El Hospital de Segovia eleva a 228 los fallecidos por covid

La última muerte de un residente del centro geriátrico de Riaza se produjo en el Hospital General de Segovia. El paciente no sobrevivió a las complicaciones causadas por la infección de la covid-19, por lo que son seis las víctimas mortales que el coronavirus se ha cobrado en el brote originado en la residencia riazana. Además, con esta defunción, el complejo hospitalario de la capital eleva la cifra de decesos provocados por esta enfermedad desde el estallido de la crisis sanitaria a 228, en un octubre que está resultando especialmente luctuoso por el foco relacionado con la residencia de Riaza.

Precisamente la consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha incluido en su comparecencia de hoy a la zona básica de salud de Riaza en la lista de nueve áreas que a día de hoy más preocupan a los responsables de la política sanitaria autonómica. Y eso a pesar de la mejoría experimentada en las tasas de incidencia en el periodo comprendido entre hace dos semanas y los últimos siete días, que ha reducido más de la mitad la cantidad de PCR positivas (de 107 a 50). Si embargo, el índice que establece el nivel de riesgo de contagio comunitario e mantiene elevado. A lo largo de la última semana es de 83.19 personas casos positivos en las pruebas de detección molecular sobre la base de referencia de 10.000 habitantes. Hace quince días esa ratio era de 178 personas con PCR positivas.

En el ecuador del mes de octubre hay que lamentar ocho muertes en el centro hospitalario de referencia en la provincia, según se extrae de los datos actualizados de la Consejería de Sanidad. En cuanto a las muertes en las residencias de la provincia, el departamento de familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta recoge cuatro defunciones en tres días de pacientes diagnosticados de covid tras la confirmación del positivo en las pruebas de detección molecular.

En el ámbito sociosanitario hay que lamentar desde el inicio de la pandemia 199 víctimas con el contagio ratificado por las PCR y otras 197 muertes de usuarios de residencias segovianas cuyos síntomas eran compatibles con los de la infección, aunque no llegaron a someterse a la analítica diagnóstica.

Las estadísticas de la Consejería de Sanidad transmiten la peligrosidad de la tendencia que dibuja la evolución del coronavirus en este momento de la segunda ola. Los cuatro fallecimientos registrados en el complejo hospitalario de la capital segoviana por la covid-19 durante las últimas tres jornadas suponen que hay que remontarse a finales del mes de abril, cuando la brutal incidencia inicial de la pandemia empezaba a doblegarse en pleno confinamiento, para hallar unos datos similares. Entonces la mortalidad era mayor y las rachas de jornadas consecutivas lamentando defunciones de enfermos de covid-19 comenzaban a acortarse.

Otro dato que muestra el empeoramiento de la situación epidemiológica es el de las hospitalizaciones en planta en el complejo sanitario de Segovia. Solo en la última jornada se ha pasado de 26 ingresados por coronavirus a 39, informa la Consejería que dirige Verónica Casado. Siete de esos ingresados no tienen la confirmación de la PCR del contagio, por lo que son de momento sospechosos por la sintomatología que presentan. La sucesión de hospitalizaciones durante dos días seguidos (seis y seis en las últimas 48 horas) no se producía desde el 23 de abril. El aumento se nota en la ocupación de las camas habilitadas en el centro, que en total son 325, por lo que el índice ha subido hasta el 70%.

La situación en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) no es tampoco mejor. En total hay doce pacientes críticos que reciben asistencia en este servicio del Hospital General, de los que tres son enfermos de covid-19. Sin embargo, la ocupación de puestos en esta unidad ha aumentado en las últimas horas. Es más, si se tuvieran en cuenta las diez camas de la dotación original, la UCI estaría al 120% de su capacidad; pero Sanidad cuenta a la hora de actualizar el panorama en los hospitales de la región con las nueve estancias añadidas en la versión extendida, por lo que el índice de ocupación se queda por el momento en un 63%.

Por su parte, los últimos datos de la incidencia de la enfermedad en la capital también muestran una tendencia al alza. En concreto, esa tasa se sitúa en 243 casos por cada 100.000 habitantes, la segunda más baja entre las capitales de provincia de Castilla y León. Solo Soria arroja un escenario menos malo. Sin embargo, coquetea con la barrera de los 250, que es la que indica que por encima de ella la propagación del virus está descontrolada.