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Antonio Rodríguez, de la Fundación Nuevos Hombres. A. V.
«Gracias a pequeñas acciones, muchos niños, jóvenes y adultos reciben atención sanitaria»

«Gracias a pequeñas acciones, muchos niños, jóvenes y adultos reciben atención sanitaria»

Antonio Rodríguez, voluntario en la Fundación Hombres Nuevos, premio José Ángel Gómez de Caso Canto del Colegio de Médicos de Segovia

a. v.

Segovia

Martes, 10 de octubre 2017, 20:38

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Antonio Rodríguez es voluntario en la Fundación Hombres Nuevos. Esta ONG ha recibido recientemente el premio José Ángel Gómez de Caso concedido por el Colegio Oficial de Médicos de Segovia con motivo de la conmemoración patronal de San Cosme y San Damián. La organización galardonada fue fundada en Bolivia en 1992 por Nicolás Castellanos Franco, obispo emérito de Palencia, y Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en el año 1998.

–No sé si es habitual que desde fuera se fijen en los proyectos de Fundación Hombres Nuevos para aspirar a un premio. ¿Cómo recibieron la noticia de que se presentaba su candidatura?

–Aunque no es lo habitual, sí que, a lo largo del año, varios de los voluntarios que han pasado por Hombres Nuevos suelen presentar proyectos nuestros a las empresas u organizaciones en las que trabajan. Cada vez que esto ocurre, para nosotros es la confirmación de que la experiencia vivida fue tan grata para ellos que nos tienen en cuenta en convocatorias a las que tienen acceso. La noticia la recibimos, por supuesto, con mucha gratitud. Gracias a pequeñas acciones como ésta, muchos niños, jóvenes y adultos reciben educación de calidad, atención sanitaria, o, como en este caso, alimentación. Gracias a personas sensibles y solidarias como la doctora Castaño, que presentó nuestra candidatura, los proyectos sociales de Hombres Nuevos salen adelante.

–Además, tratándose del Colegio de Médicos de Segovia, se elige un proyecto con ‘sede’ en Palencia, ¿por qué cree que se ha apostado por ustedes?

–La verdad es que tenemos presencia nacional, incluso podríamos decir internacional, ya que hoy día y gracias a Internet y los medios de comunicación, desde cualquier parte una persona puede conocer el trabajo que realizamos en Bolivia o interesarse en participar en el programa de voluntariado internacional. También hay que decir que, aunque la sede social está en Palencia y hay delegación en Valladolid y en otras comunidades, el trabajo que el presidente de la fundación ha realizado en Bolivia es bien conocido por todo el mundo y mucho más en Castilla y León.

–¿Qué vinculación poseen con la doctora Castaño?

–La doctora Castaño estuvo de voluntaria con nosotros en dos ocasiones y ha visto de forma directa que todas las ayudas que nos dan son realmente ejecutadas en los proyectos, que no se pierde el dinero en otras cosas que no tienen nada que ver con la misión de Hombres Nuevos en Bolivia.

–¿Cuánto dan de sí 1.600 euros para el trabajo de una fundación como Hombres Nuevos?

–Todas las aportaciones dan mucho de sí porque recaen en su totalidad en acciones sociales en Bolivia. En el caso del Colegio de Médicos, se presentó el proyecto Comedor Social del Plan 3.000, en el que se indica la finalidad del dinero obtenido. Puedo asegurar que hasta el último euro irá a ese fin y los beneficiados serán los niños que cada día se alimentan en ese comedor.

–Estos proyectos que se financian desde su fundación son un poco diferentes a los habituales en cualquier otra ONG. Aquí no se da nada a cambio de nada. ¿Qué compromisos adquieren las familias beneficiarias?

–Las madres colaboran por turnos en tareas en el comedor social; además, los niños tienen que estar escolarizados y después de comer se quedan para hacer las tareas. Los padres tienen que participar en talleres y charlas formativas sobre salud, higiene, alimentación o emprendimiento laboral, por lo que el comedor no solo responde a la necesidades alimenticias de la población infantil, también promueve hábitos de vida saludables, previene el fracaso escolar, promueve la escolarización, fomenta el trabajo colaborativo y forma a los padres.

–Y supongo que habrá familias que se nieguen a adquirir estos compromisos porque no tienen una formación detrás que les haga entenderlo. ¿Qué es lo que más cuesta hacer entender a las familias del Plan 3.000?

–Las familias en el Plan 3.000, aunque son pobres y muchas de ellas con poca formación, son conscientes de que sus hijos necesitan, para poder salir adelante, tres cosas: alimentación sana, educación y salud.

–Más de veinte años después de la creación de la Fundación, y gracias a ayudas como las del Premio Gómez de Caso, ha mejorado mucho el panorama en el entorno de estos barrios bolivianos ¿Cómo ha quedado patente esa mejora? ¿Han cambiado las necesidades básicas que se cubren?

–Cuando hace 25 años empezó Hombres Nuevos en Santa Cruz, el primer proyecto que se creó fue el Centro de Niños Palencia, que trataba a niños en extrema desnutrición. Este centro funcionó hasta 2009, ya que en la actualidad ya no se da esta situación de desnutrición; ahora tenemos niños mal alimentados o escasamente alimentados, que es la población que asiste a los comedores. También el número de niños que no tenían escuela ha cambiado con el tiempo; Hombres Nuevos lleva cerca de un centenar de colegios construidos en Bolivia. Tampoco el Plan 3.000 tenía áreas deportivas y recreativas como las que tiene ahora con la Ciudad de la Alegría, un complejo que ofrece piscinas, pistas deportivas y espacios para el ocio y formación.

–¿Hacia dónde se dirigen en estos momentos los proyectos de la Fundación Hombres Nuevos?

–Continuaremos en el Plan 3.000, fortaleciendo los proyectos sociales que ya tenemos en marcha, tratando de mejorar con nuevas inversiones la calidad educativa en la zona, la atención médica y las propuestas culturales y deportivas. En otras comunidades y poblaciones de Santa Cruz, Hombres Nuevos está llevando adelante proyectos como guarderías o colegios. También estamos mirando a otras zonas de Bolivia, en el altiplano estamos iniciando la construcción de internados para que los niños de las comunidades aimaras dispersas no tengan que caminar con temperaturas bajo cero y durante horas para llegar a un colegio. Tenemos proyectados 36 internados, de los que ya se encuentran en obras dos.

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