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Obras en la nave de Drylock en el polígono de Hontoria. Antonio de Torre
El juez dirime la batalla entre Ontex y Drylock, con sospechas de espionaje y fuga de trabajadores

El juez dirime la batalla entre Ontex y Drylock, con sospechas de espionaje y fuga de trabajadores

El tribunal acuerda medidas para garantizar la competencia leal entre los dos colosos del sector de la celulosa

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Sábado, 26 de mayo 2018, 09:49

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Las buenas noticias siempre tienen otra lectura. Sobre todo cuando hay dos partes implicadas. A veces se dan batallas comerciales, industriales y hasta laborales; también, en cierto modo, paradójicas. Está ocurriendo entre dos multinacionales belgas dedicadas a la fabricación y venta de productos de celulosa, Ontex Peninsular, la empresa que ocupa el primer lugar por volumen de facturación en la provincia de Segovia, y Drylock Technologies, que está a unas semanas de comenzar su actividad productiva en el polígono de Hontoria, dirigida por Miguel Ángel González, quien fuera director general de la primera.

La buena noticia es que Drylock ha anunciado (con el apoyo del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, en una visita a la sede central en Bélgica) la inminente apertura de su fábrica de Segovia con la creación de un centenar de puestos de trabajo. Lo peliagudo del caso es que Ontex haya acusado de intento de espionaje industrial a los responsables de Drylock, que en pleno proceso de selección de la plantilla se ha llevado a una veintena de trabajadores de aquella, que entre fijos y eventuales tiene un plantel de cerca de 350 empleos en la fábrica de Valverde del Majano.

González ha manifestado que las dos firmas no serán estrictamente competidoras, sino «complementarias». Pero los responsables de Ontex solicitaron al Juzgado de lo Mercantil de Segovia que acordara medidas cautelares frente a Drylock, su director y los dieciséis extrabajadores que han dejado la empresa, con la prohibición de revelar cualquier secreto empresarial e industrial, en especial a González como exdirectivo, y la orden de que cesen «la difusión de informaciones falsas o difamatorias».

El auto del juzgado conmina a González a mantener el pacto de confidencialidad suscrito en 2015, como este ha reconocido, pero dice que no hay pruebas suficientes para establecer que haya vulnerado el pacto o incurrido en competencia desleal, aunque acuerda que tanto Drylock como su director «deben cesar en la difusión de informaciones falsas respecto a Ontex».

El juzgado entiende, por otra parte, que si bien González no puede usar la información de la plantilla de Ontex , indica que los trabajadores tienen derecho a concurrir a «algún procedimiento de selección para trabajar en otro sitio».

Cumplimiento

En una nota de prensa, la dirección de Ontex se mostró ayer satisfecha con el auto del juzgado, «y exigirá su estricto cumplimiento». También indica que «admite como algo saludable la competencia en el sector, siempre que no sea desleal». Pero agrega que sigue adoptando medidas «para solucionar los problemas heredados de la gestión del exdirector», y entre ellos cita el convenio colectivo firmado en 2015, que ha suspendido para negociar una nuevo «más favorable para todos los trabajadores».

La plantilla de Ontex tiene, según la empresa, mejores condiciones de salud y seguridad en el trabajo, «acceso a un seguro médico privado gratuito», un «interesante plan de pensiones» o incentivos en función de la productividad que llegan a mil euros mensuales.

La guerra comercial es europea, pues las dos firmas poseen centros de producción en Bélgica y en Chequia. La paradoja es que en el origen de Ontex y de Drylock está la misma familia belga, Van Malderen.

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