El jurado de los encierros de Cuéllar deja sin trofeo a las ganaderías
Trece de los catorce miembros presentan su voto en blanco ante un ciclo con las carreras deslucidas en las calles
mónica rico
Cuéllar
Domingo, 1 de septiembre 2019, 09:01
El ciclo de encierros de Cuéllar de 2019 ha quedado muy deslucido en las calles. La rapidez con la que los astados realizaron ... los trayectos por el pinar y campo propició que llegaran cansados al recorrido urbano, donde la mayoría de los días la manada ha llegado disgregada, sin mostrar fuerza y sin que los corredores hayan podido disfrutar de buenas carreras. A pesar de que la presencia de los astados hacía augurar un buen ciclo, finalmente no ha sido así. Esta es la conclusión que puso ayer de manifiesto el jurado que otorga el trofeo a la mejor ganadería de los encierros de Cuéllar, que decidió dejar desierto el premio.
De hecho, trece de los catorce miembros del jurado votaron en blanco. El último y único voto con nombre fue para la ganadería de Casas de la Bubilla, cuyos novillos recorrieron las calles de la villa cuellarana el martes 27 de agosto en el tercero de los encierros.
El trofeo es una iniciativa de la Asociación Encierros de Cuéllar, que lo organiza cada año, y tiene por finalidad la mejora de la organización de los ancestrales encierros que se celebran en la villa; se premia la mejor selección del ganado bravo, a la ganadería que aporte el mejor encierro de ganado bravo dentro de cada ciclo anual, para lo que cada año invita a participar a representantes de distintos colectivos.
En esta ocasión formaron parte del jurado Jairo Martín como presidente y Abel Montero, que actuó como secretario. Como vocales, además de miembros de los medios de comunicación locales, representantes de la peña El Encierro (Gustavo Cobos), Asociación Eh Toro (Ernesto Fernández), Asociación A Caballo (Luis Ángel García), Amigos del Caballo (Iván Sastre), la coordinadora de peñas (Diana Callejo), un representante de los corredores (Jesús Ángel Hernansanz), un representante de la revista Encierros de Cuéllar (Rubén de Miguel), y, como representante de la Asociación organizadora, Manuel Blanco Verdugo. También estuvieron miembros de las asociaciones con voz y sin voto.
Antes de la votación, los asistentes realizaron un amplio análisis del ciclo de encierros. Comenzaron por las expectativas que se habían creado con los astados, pues la presentación y el trapío eran buenos y hacían prever un gran ciclo. Se cuestionó qué pudo ocurrir, puesto que todos los días se repitió una situación muy similar con ganaderías diferentes, algo que incluso se tachó de «extraño».
Esta situación era la imposibilidad de parar los toros en el pinar, que motivó la excesiva rapidez de los trayectos por el campo. Y eso hizo que las reses llegaran a la villa cansadas y casi sin fuerzas para realizar unas carreras vistosas. Casi en todos los casos, los astados subieron al paso, después de realizar unos rápidos traslados por el campo, y a pesar de los descansos.
Exceso de público a pie en el campo y en El Embudo
En su informe diario de los encierros, desde la Asociación Encierros de Cuéllar también realizaron un comentario resumen final en el que apuntaron algunas cuestiones que este año funcionaron de forma correcta. Una es la retirada de algunos bueyes del grupo principal para el recorrido urbano en algún encierro, lo que además permite recoger algún toro rezagado; otra, la vuelta de los toros al encierro del domingo, que a su juicio mejoró la imagen de las fiestas; también las actuaciones del baile de rueda, que «no fallan»; y además la gran amenización en la zona de corrales por los integrantes del grupo que ofrece las sopas de ajo cada mañana, «que cada vez tienen más acogida».
En el lado negativo están cuestiones que a juicio de la Asociación no han funcionado. Según indican, se han repetido «graves errores» de años anteriores, especialmente la tentativa de meter en el recorrido urbano toros rezagados que van en solitario, «los cuales normalmente acaban teniendo que ser anestesiados en el campo o provocando problemas en el recorrido y en la enfermería en caso de que entren, además de dar una mala imagen de nuestros encierros».
También señalan la «excesiva» presencia de gente a pie acompañando al encierro en la zona de pinares, la masiva afluencia de público en la peligrosa zona del Embudo, la anulación de gran parte de los encierros de promoción «sin tener en cuenta su finalidad» o el cierre diario al público de uno de los corrales del Puente Segoviano.
En resumen, para la Asociación ha sido un año de encierros «muy deslucidos», en los que la alta velocidad en el traslado por el campo influyó negativamente en el recorrido urbano. El grupo que valoró el ciclo entiende que es necesario realizar una revisión general de la organización de los encierros, bien a través de una comisión o bien de un patronato que comience a funcionar cuanto antes.
Desde las asociaciones de caballistas apuntaron la «imposibilidad manifiesta de parar los toros en el pinar» y que los bravos, en todas las ocasiones, se adelantaron a los mansos en los primeros metros tras la salida de los corrales, por lo que en el momento que no llevan por delante bueyes, los astados se disgregan.
Es una cuestión que para los miembros del jurado habrá que analizar, puesto que los toros y novillos se han movido en las fincas de los directores de encierro con bueyes y caballos, siempre al paso, y sin mayores problemas. También se puso de manifiesto cómo en la zona del Embudo las carreras se lanzaron muy rápido, lo que ocurrió, según explicaron los jinetes, por la misma razón: en el momento en el que los bravos comenzaban a moverse, emprendían la carrera.
Positivo
Entre las cuestiones positivas que apuntaron los miembros del jurado destacan la elección previa del ganado, en cuanto a presentación; el cambio del encierro del domingo, en el que se han corrido toros en lugar de novillos; la fuerza de los astados en el campo; y la existencia de más unión y colaboración entre los caballistas, una cuestión que se ha visto también beneficiada por la inclusión de medio centenar de cuellaranos participando en el encierro desde la suelta de los corrales, puesto que se han implicado más en el desarrollo.
Sugerencias
En el aspecto negativo, algunos miembros del jurado apuntaron la existencia de mucho ruido en los corrales del Cega como una de las razones para que los astados saliesen nerviosos. Se propuso la posibilidad de separar unos metros más atrás al público que acude a la suelta. También puso de manifiesto el jurado la existencia de muchos coches y personas a pie durante todo el traslado; la suciedad en los pinares, que ha complicado la labor de los caballistas; y la imposibilidad de realizar buenas carreras en las calles, con encierros muy deslucidos al correr la manada muy disgregada.
Durante el debate también agradeció el jurado el esfuerzo de los jinetes, y se marcaron como positivas algunas nuevas medidas de seguridad, entre ellas el vallado en el margen izquierdo del Embudo.
Por otro lado, se recordó que en los próximos meses saldrá a la luz una nueva licitación de la dirección de campo, por lo que los integrantes del jurado invitan a todas las asociaciones a que realicen sus sugerencias para incluirlas en el nuevo pliego de condiciones para adjudicarla, donde podría tener cabida la imposición de sanciones cuando se produzca la entrada anticipada de los astados, tal y como comentó uno de los oyentes.
Por último, todos los miembros del jurado quisieron expresar el pésame a la familia de Jesús Ángel Arévalo, el cuellarano de 61 años fallecido el jueves tras resultar herido por uno de los toros durante el encierro.
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