La huelga de técnicos superiores sanitarios comprometerá cientos de pruebas diarias
Entre noventa y cien profesionales del Hospital de Segovia están llamados a parar para reivindicar la homologación como grado universitario
El vaso de la paciencia ha rebosado. «Estamos hartos», declara Rafael Bartolomé, portavoz en la provincia de una movilización nacional que comparten once entidades en ... las que se integran diversos perfiles. Detalla que la mayoría de los técnicos superiores sanitarios que están llamados a la huelga de cuatro días que comienza este jueves 30 desempeñan su trabajo en Anatomía Patológica, Imagen Médica, Radioterapia, Documentación, Dietética o Analítica, entre otras áreas de la cadena asistencial del sistema público. Entre todos los departamentos, en el Hospital General Universitario de Segovia se ven afectados entre noventa y cien profesionales. A ellos, se suman los higienistas dentales, que desarrollan sus funciones en el primer nivel de la Atención Primaria.
Quizás no parezca un grupo muy numeroso, pero hacen valer su relevancia en la sanidad pública. De hecho, el diagnóstico o el tratamiento de los pacientes dependen en buena parte de su labor. El representante segoviano de estas plantillas advierte de que la huelga supondrá la paralización de parte del engranaje asistencial. Así, entre 400 y 500 analíticas de sangre y orina se ven comprometidas cada día de paro, calcula el técnico superior sanitario, a lo que hay que sumar también pruebas de Radiodiagnóstico.
Los servicios mínimos que ha publicado la Junta de Castilla y Leén en el boletín oficial son similares a los de un festivo, salvo en las áreas pediátricas, de Urgencias y Radioterapia, donde llegan en la práctica a la totalidad de la plantilla, al entender la Administración autonómica que atienden a pacientes especialmente vulnerables.
Ascenso laboral y salarial
Bartolomé expone cuál es el detonante de estas jornadas de huelga, que se prolongarán también el viernes 31 y los días 3 y 4 de noviembre. Apunta al Ministerio de Sanidad y su anteproyecto de Estatuto Marco, en el que no se recogen unas demandas que vienen de lejos. La reivindicación que les lleva ahora a apretar las tuercas con la convocatoria de los paros consiste, a grandes rasgos, en que ese documento les reconozca como titulados universitarios, lo que conlleva también un ascenso de categoría laboral.
La demanda de «homologación, como ocurre en Europa y en prácticamente todo el mundo», lleva latiendo diecisiete años. Ya hubo una movilización a principios de este año con manifestaciones en los centros de trabajo como el Hospital General Universitario de Segovia. Luego, al ver que sus reclamaciones seguían sin ser tenidas en cuenta, los técnicos superiores sanitarios dieron un paso más y convocaron unas primeras huelgas que iban a tener lugar el pasado mes de junio; sin embargo, los profesionales las frenaron y echaron marcha atrás al ver un atisbo de acuerdo.
Ese halo de luz era «el compromiso de crear un grupo de trabajo» que, entre otras cuestiones, se encargaría de definir la pretendida homologación y de tratar con Hacienda las nuevas retribuciones acordes en la tabla salarial.
«Ninguneados»
Ese resquicio salió de las reuniones que mantuvieron el Ministerio de Sanidad y la comisión para el grado que se constituyó para defender la creación de una enseñanza equiparable a una carrera universitaria en vez del ciclo superior de Formación Profesional, que es lo que cursan este personal sanitario, que incide en que su trabajo merece otra titulación de mayor enjundia. «Pedimos que se nos forme». No rehúyen una mayor exigencia en los estudios. Es más, la asumen. Contra lo que se rebelan es contra un anteproyecto de Estatuto Marco que les considera «meros oficios».
La traducción de su aspiración en las tablas de categorías profesionales es pasar a ser clasificados como trabajadores de grupo A2, al igual que sus colegas en la Unión Europea. Este ascenso se reflejaría en los salarios a percibir y en las cotizaciones sociales, reitera el técnico superior segoviano.
Aquel halo de luz se ha apagado. «Nos han demostrado que no han hecho nada y nos seguimos sintiendo ninguenados», se queja Bartolomé, quien también lamenta que las comunidades autónomas no hayan movido ficha con el Ministerio de Sanidad que dirige Mónica García. Y frente a tanta inacción, la huelga.
El portavoz va más allá y piensa que el polémico anteproyecto representa «un menosprecio aún mayor» para los técnicos sanitarios, ya que «ahora quieren incluso quitar la obligación de tener el Bachillerato» para acceder a estos estudios. Ya no se fían. Hace unos meses, desconvocaron la huelga por el compromiso «verbal» que hizo el Gobierno; ahora «queremos todo por escrito y firmado».
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