«Los negocios están en la cuerda floja y ese tambaleo se va a llevar a muchos»
El propietario del local hostelero situado en San Lorenzo advierte de la difícil situación en la que se encuentran los pequeños negocios por los sobrecostes
Se considera un afortunado. En los tiempos que corren, afrontar la subida de los costes sin perder la rentabilidad es casi un milagro. El truco ... para ello ha sido mantener su clientela habitual tras más de 34 años al frente del bar In Lorencho, en el barrio segoviano de San Lorenzo, aunque Avelino de Dios también ha sabido elaborar su propia estrategia. «Voy aguantando porque abro a las 6:30 horas y doy bastantes cafés», asegura el hostelero. A pesar de ello, confiesa que los negocios están ahora mismo «en la cuerda floja».
«Ese tambaleo se va a llevar a muchos», advierte. Él mismo tuvo que subir los precios hasta tres veces el pasado año y, a partir de enero, aumentó diez céntimos más en algunos de sus artículos. Sin embargo, esta no siempre es una medida eficaz. «Gano menos cobrando la cerveza a 1,70 euros que cuando estaba a 1,60 porque el barril ahora es más caro», lamenta. De ahí que se haya marcado como meta los 300 euros de beneficios diarios para no perder rentabilidad.
En su larga trayectoria, con más de 45 años a sus espaldas tras las barras de los bares, no ha conocido una temporada tan incierta como la actual. «Los pequeños negocios no van a poder soportarlo porque ves como te van descontando de todo poco a poco; estamos tiritando», afirma De Dios. Ejemplifica con el gasto en el suministro energético, un coste fijo y en ascenso que ha llevado a muchos locales a adelantar el horario de cierre por las tardes para conseguir un mayor ahorro y evitar las llamadas «horas muertas». «Hay momentos en los que no producimos pero sí perdemos, pues las luces y las cámaras frigoríficas siguen encendidas», explica.
No le extraña que muchos bares en su misma situación hayan cerrado. «Doy gracias porque el alquiler no me lo han subido y en los peores meses de la pandemia me lo perdonaron», recuerda. De modo contrario, «quizá no estaría aquí», concluye.
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