La historia de Villacastín se mantiene viva a través de sus tradiciones, pero a la vez inerte, aunque visible y palpable, mediante los edificios que se mantienen en pie. La preocupación del Ayuntamiento por su conservación es constante, como sucede con la iglesia de San Sebastián, que tanta atención llama al paso por la carretera Nacional VI. Se trata de una iglesia de gran tamaño, que fue declarada Bien de Interés Cultural en 1944 y que suele ser visitada por excursiones bajo demanda, ya que solo se abre para celebrar los sacramentos.
Además de la iglesia, engrandecieron nuestro pasado el monasterio franciscano, del que se mantiene en pie el ábside, el convento de las clarisas o la casa parroquial de la calle Real, donde durmió y pudo ser objeto de un atentado Napoleón.
También, construcciones civiles como la Casa Consistorial o como la Plaza Mayor, donde seguimos celebrando nuestras fiestas y en la cual a mediados del siglo XX se celebraban corridas de toros. El modo de hacerlo era montando la plaza con un círculo de carros y un tablado de madera, plaza sustituida posteriormente por una portátil. En la actualidad, los toros siguen enraizados en nuestras tradiciones: en enero, por San Sebastián, se sueltan para diversión de los jóvenes.
El paso del tiempo ha hecho que algunas de las tradiciones históricas del municipio hayan cambiado, y es importante que lo hayan hecho adaptándose pero manteniéndose. Por ejemplo, en los pasados años 50 el salón de baile 'La Maravilla Segoviana' hacía las delicias de los vecinos, que posteriormente dejó paso a los conocidos guateques. En la actualidad, son las peñas las que acogen parte de las fiestas, en las que se monta un escenario móvil con la música de ahora.
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La de antes, la de toda la vida, se ha recuperado gracias al esfuerzo de la Asociación de danza Yerbabuena y a su escuela de baile, que han rescatado jotas de la zona y permitido la supervivencia del folklore segoviano, así como gracias a Babito y a su grupo, que en las fiestas del pueblo tocan dulzainas y tambores, algo en contra de lo que ha jugado la pandemia, que ha impedido multitud de nuestras celebraciones, pero que con la vuelta a la normalidad queremos recuperar, pues son parte de la historia de Villacastín.