Mantienen la petición de 30 años de prisión para el acusado de agredir y violar a su prima
La defensa pide que se califiquen los hechos como un delito de lesiones agravadas y otro de agresión sexual en concurso medial
El Ministerio Fiscal mantiene su petición de 30 años de cárcel para el joven C. P. acusado de intentar matar a su prima y, tras no conseguirlo, violarla cuando estaba inconsciente, hechos que ocurrieron en septiembre de 2019 en la localidad segoviana de Turégano tras la última sesión del juicio celebrado ayer en la Audiencia Provincial, juicio que ha quedado visto para sentencia.
La Fiscalía argumentó en sus conclusiones finales la «intencionalidad de causarle la muerte a su prima, no un arañazo» y resaltó «no solo el daño físico, también psicológico. La víctima creyó que iba a morir, que se le iba la vida». También apuntó que el reconocimiento del acusado «llegó cuando las pruebas demostraron su culpabilidad», confirmando de esta manera la solicitud que ya había presentado inicialmente, de 30 años de prisión para el encausado, 20 de libertad vigilada y 14.700 euros de indemnización para la joven por un delito de asesinato en grado de tentativa y otro de agresión sexual.
El abogado de la víctima, que ejerce la acusación particular, solicitó la misma pena de prisión, en este caso por un delito de homicidio con alevosía en grado de tentativa y otro de agresión sexual y pidió además 112.000 euros de responsabilidad civil, en función de jurisprudencia sentada previamente en casos como la sentencia del Tribunal Supremo respecto al caso de 'La Manada'.
«La instrucción no deja lugar a dudas sobre los hechos y su autoría. Hechos graves y las consecuencias que ha ocasionado. El acusado dijo a la víctima 'te quiero ver muerta'... qué mejor prueba», apuntó en sus conclusiones finales. La acusación particular también resaltó «la intención de matar, se aprovechó de la víctima, sin riesgo para él, sin posibilidad de defensa para la víctima».
«No ha perdido su vida, pero sí ha perdido su juventud; ha tenido que dejarlo todo y marcharse», dijo en relación a la víctima y sobre el acusado añadió que «está en prisión preventiva comunicada y no ha pedido perdón ni ha mostrado arrepentimiento». Otro de los puntos a los que se refirió la acusación fue «el plan de coger el coche y alejarse del lugar lo más rápido posible y luego mandó un mensaje a su prima en el que decía que se iba a retrasar... Si eso no es buscar una coartada. No ha dado una explicación de cuál fue el móvil, si por amor, odio, se le fue la cabeza...», añadió.
La defensa del acusado reconoce las lesiones y la agresión sexual. «Lesiones para vencer la resistencia de la víctima, como medio para tener acceso al deseo carnal, como medio para conseguir su propósito, nada hace pensar que quería atentar contra la vida de su prima. La naturaleza era sexual, no hay otro motivo. Su intención nunca fue matar, y por supuesto no hubo ensañamiento ni alevosía», expuso la abogada, que ha pedido que se califiquen los hechos «como constitutivos de un delito de lesiones agravadas y otro de agresión sexual en concurso medial» y una condena de seis años y tres meses de prisión, siete años y tres meses de orden de alejamiento, cinco de libertad vigilada y 7.683 (2.683 euros y 5.000 por daños morales) de responsabilidad civil.
En esta última jornada, declararon los forenses, que no consideraron en su informe «que el acusado tuviera disminuidas sus capacidades cognitivas y no presentaba ninguna patología». Explicaron que de lo que se trataba era valorar si tenía la capacidad suficiente para conocer los hechos que se le imputan y sobre todo, si tenía la capacidad de elección a la hora de realizar estos actos. Y su conclusión es que el acusado «tiene la capacidad suficiente, y ha tenido capacidad para elegir».
Acoso escolar de niño
La defensa se basó en el testimonio de unos peritos propuestos por esta parte para tratar de acreditar que el acusado presenta algunos síntomas de un trastorno por estrés pos traumático que tendría como origen una experiencia de acoso escolar sufrido cuando era niño, a la edad de 10, 11 años, «que no es determinante pero sí significativa».
Esta vivencia habría ocasionado una incapacidad para controlar sus impulsos que se puso de manifiesto ante la situación de estrés que supuso para él la frustración de que su prima se hubiera negado a tener relaciones sexuales con él un tiempo atrás, razonamiento por el que la defensa ha solicitado una atenuante de «anomalía mental». Y sobre el comportamiento posterior, destacaron «la sensación de enorme confusión, de un estado mental de una gran confusión, de ahí ese impulso casi animal de huida». En su opinión, también manifestaron que «no tiene un perfil de persona psicópata».
El planteamiento de la defensa ha sido rechazado por la fiscal, quien ha negado que exista una relación de causalidad entre la supuesta experiencia de acoso escolar con los hechos juzgados y ha insistido en el ánimo de acabar con la vida de la víctima que mantuvo el acusado al cometer las graves agresiones.
Las acusaciones se basan en el relato de la víctima, quien declaró en la primera jornada del juicio que el 6 de septiembre de 2019 estaban ambos (él entonces 24 años y ella 18), en casa de la joven y se disponían a salir de fiesta a otra localidad. Cuando la víctima se estaba abrochando los zapatos para salir, él le dio un puñetazo en la cabeza, la tiró al suelo, la inmovilizó, intentó ahogarla con un cojín y luego con sus manos, le dio una serie de golpes que la dejó inconsciente y, una vez quedó en ese estado, aprovechó para violarla.
