La pandemia duplica las sanciones por faltas de respeto y desobediencia a policías locales

Comportamientos como la desobediencia o la resistencia a la autoridad, la negativa a identificarse y las faltas de respeto y consideración hacia miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado están sancionados de acuerdo con los artículos 36.6 y 37.4 de la ley orgánica 4/2025, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, que prevén multas económicas de mayor o menor cuantía según la gravedad de la falta y el grado en que se haya cometido. Esta misma ley (36.10) persigue, además, portar, exhibir o usar armas prohibidas. Infracciones graves son la desobediencia o la resistencia a la autoridad, la negativa a identificarse y la exhibición o tenencia de armas prohibidas, mientras que las faltas de respeto y consideración son consideradas como faltas leves.

El Ayuntamiento contabiliza desde septiembre de 2017 las sanciones que la Policía Local propone contra estos comportamientos. Durante los últimos cuatro meses de aquel año, los agentes formularon 35 denuncias, cifra que ascendió a 54 durante todo el 2018. En 2019 fueron 69, pero el problema se agravó al año siguiente con la declaración del estado de alarma motivado por la pandemia y después de los meses de confinamiento duro: en 2020, los agentes de la Policía Local de Segovia formularon 144 denuncias, casi el doble que el año inmediatamente anterior. Idéntica tendencia –o incluso mayor– registra 2021. Hasta el 31 de agosto incluido, se han levantado 108 denuncias. En palabras de la concejala de Seguridad, Raquel de Frutos, la resistencia al acatamiento de las medidas restrictivas explica el sentido ascendente de la curva estadística. «La Policía Local ha tenido que hacer frente en muchas ocasiones a comportamientos indeseables que no se producían tanto antes de la pandemia. Las medidas restrictivas que se han adoptado desde que empezó el primer estado de alarma para contener la propagación de la covid-19 han afectado de lleno a las concentraciones de personas, a la movilidad en la calle, a cuestiones que, hasta ese momento, nunca habían sido objeto de restricción alguna. Hay personas que no han comprendido o asimilado bien la nueva realidad y no han tenido comportamientos acordes con ella», apunta la edil.

En este sentido, la Policía Local se ha enfrentado a situaciones complicadas o cuando menos extrañas. Ha habido personas que, a la hora de identificarse, han dado al agente datos falsos, incluso datos de otra persona que después ha habido que cotejar y verificar, con todo el trastorno que eso conlleva. También ha habido muchos que, directamente, se han negado a identificarse cuando han sido sorprendidos incumpliendo alguna de las medidas. «En cierto momento se ha llegado a la agresión física al agente, sobre todo cuando estaba amonestando a personas bajo la influencia del alcohol o de otro tipo de sustancias», apunta Raquel de Frutos. Hubo un detenido que, al entrar en la patrulla policial, rompió el cristal de la ventanilla. La Policía Local ha tenido que abortar botellones o fiestas en pisos particulares, llamar la atención a personas que no llevaban mascarilla o no guardaban la distancia social, vigilar determinados comportamientos...

El desglose de la estadística correspondiente a los años 2020 y 2021 demuestra la abundancia de denuncias por desobediencia o faltas de respeto y consideración. El año pasado, los agentes levantaron 31 propuestas de sanción por desobediencia, 13 por negativa a identificarse, 55 por faltas de respeto, 40 no definidas (aunque 30 de ellas pueden considerarse faltas de respeto y 10 actos de desobediencia) y 5 por portar armas prohibidas. En 2021, la tendencia es semejante. Hasta el 31 de agosto, los policías locales han formulado 25 denuncias por desobediencia, 43 por falta de respeto, 10 por negativa a identificarse, 24 no definidas (18 pueden ser entendidas como faltas de respeto y 6 como actos de desobediencia) y 6 por portar armas prohibidas. «Abundan las faltas de respeto, que la ley atribuye a la expresión de palabras soeces, insultos o voces contra los agentes que en ese momento están de servicio», explica Raquel de Frutos.

También ha observado la Concejalía de Seguridad un incremento de las denuncias por consumo o tenencia de drogas en vía pública, establecimientos públicos o transporte colectivo. Si hasta 2019 no se pasaba de 30 propuestas de sanción al año, en 2020 se registraron 66 y en 2021, hasta el 31 de agosto, ya hay acumuladas 28.

El perfil de la persona que opone resistencia a la autoridad o directamente se enfrenta a ella no está definido. Puede pensarse que se trata de jóvenes, y en muchos casos es así, pero no necesariamente. «Según los partes policiales, hay un abanico de edades. No existe un perfil claro. Hay personas de distintas culturas, de distintas procedencias, con profesiones liberales, con un nivel cultural alto, con menos formación... Es de lo más variopinto», señala la concejala.

La cuantía de las sanciones que la ley prevé para las infracciones de carácter grave varía dependiendo del grado. En grado mínimo, la multa oscila entre los 600 y los 10.400 euros; en grado medio, de 10.401 a 20.200 euros, y en grado máximo, de 20.201 a 30.000 euros. Las infracciones leves están sancionadas con entre 100 y 600 euros.

La concejala de Seguridad agradece el esfuerzo que los agentes viene desarrollando desde hace año y medio.