván Vacas, de Totem Vertigo. Por su parte, Vicente Sebastián, de Ciclo Punto, explica que en su primer día abiertos al público «el flujo de clientes ha sido similar» al de antes de la crisis sanitaria, tras unos días con cita previa en los que notaron «un pequeño repunte de pedidos» de bicicletas.

Por otro lado, ayer el transporte público volvió a ser de pago. Con mamparas que separaban al conductor de los clientes, los usuarios volvieron a entrar por la puerta delantera, aunque solo podían pagar con bonobús.

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