Las intervenciones de la Policía Local por faltar a clase bajan un 66% en diez años

A tenor de la evolución de los expedientes tramitados por el cuerpo municipal, Julio Rodríguez Fuentetaja destaca que la labor de seguimiento que ejerce la Policía Local sobre el absentismo voluntario de los alumnos que faltan a clase ha influido en la reducción de casos, que en los últimos diez años citados por el responsable se sitúa en torno al 66%. Es más, durante los meses más duros de la pandemia, el intendente jefe no ha apreciado un repunte, por lo que el nivel de las ausencias está en niveles de hace dos años.

Controlar y atajar las faltas injustificadas de los escolares al colegio o instituto es solo una del amplio abanico de misiones que asume una nueva área creada en el seno de la Policía Local. El cuerpo de seguridad dependiente del Ayuntamiento de la capital pone en marcha la llamada Sección de Atención Social. Su operatividad se dirige a tres colectivos. Uno es, precisamente, el de los menores de edad. Su objetivo, «protegerles ante cualquier situación de riesgo, desamparo o abandono», ha explicado la concejala de Seguridad, Raquel de Frutos. Esa intervención incluye todo un proceso de asistencial que va «desde la detección del problema o incidencia hasta que se hacen cargo los servicios especializados». A su vez, los agentes actuarán, como ya hacen, en la prevención y control del absentismo escolar, en la identificación y erradicación de casos de acoso dentro y fuera de las aulas de los centros educativos, así como en la lucha contra los malos tratos a menores.

La Policía Local instruirá las diligencias y emitirá los pertinentes informes de protección. El intendente jefe concreta que cuando se trata de un caso de absentismo en horario escolar, lo que se hace es identificar al joven, acompañarlo al centro en el que estudia y entregarlo al jefe de estudios. A partir de ahí se pone en marcha el protocolo estipulado por Educación.

Además de los menores, la Sección de Atención Social de la Policía Local centra el segundo foco de interés en la población mayor de 65 años. Según la concejala, hay 11.150 vecinos que superan esa edad. El cuerpo, a través de esta nueva función específica, establecerá «los sistemas necesarios para detectar situaciones de necesidad y maltrato, realizará un seguimiento y lo comunicará a los servicios competentes». Los agentes municipales intervendrán en casos de explotación, malos tratos y de violencia en el ámbito familiar.

De Frutos ha advertido del «alto índice de violencia de género entre mayores», con el agravante de que son episodios que no trascienden porque «no lo cuentan o no lo denuncian».

El tercer colectivo al que va dirigido el trabajo de la Sección de Atención Social de la Policía Local lo constituyen las mujeres que son víctimas machista. Estas intervenciones se encuadran en el convenio Viogen suscrito por el Ayuntamiento con el Gobierno de la nación. La concejala asegura que el cuerpo municipal «tiene capacidad» para cumplir con el seguimiento a mujeres que cuentan ya con algún tipo de protección. Normalmente son mujeres con un perfil de riesgo bajo o inapreciable, según especifica la edil.

La labor se concentrará en activar los recursos pertinentes ante situaciones de violencia machista o de discriminación. Esos resortes pueden consistir en una casa de acogida, facilitar abogados de oficio, además de informar a la víctima sobre cualquier cuestión que afecte a su seguridad o que modifique cualquier proceso judicial abierto cuando el seguimiento sea de la Policía Local.

Doss agentes preparados específicamente para estas atribuciones se encargarán de la nueva sección y de formar al compañeros en cuestiones relativas a la atención social de estos colectivos más vulnerables.