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La nieve vuelve a Navacerrada sin atacos ni colapsos del puerto
Cientos de personas acudieron al límite entre las provincias de Segovia y Madrid, pero no llenaron los aparcamientos de la sierra
El primer fin de semana de la temporada invernal con nieve en el Alto de Navacerrada se saldó este sábado con normalidad y sin restricciones ... a la movilidad entre vertientes. Un detalle que parece menor, pero que en los últimos inviernos se había convertido en motivo de preocupación para cientos de vecinos segovianos y para numerosos hosteleros, acostumbrados a ver cómo el colapso del puerto más mediático de la sierra de Guadarrama alteraba el regreso a casa o impedía la llegada de clientes con reserva.
Tras las nevadas de los últimos días, el alto situado en el límite provincial entre Segovia y Madrid amaneció cubierto de blanco y ofreció la postal clásica de diciembre: praderas nevadas, familias con trineos y grupos estrenando la temporada con las primeras caminatas sobre el manto blanco. La niebla fue la principal protagonista durante buena parte de la mañana, con momentos de baja visibilidad, aunque sin traducirse en incidencias.
El plan de subir a ver la nieve fue escogido por cientos de personas, aunque no las suficientes como para desbordar la capacidad del entorno. El tráfico en ambas vertientes fue intenso durante la mañana, pero los aparcamientos estuvieron lejos de colgar el cartel de completos. Tanto en Navacerrada como en Cotos hubo margen para encontrar plaza sin escenas generalizadas de vehículos ocupando arcenes. En la zona recreativa se repetían las imágenes del inicio de temporada: niños en peleas de bolas de nieve, descensos en trineo y grupos apurando las primeras horas de nieve antes del regreso.
Con varias patrullas de la Guardia Civil supervisando los accesos, la jornada transcurrió sin incidentes reseñables y sin necesidad de aplicar restricciones. La ausencia de cortes permitió, además, que la carretera siguiera funcionando como paso entre comunidades para quienes la utilizan en desplazamientos cotidianos, un punto sensible para quienes cruzan a diario de un lado a otro de la sierra.
Esa normalidad cobra relevancia por el debate reabierto en los últimos meses sobre cómo gestionar la afluencia de visitantes sin bloquear una vía de comunicación. En noviembre, la subdelegada del Gobierno en Segovia, Marian Rueda, pidió que los cortes ligados al llenado de aparcamientos no impidan el paso de quienes necesitan atravesar el puerto. «No es lo mismo querer estacionar que pasar por Navacerrada», defendió al calificar el asunto como «un tema recurrente», y al recordar el impacto que los cierres tienen en la movilidad y en la hostelería cuando se multiplican las cancelaciones.
A ese contexto se sumó la petición de la Comunidad de Madrid para reforzar la vigilancia. En marzo, el consejero de Transportes, Jorge Rodrigo, reclamó presencia «permanente» de la Guardia Civil por dos problemas habituales: la conducción temeraria nocturna en los parkings cuando hay nieve y los atascos en la M-601 en jornadas de máxima afluencia, con vehículos intentando aparcar en arcenes y dificultando el trabajo de las máquinas quitanieves.
El estreno de la nieve durante el puente, sin embargo, evitó los episodios que más inquietan a ambos lados de la sierra: ni colas kilométricas, ni cierres que compliquen la vida diaria o la actividad económica. A la espera de nuevas nevadas en las próximas semanas, Navacerrada deja las primeras estampas invernales de la temporada con un ingrediente poco habitual en los últimos años: tranquilidad en la carretera.
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