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Imagen de archivo de episodios de inundaciones ocurridos en Mozoncillo, Cantimpalos, Hontanares de Eresma y Pajares de Pedraza. El Norte

Una inundación catastrófica provocaría pérdidas de 17 millones de euros en la provincia

Cerca de 250 personas en la capital y siete pueblos viven en zonas con probabilidad de sufrir un evento extremo por graves avenidas

Martes, 4 de noviembre 2025, 07:15

Los episodios de inundaciones han sido frecuentes en los últimos años en Segovia. Los daños que han acarreado estos fenómenos adversos han sido muy elevados ... según la comarca, ya que en muchos municipios las acumulaciones de agua no solo han afectado a los cultivos, caceras o carreteras, sino que también han anegado numerosas viviendas, comercios o edificios públicos. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) calcula que la peor de las catástrofes por intensas precipitaciones supondría pérdidas valoradas en más de 17 millones de euros en la provincia, así como la destrucción de inmuebles patrimoniales o sociales de especial relevancia. Cerca de 250 personas viven en zonas con grave riesgo de sufrir estos siniestros.

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Ha pasado justo un año de la tragedia que asoló Valencia, Castilla-La Mancha y Andalucía. El recuerdo de la dana, que se llevó las vidas de 237 personas y arrasó municipios enteros, sigue muy presente pese al avance de los meses. La mayoría de las comarcas del Levante que fueron golpeadas por las inundaciones todavía no han recuperado la normalidad, pues el daño global se cifra en más de 18.000 millones de euros. La concienciación sobre los eventos extremos ha aumentado a raíz de este fatal suceso, de ahí que las diferentes administraciones se hayan afanado en investigar las consecuencias que puede tener una riada catastrófica en diferentes puntos del país.

El mapa segoviano tiene varios pueblos marcados en color rojo por los elevados índices de peligrosidad por inundaciones. En concreto, se trata de Cantimpalos, Miguel Ibáñez (perteneciente a Santa María la Real de Nieva), Migueláñez y Mozoncillo, a los que se suma Segovia capital y, recientemente, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha añadido Pajares de Pedraza (Arahuetes) al listado. Sin embargo, hay otras localidades que también se verían afectadas en cierta medida por el desbordamiento excepcional de arroyos y ríos, como son Hontanares de Eresma o Muñopedro, que sufrirían importantes pérdidas económicas. A ellas se suman siete municipios donde estos episodios tendrían unas repercusiones más bajas, al no suponer un riesgo importante para las personas.

El visor cartográfico de zonas inundables, elaborado por el Miteco, ha actualizado recientemente sus mapas de riesgo para incluir estimaciones sobre la cantidad de población que actualmente reside en áreas con probabilidades de sufrir las avenidas y las actividades económicas que podrían lamentar daños de algún tipo. La información que aporta este instrumento permite profundizar en las consecuencias que pueden tener las frecuentes crecidas que se han sucedido en los últimos años o una extraordinaria riada que protagonizaría el peor de los escenarios. También sirve de guía para los organismos de cuenca a la hora de emitir autorizaciones y concesiones o planificar actuaciones de defensa.

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Riesgo poblacional

Para calcular los índices de peligrosidad, los mapas tienen en cuenta tres circunstancias en función de la probabilidad de ocurrencia de las inundaciones. El primero de ellos se asocia a un periodo de retorno de diez años, donde se evalúan aquellos episodios que pueden sucederse con relativa frecuencia en el tiempo; el segundo, que hace referencia a un lapso temporal de cien años, se corresponde con siniestros con una probabilidad media; y el tercero está relacionado con los eventos extremos que se pueden desarrollar puntualmente a lo largo de 500 años, aunque cada vez son más habituales.

La cifra de población que puede verse afectada por inundaciones en la provincia de Segovia fluctúa dependiendo del periodo de recurrencia. Si se tiene en cuenta un escenario de alta probabilidad, la estimación de personas que viven en zonas donde las crecidas son habituales es de 149. Si se atiende a un episodio inusualmente catastrófico, el recuento asciende a 249. Más de la mitad de los segovianos que lamentarían consecuencias de gravedad en este contexto residen en Mozoncillo, pues el Miteco considera que al menos 146 vecinos -de los 900 totales- viven en zonas con riesgo de acumulación de agua. Se trata de las viviendas situadas al principio y final de la calle Arroyo Abajo, de acuerdo con el visor cartográfico.

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El análisis realizado demuestra que a tan solo unos pocos kilómetros, al menos 49 ciudadanos se encuentran en esta misma situación en Cantimpalos, un dato que desciende en Segovia capital hasta los 19, en Hontanares de Eresma (16), Pajares de Pedraza (10), Migueláñez (4) y Miguel Ibáñez (2). Muñopedro no aparece en esta estadística de daños personales ya que las riadas tan solo afectarían a infraestructuras en las afueras del casco urbano. Si se tiene en cuenta un periodo de retorno más bajo, el umbral de población en riesgo desciende un 41%.

Balance económico

Lo que no experimenta tantas variaciones son las pérdidas económicas. Hay una alta probabilidad de que un episodio de avenidas desencadene cuantiosos daños en edificios, vías de comunicación, terrenos rústicos o áreas industriales. En este sentido, Mozoncillo vuelve a situarse a la cabeza, donde un evento de carácter excepcional podría provocar perjuicios valorados en aproximadamente 4,7 millones de euros. Los percances relativos a una catástrofe de magnitudes elevadas tendrían impacto en buena parte del casco urbano, ya que el agua anegaría más de una docena de calles y hasta medio centenar de edificios, muchos de ellos de uso residencial. Algunas infraestructuras de carácter social no podrían esquivar el suceso, como son el campo de fútbol, el polideportivo o la residencia de ancianos Las Eras, que presentan un riesgo 'muy grave' por inundación; o el Ayuntamiento, la farmacia o establecimientos hosteleros, aunque la probabilidad en este caso desciende.

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La reconstrucción tras el desastre sería a su vez una tarea ardua y complicada en Parajes de Pedraza, donde la inversión para volver a la normalidad tras una extraordinaria riada se dispararía a los 4,1 millones de euros. El agua entraría en alrededor de una treinena de viviendas -más de la mitad de su parque residencial-, anegaría la travesía del pueblo y sería necesario realizar labores de limpieza en varios kilómetros del río Cega y sus márgenes. Las inundaciones podrían afectar en el peor de los casos a la iglesia de San Gregorio, de alto valor histórico y patrimonial.

Cerca de estas estimaciones se sitúa Segovia, donde los daños por las avenidas rebasan los 3,1 millones de euros y están localizados en la Alameda del Parral y la Real Casa de la Moneda, donde se unen los ríos Eresma y Ciguiñuela. En este sentido, el museo, restaurante y las salas culturales se llevarían la peor parte, pues la afección por inundaciones es 'muy grave'. La restauración tan solo de estos edificios, además de sus pasarelas, accesos y jardines, supondría un desembolso de 1,5 millones de euros. A ello hay que sumar las viviendas y otros inmuebles presentes en el mismo enclave. Afortunadamente, el monasterio de Santa María del Parral no sufriría ningún percance.

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La clasificación de pérdidas económicas a raíz de un evento extremo por intensas lluvias o el deshielo la completan Muñopedro, con casi dos millones de euros, debido al deterioro que padecerían los terrenos agrícolas y la carretera SG-322, en el puente que cruza el río Voltoya; Cantimpalos, con 1,8 millones, pues hasta 25 viviendas junto al cauce del arroyo Papeles y las urbanizaciones cercanas al campo de fútbol se verían anegadas; y Migueláñez, que lamentaría desbordamientos por la cara oeste del municipio, lo que provocaría daños por importe de casi un millón de euros al afectar a vías urbanas, domicilios y cultivos.

Para calcular los índices de peligrosidad, los mapas tienen en cuenta tres circunstancias en función de la probabilidad de ocurrencia de las inundaciones

Por debajo de este cómputo se encuentran Hontanares de Eresma, con perjuicios de hasta 350.000 euros, sobre todo por la repercusión de estos fenómenos en el área deportiva y el parque y, principalmente, en la carretera SG-V-3122. Finalmente, las pérdidas en Miguel Ibáñez por el desbordamiento del arroyo del Tormejón están valoradas en 76.000 euros, debido a los desperfectos que sufrirían un solar urbano y una nave-almacén, de acuerdo con el mapa de peligrosidad.

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Son muchas la estructuras que quedarían cubiertas bajo varios metros de agua. En los últimos meses ha habido precedentes que anticipan este hecho, como es la tromba de granizo que desbordó un arroyo en Ayllón en junio de 2023, la dana que sacudió El Espinar y abrió socavones en sus calles en septiembre de ese mismo año, las fuertes lluvias que junto al deshielo anegaron plazas y carreteras de forma generalizada en la provincia en enero de 2024 o la repentina riada que se produjo en Carbonero el Mayor. El caudal desbordado del Eresma entró a su vez a la Casa de la Moneda de Segovia el pasado marzo. La noticia positiva es que en ninguno de los casos ha habido que lamentar daños personales, tan solo materiales. Todo ello ha concluido en anécdotas que llevan a muchos segovianos a extremar las precauciones durante los avisos por riesgos meteorológicos.

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