La intrahistoria de una sucesión cocinada a fuego lento
Cuando salió elegida en 2019, Clara Luquero ya sabía que este era su último mandato. La decisión ha tardado tres años en fraguar
El 6 de mayo quedará ya en la historia de Segovia como el día en que Clara Luquero, la primera mujer en ser alcaldesa de la ciudad, anunció su dimisión. Una decisión que, según ella, llevaba tiempo meditando y se debe a «motivos personales».
Ambas cuestiones son ciertas. Los motivos personales han tenido su importancia en la renuncia de Luquero. Mucho más que hace ocho años, cuando Pedro Arahuetes puso la misma excusa para dejar la Alcaldía. Y también es cierto que la marcha de la alcaldesa no se ha decidido en las últimas semanas. De hecho, casi desde su ajustada victoria en las elecciones de mayo de 2019 se tenía ya claro que iba a ser el último mandato de Luquero. Al frente de la ciudad desde 2014, acumulaba otros once años de experiencia como concejala de Cultura y de Turismo. El cansancio era un factor a tener en cuenta, pero quedaban cuatro años para preparar el camino a su sucesor.
En aquel momento, dos eran las apuestas 'lógicas' para coger el relevo. Una, el número dos en las listas del PSOE y teniente de alcalde, Jesús García Zamora. Ganó peso y protagonismo tras las dimisiones de Alfonso Reguera y José Bayón, y pasó de gestionar áreas como Medio Ambiente a asumir Hacienda. Dialogante, con talante y poco amigo de pronunciar una palabra más alta que otra, también se convirtió en el portavoz del gobierno y en uno de los políticos más respetados por la oposición, que reconocían su facilidad en el trato. No obstante, fueron las reticencias del propio García Zamora las que terminaron por descartar esta opción.
La segunda alternativa que figuraba en las quinielas para liderar el futuro proyecto del PSOE en el Ayuntamiento era José Bayón, secretario de la agrupación socialista en la capital. Una de las apuestas en el primer mandato completo de Luquero (2015-2019), su repentina marcha en septiembre de 2018 para convertirse en el nuevo director de la Empresa Nacional de Innovación (Enisa) jugó en su contra. Sin presencia en la actualidad política municipal, no era opción que llenase las expectativas del partido.
Martín y Merino
En la búsqueda del sucesor de Clara Luquero emergieron dos nuevos nombres. El primero, Miguel Merino. Concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras desde 2019, es una figura que agrada en el PSOE de Segovia. Hombre de partido, ha ejercido distintos cargos en la agrupación local durante los últimos años. De hecho, su perfil político era uno de sus puntos fuertes. En contra jugaba su poca experiencia de gobierno, hándicap que compartía con el segundo nombre que irrumpió como posible candidata a suceder a Luquero.
Clara Martín, concejala de Urbanismo y Patrimonio Histórico desde 2019, entró en las listas electorales como independiente. Fue cuestión de meses que se afiliase al Partido Socialista. Además de su perfil técnico, Martín ganaba relevancia política con el paso de los meses, tanto dentro como fuera del equipo de gobierno. De hecho, su llegada fue uno de los motivos que llevó a Claudia de Santos a salir del Ayuntamiento en el verano de 2020.
Después sobrevino una de las peores épocas políticas para Clara Luquero. Todavía sumergida en la gestión de la pandemia, se encontró con dos grandes controversias. La primera, la elección de Córdoba como futura sede del centro logístico del Ejército, sede a la que también aspiraba Segovia. Además, la decisión del Gobierno central también suponía la futura marcha de la Base Mixta de la ciudad.
Unas semanas más tarde, Luquero tuvo que enfrentarse a la polémica surgida por las contrataciones irregulares en el área de Cultura. La concejalía de la que había sido responsable la propia alcaldesa estaba por aquel entonces en el ojo del huracán y su titular, Gina Aguiar, en la diana del resto de grupos de la corporación. La gestión de la crisis por parte de la regidora –contraria a cesar a una de sus personas de máxima confianza– generó controversia incluso dentro de las filas socialistas.
Las expectativas
Para entonces, tanto en el grupo municipal como en el PSOE de Segovia ya empezaban a vislumbrar unas perspectivas electorales nada halagüeñas, como así confirmaron las encuestas internas. Luquero ya no era tan tajante como en años previos cuando se le preguntaba por su futuro. Ni siquiera descartaba la posibilidad de repetir la 'fórmula Arahuetes': dimitir meses antes de las elecciones para dejar a su sustituto un tiempo al frente del Ayuntamiento.
Con el paso de los meses, esta era ya la opción preferida en las filas socialistas y se empezaron a dar pasos en esa dirección. Creció la exposición pública tanto de Miguel Merino como de Clara Martín. Con el primero, se confiaba en lograr un incremento de su popularidad gracias a un 2021 que debía ser el año más inversor. Además, se le encargó también la gestión del área de Turismo, responsabilidad que tras la pandemia iba a dar más buenas noticias que malas.
Por su parte, la edil de Urbanismo acaparaba la mayor parte de los grandes proyectos de la ciudad. Con el desarrollo del área industrial de Prado del Hoyo como principal punta de lanza, Martín adquirió relevancia en la defensa de la ampliación del Hospital General, en la construcción de una futura estación de autobuses (aunque la falta de apoyos ponga en duda el proyecto), en la regeneración del valle de Tejadilla o en la ampliación del Centro de Transportes.
En otoño, Martín ya había ganado la carrera por ser la sucesora de Luquero y era una figura que empezaba a proyectarse fuera de Segovia. De ahí su presencia en el pasado Congreso del PSOE en Valencia o que fuera una de las personas encargadas de gestionar el anuncio de Pedro Sánchez de instalar en el CAT un centro de innovación de Formación Profesional.
La puesta en marcha
Un paso más en esa hoja de ruta de Clara Martín hacia la Alcaldía fue la destitución de Yolanda Fernández como directora de comunicación del Ayuntamiento. Persona de confianza de Luquero, fue perdiendo relevancia en un equipo en el que las discrepancias con Ismael Bosch, jefe de gabinete desde el verano de 2019, habían ido en aumento. En su lugar, Sergio Arribas, persona de gran confianza para Bosch y para Martín, fue nombrado nuevo director de comunicación.
El equipo ya estaba preparado y tan solo faltaba decidir el momento del cambio. Para ello, había dos momentos clave. El primero, la celebración de las elecciones autonómicas el pasado 13 de febrero. Antes de esa fecha no era conveniente pulsar el botón rojo del relevo. El segundo, la aprobación de los presupuestos para 2022. Martín debía empezar su gobierno con un camino sin obstáculos. Resueltas las alegaciones y con los presupuestos en vigor, había vía libre para ejecutar un cambio que no podía demorarse demasiado porque queda solo un año para las elecciones.
Las dudas
Aunque el camino trazado para aupar a Clara Martín a la Alcaldía estaba claro desde hace meses, durante este tiempo también ha habido giros que han amenazado con modificar los planes. Aunque en sus comparecencias del viernes Clara Luquero, José Luis Aceves y José Bayón dijeron que Martín tiene el apoyo del PSOE, el respaldo no es unánime. Ni en el equipo de gobierno ni en el propio partido. En el Ayuntamiento, el tándem Clara Martín-Miguel Merino ha chocado con históricos como Andrés Torquemada, a quien no se espera en la próxima candidatura. Por otro lado, en ciertas esferas del partido no han terminado de gustar los movimientos realizados por el entorno de Clara Martín para llevar a la edil de Urbanismo a la Alcaldía. De ahí que, durante los últimos meses, el nombre de la subdelegada del Gobierno, Lirio Martín, haya figurado como posible cabeza de cartel en los próximos comicios.
Las elecciones autonómicas fueron otro de los factores que removieron el tablero político. Aunque los resultados en la capital no son extrapolables a unas municipales, el empate técnico entre PSOE y PP confirmó a los socialistas que han perdido apoyos en Segovia. Pero también observaron que el duelo no está sentenciado y que, si manejan bien sus cartas, tendrán opciones en los comicios de 2023. Una apreciación que ganó fuerza en las filas socialistas tras el 13-F con la crisis del PP y la salida de Pablo Casado, principal valedor de Pablo Pérez Coronado, que volverá a ser el candidato de los populares.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión