«Pensé que me iba a matar», declara la víctima que fue violada por su primo
El acusado, que negó en el juicio que la intentara asfixiar y estrangular, dice que «la quería muchísimo» y que le hubiera gustado «ser su novio»
El joven acusado de intentar matar a su prima a golpes y de aprovechar que estaba inconsciente para violarla en septiembre de 2019 en la localidad de Turégano, confesó ayer durante la primera sesión del juicio en la Audiencia Provincial que la agredió y la violó, aunque negó que la intentara asfixiar con un cojín y estrangular con sus manos.
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C. P., que se acogió a su derecho de no contestar a las preguntas de la Fiscalía ni de la acusación particular, aunque sí a las de su abogada, declaró que ambos tenían una relación «muy buena, de amistad», y también confesó que había intentado tener relaciones íntimas con ella, pero esta se había negado, lo que ocasionó un enfriamiento de la relación durante un mes. Pero luego la retomaron. «Me hubiera gustado ser su novio», ha expresado el procesado, quien rompió a llorar cuando su abogada preguntó por qué cree que cometió los hechos. «La quería muchísimo, no tengo explicación, en ningún momento quería hacerla daño, no entiendo mi comportamiento, me arrepiento un montón, todos los días».
La víctima, que en el momento de los hechos contaba con 18 años, declaró vía telemática. Manifestó que en un momento mientras intentaba asfixiarla, el agresor le dijo «te quiero ver muerta» y, preguntada sobre qué sintió mientras recibía los golpes, ha respondido que «solo pensaba que iba a morir, pensé que me iba a matar». Dijo que su relación con el acusado «era muy buena, para mí era como un hermano; siempre nos hemos llevado muy bien. Estuve un tiempo sin hablarle cuando me propuso tener relaciones sexuales porque no lo veía correcto. Al final decidí dejarlo pasar y retomamos el contacto».
La víctima también relató las secuelas físicas y psicológicas que sufrió como consecuencia del episodio vivido, que la llevó a mudarse a otra localidad ubicada a 600 kilómetros de Segovia con su madre y «romper con todo», en palabras de su letrado. Todavía hoy en día, y según declaró, recibe terapia psicológica y también medicación para dormir porque, desde entonces, tiene pesadillas con lo ocurrido cuando intenta conciliar el sueño.
Su madre también ha declarado en el juicio y ha señalado que durante el primer año en su nuevo hogar intentaron que retomara sus estudios, pero fue incapaz de acudir a clase porque tenía ataques de pánico al estar con el resto de jóvenes. Las secuelas físicas también dificultaron que hiciera una vida normal, por lo que perdió un año lectivo.
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La madre ha añadido que la víctima actualmente «no sale a la calle nada más que para estudiar y no tiene amigos» porque, aunque alguna vez ha intentado salir animada por sus familiares, acaba por solicitar que vayan a recogerla porque presenta ataques de ansiedad. También ha relatado que tanto los dos jóvenes como toda la familia tenían una buena relación entre ellos, que ambos pasaban mucho tiempo juntos y todos creían que él, como su primo mayor, «cuidaba de ella. No pensamos que la fuera a ver con unos ojos diferentes, ni mucho menos», dijo.
En el juicio también declararon vecinos, familiares y agentes de la Guardia Civil que asistieron tanto a la víctima como al acusado, ya que cuando salió del domicilio de su prima tuvo un accidente de tráfico.
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C. P., que tenía 24 años en el momento de los hechos, se enfrenta a 30 años de cárcel y 20 años de libertad vigilada por un delito de asesinato en grado de tentativa y otro de agresión sexual. «La cuestión es resolver la justa pena que corresponde a unos hechos tan abominables y cómo se califica, si como dice la defensa un simple delito de lesiones o como mantenemos las acusaciones, un intento de asesinato, un delito de homicidio en grado de tentativa», apuntó la acusación particular. En lo que diferimos es en la responsabilidad civil, que nosotros la tasamos en 100.000 euros y el Ministerio Fiscal, pendiente de los informes psiquiátricos, en 15.000».
Según el relato del fiscal, los dos primos, originarios de Honduras pero con residencia en España desde hace mucho tiempo, estaban el 6 de septiembre de 2019 cenando en la casa de la víctima, de 18 años, y se disponían a ir a las fiestas de Carbonero el Mayor. De acuerdo al escrito del Ministerio Público, ella se estaba arreglando para salir cuando él le dio un puñetazo en la cabeza, la tiró al suelo, la inmovilizó, intentó ahogarla con un cojín y luego con sus manos le dio una serie de golpes que la dejó inconsciente y, una vez quedó en ese estado, aprovechó para violarla.
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