Más de la mitad de los segovianos carece de seguro para cubrir su muerte
Las pólizas de la provincia, en el promedio nacional, aumentan paulatinamente en torno a un 1% anual en la última década con la incorporación de los jóvenes a paquetes con otros seguros
A diferencia de otros seguros como el de accidentes, hogar o vida, el de decesos es el único con certeza de uso. Pagamos por casas ... que nunca se incendian o coches que nunca se estrellan, pero la biología asegura que el asegurado cobrará, tarde o temprano. El dilema sobre si contratarlos desborda lo económico, la razón por la que nacieron en las regiones más pobres del sur de España, un fondo que iban llenando familias humildes que no podrían afrontar de golpe los gastos funerarios. ¿Compensa pagar una cuota mensual durante toda la vida para no tener que pagar a tocateja? Más de la mitad de los segovianos no está cubierto y afronta, en la práctica, una factura que puede llegar a los 7.000 euros. Cada vez más compañías apuestan por este producto porque en una sociedad con una longevidad al alza, cuanto más vive el asegurado, más rentable resulta la operación, máxime porque a más edad, mayor es la cuota. Por eso cada vez ofrecen seguros más completos, con coberturas en viajes o médicas que convencen a los jóvenes, con la preocupación justa por morir, pero sí por evitar dramas.
Al cierre de 2023, 74.298 personas tenían en la provincia cobertura de decesos, lo que suponía entonces un 47,57% de la población, según un informe de la Unión Española de Entidades Aseguradoras. El dato supone un 0,8% más que el año anterior, una evolución coherente con el incremento interanual de pólizas en la provincia desde 2012: entonces estaban asegurados 66.537 y representaban el 41,8%. La evolución incluye dos anomalías: el aumento de nueve puntos entre 2018 y 2019 y la caída de siete al año siguiente debido en gran parte a que los fallecidos por el covid se cayeron de la lista. Teniendo en cuenta ese crecimiento entre años, se puede prever una cifra actual en la frontera del 50%. Según este último informe, Segovia está un punto por encima de la media nacional, entonces 22,3 millones, lo que equivalía a un 46%. La provincia con un mayor volumen de asegurados en términos relativos es Cádiz, donde un 78% de los residentes está cubierto. Siguen Ávila (76%), Badajoz (73%), Ciudad Real (70%) y Jaén (65%). El seguro está menos extendido en Soria (19%), Teruel (20%), Huesca (21%), Baleares (21%) y Navarra (23%). No hay un hilo conductor demográfico, la implantación en cada territorio depende en última instancia de la red de aseguradoras locales.
«La pandemia puso el seguro de decesos en valor. Y mucha gente que falleció sin seguro se dio cuenta de lo que costaba un entierro, que, dependiendo de la zona, puede llegar hasta los 7.000 euros», subraya el presidente del Colegio de Mediadores de Seguros de Segovia, Carlos de Pablos, que agrupa a una treinta de agentes y corredores colegiados. El incentivo del producto es logístico. «Hay gente que dice que está pagando el coste de su entierro dos o tres veces. Sí, puede ser. Pero si falleces en dos años, ¿qué pasa? O si lo haces fuera de España. Estás pagando 800 euros por el seguro del coche y a lo mejor no lo utilizas nunca. Aquí te garantizas un servicio y la tranquilidad de que tienes todos hecho». Incluye los trámites burocráticos hasta el Impuesto de Sucesiones, que ya recae en la familia.
La contratación crece fundamentalmente por dos vías: los jóvenes y los extranjeros. «Se está percibiendo como un seguro del que se puede hacer uno en vida». Los primeros valoran que el producto no solo cubra el deceso, sino extras como asistencia en viajes, urgencias dentales o tramites notariales o legales. A los segundos, porque cubre la repatriación a los países de origen. A Bulgaria, uno de los países en los que más se hace desde España, cuesta entre 12.000 y 15.000 euros; a Sudamérica rondan los 20.000. Así se ha ido complementando en los últimos años un seguro de decesos puro que solo cubría los trámites relacionados con el fallecimiento. Hasta el punto de que la diferencia que lleva a contratar uno u otro está en esos complementos con los que las aseguradoras compiten entre sí dentro del mercado. La progresión en el pago también ha cambiado. La mayoría tiene un seguro 'nivelado' por el que paga todos los años lo mismo, exceptuando el precio del servicio, que sube marginalmente cada año. Desde 2010 aflora una tarifa mixta que empieza en un precio muy reducido y crece anualmente entre un 7 y un 10% según aumenta la edad. «Al final, a lo largo de toda la vida de la póliza, se está pagando lo mismo». Y da un incentivo más a los jóvenes, que pagan menos que sus padres en esos primeros años.
Una forma de asumir ellos la cobertura. «Hubo tiempo en que los abuelos se la hacían a los hijos, metían a los nietos y al final estaban pagando ellos las pólizas. Cuando fallecían, los nietos se daban de baja». Un tipo de seguro que se caracteriza por la fidelidad, frente a las rotaciones de dos o tres años en los de accidentes. «La gente te mantiene la póliza 10, 20 o 30 años». De Pablos tienen en su correduría algunas de 1958 que no se han dado de baja. La renovación es anual, pero la tradición del pago mensual se mantiene. Con todos lo matices de cada contratante, alguien de edad media, pongamos 45 años, paga unos 100 euros anuales. La rentabilidad es muy alta y la ratio de reclamaciones es muy bajo. «Las compañías solo tienen un momento para lucirse y tienen que hacerlo bien cuando llega el fallecimiento. Y fideliza muchísimo a alguien que ha visto cómo lo han hecho con su familiar».
La implantación de este seguro es habitualmente mayor donde hay compañías específicas de decesos. De Pablos habla de un mercado «muy concentrado», más aún en Segovia. Su estimación es que entre Santa Lucía, Ocaso, Mapfre y Preventiva concentran el 85% de las pólizas. Han entrado nuevas aseguradoras, pero el servicio lo siguen dando las tradicionales: Allianz a través de Preventiva, Pelayo a través de Santa Lucía.
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