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Nayara Malnero posa con su libro instantes antes de la charla que mantuvo con adolescentes en la Casa de Lectura. Óscar Costa
«Cuando los padres hablan con sus hijos sobre sexo, ya es tarde»

«Cuando los padres hablan con sus hijos sobre sexo, ya es tarde»

La propietaria del canal ‘Sexperimentando’, con más de 100.000 suscriptores, presenta su libro en la Casa de la Lectura

eva esteban

Segovia

Sábado, 17 de febrero 2018, 12:06

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Cuando la psicóloga y sexóloga asturiana Nayara Malnero decidió abrir en 2011 el canal de YouTube ‘Sexperimentando’, para ofrecer consejos sobre sexualidad, no se imaginaba la repercusión que sus vídeos iban a tener. Consciente de que el sexo continúa siendo «un tema tabú» en la sociedad actual, pretende orientar especialmente a adolescentes, puesto que considera que hay «muchísima» desinformación. En 2016, la sexóloga dio un paso más y publicó un libro que lleva el mismo nombre que su canal y que presentó ayer en la Casa de la Lectura de Segovia.

–¿Qué pueden encontrarse los adolescentes en su canal de YouTube?

–Los jóvenes pueden encontrarse temas sobre educación sexual básica, para chicas, para chicos, sobre riesgos sexuales o métodos anticonceptivos, algo que les preocupa mucho. Lo más habitual es que pongan en Google o YouTube las dudas que tienen y entonces les lleva a ese vídeo en concreto.

–¿Cuál son las principales dudas sobre sexo que plantean los jóvenes?

–Principalmente, llegan a mí por temas de riesgo o por prácticas de sexo inverosímiles, aunque de esas tengo menos. Fundamentalmente es por aquello de «tengo la duda de si por esto que hice puedo quedarme embarazada». Entonces lo ponen en el buscador y sale alguien que explica si eso tiene riesgos o no.

–¿Cree que existe desinformación y mala educación sexual?

–Muchísima. Tienen mucha información pero no adaptada o que sea verdaderamente educativa. Por ello, se basan en muchos modelos, en muchas creencias irreales y luego, cuando quieren buscar algo de referencia, les cuesta un montón.

–Mucha gente considera que deben ser los padres quienes hablen con sus hijos sobre sexo. ¿Cuál cree que es mejor edad y momento para hacerlo?

–Lo ideal sería que no existiera esa charla ni una edad tipo, que esto estuviera integrado. Si empezamos a naturalizar todo eso desde pequeños, no es necesario hacer la charla. Normalmente, cuando los padres se deciden a hacer la charla, llegan tarde casi siempre. La realidad es que los adolescentes quieren escaquearse de ella. Y esa conversación aparece cuando hay una alarma de que algo vas a hacer o algo has hecho, y ya es tarde.

–En los últimos tiempos se han incrementado los casos de embarazo prematuro entre las jóvenes. ¿A qué cree que se debe?

–La causa es que los chavales preguntan o dan la señal de alarma después de hacer las cosas. Saben muchas cosas, pero el problema es que venimos de inculcarles miedo, y eso no funciona como técnica educativa. Piensan «bah, no pasa nada». No pasa nada hasta que pasa.

–También han aumentado las agresiones sexuales en adolescentes.

–Hay una excusa, entre comillas, que es la pornografía. Vemos un modelo superagresivo y lo que se hace es objetivizar a la mujer. El problema no es el porno, es que no hay una educación sobre el consumo pornográfico. Si nadie te ha educado y no hay un sistema que eduque sobre eso, si no se habla, lo tomo de modelo.

–¿Dónde está el límite entre un piropo y acoso sexual?

–Yo no soy de la que piensa que un piropo sea acoso necesariamente. Si tú me lanzas un piropo a mí de forma educada y yo estoy en igualdad de condiciones para devolvértelo, puede ser incluso agradable. El problema viene cuando yo siento que tú me lo puedes lanzar a mí pero yo no me siento en virtud de echártelo a ti. Ahí tenemos un problema, no hay equidad. Lo que es grosero y lo que no es un límite muy sutil.

–¿Considera que el interés sobre temas relacionados con el sexo surge cada vez antes?

–Vivimos en una sociedad hipersexualizada. Además, en el móvil todo el mundo tiene acceso a todo tipo de contenidos eróticos sin ningún control. Está demostrado que las niñas y niños de 11 y 12 años están muy en contacto con pornografía. Aunque no lo busquen, es que nos sale a todos. Es un bombardeo constante. También influye el choque cultural y la ausencia de labor educativa.

–¿Quién o qué es el peor enemigo para la libertad sexual femenina?

–Nosotras mismas. El machismo no tendría sentido si todas estuviéramos de acuerdo en que no tiene sentido. Hasta que nosotras no lo tengamos claro, nada de esto tiene sentido. Cuando escucho a los jóvenes hablar, las más machistas a veces son ellas. El término ‘puta’ sale de la palabra de ella, no de ellos. Ellos son más cautelosos. Ellas son las agresivas contra sus iguales.

–En el año 2015, la plataforma YouTube le censuró un vídeo en el que explica cómo ponerse un preservativo. ¿Qué queda de esa historia?

–Nos hemos reconciliado porque yo sigo usando la plataforma. ¡Es absurdo no usarla! Aun así, actualmente tengo dos vídeos censurados. Uno de ellos no me dejan tenerlo para todos los públicos y el otro no me dejan monetizarlo. YouTube paga una miseria a los que tenemos contenidos publicados, pero ni siquiera eso.

–'Sexperimentando' cuenta con más de cien mil suscriptores. ¿Cuál cree que es la clave de su éxito?

–La clave está en la necesidad. Si no hiciera falta, la gente no buscaría información ni se suscribiría para tener información todas las semanas. Cada vez hay más gente porque el contenido es muy necesario. De hecho, todos los vídeos que publico son a partir de temas que plantean, así que más claro...

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