Los fieles vuelven a las iglesias, pero con mascarilla
Los templos reabren sus puertas con un tercio de su aforo, separación en los bancos, mascarillas, geles y sin contacto a la hora de dar la paz
mónica rico
Cuéllar
Martes, 19 de mayo 2020, 09:16
Dentro de las medidas de alivio del confinamiento, los fieles cristianos pudieron acudir ayer por primera vez a las iglesias, que llevaban más de sesenta ... días cerradas al culto. Los templos abrieron ayer sin superar un tercio de su aforo, con misas diarias y dominicales, pero con pilas de agua bendita vacías y las puertas de las iglesias abiertas durante el desarrollo de la eucaristía para evitar que se toquen manillas y pomos. La diócesis de Segovia ha puesto en marcha un protocolo de medidas para la prevención durante la pandemia, entre las que aparecen acudir desde casa con manos lavadas y mascarilla; si se quiere con guantes y gel hidroalcohólico de bolsillo. Se pide a los fieles que acudan con tiempo y eviten tocarse la cara. También se recomienda durante la eucaristía permanecer con la mascarilla puesta y mantener la distancia de seguridad, tanto en el banco como en los desplazamientos, así como recibir la comunión mejor en la mano, mientras que el acto de la paz se lleva a cabo sin contacto físico.
Coronavirus en Segovia
Además se pide a los mayores de 65 años, (70 en el caso de vivir en el medio rural), que no acudan a la iglesia, al mismo tiempo que se prohíbe la asistencia a quienes tienen síntomas compatibles con la covid-19 o si se encuentra en aislamiento domiciliario por la misma causa o haber mantenido contacto cercano con una persona enferma.
En Segovia capital, la Catedral, tras la celebración de la misa de Pascua el domingo, regresaron ayer las misas que durante las últimas semanas se habían desarrollado a puerta cerrada. Volvieron de la misma manera que en el resto de parroquias, donde los curas recibieron el visto bueno para retomar las misas en sus días y horarios habituales. Eso sí, lo hicieron cumpliendo con todas las medidas de prevención. No obstante, y aunque ya se permite la celebración de misas con una afluencia de hasta el 30% de la capacidad del templo, la diócesis ha establecido que en los conventos tan solo se celebren para las monjas y extremar las precauciones de cara a la misas del domingo.
En las iglesias de Cuéllar, tras dos meses «duros, negros, oscuros», según las palabras del párroco Fernando Mateo, que fue el encargado de oficiar la primera de las misas que se celebró en el municipio, en la iglesia del convento de La Concepción, y que contó con la asistencia de una decena de personas, incluyendo algunas de las monjas de clausura del propio convento. Al comenzar la eucaristía, el párroco recordó a los asistentes, tal y como realizará al inicio de cada misa durante los próximos días, las medidas de seguridad que tienen que tomar los feligreses para participar en la eucaristía, y las particularidades de la misma. Así, señaló la obligatoriedad de higienizar las manos tanto a la entrada como a la salida con el gel hidroalcohólico instalado en la puerta; la obligatoriedad de portar mascarilla durante la celebración; y la petición de realizar una salida ordenada y sin aglomeraciones, evitando también concentrarse en el exterior sin mantener la distancia de seguridad.
Una distancia de seguridad que en los bancos se marca a través de unas pegatinas y que limita la asistencia de dos fieles en cada uno de ellos y en bancos alternos. Además, para el momento de tomar la comunión, en el pasillo central del templo se han marcado unas líneas con cinta para así mantener la distancia de seguridad durante la espera.
La comunión también tendrá estos días otras particularidades, puesto que los sacerdotes de Cuéllar únicamente pronunciarán una vez, a modo general «el Cuerpo de Cristo; amén», y serán los fieles los que se vayan acercando al altar para tomar ellos la comunión.
Otra de las novedades de las eucaristías, según destacó Mateo, es que se suprime el acto de dar la paz, para evitar el contacto físico. También se eliminan los lectores y serán los propios párrocos los que se encarguen de realizar todas las lecturas, evitando así que otras personas tengan contacto con distintos elementos como el atril o los micrófonos. Durante la primera eucaristía celebrada ayer en Cuéllar, el párroco, Fernando Mateo, realizó una reflexión sobre estos dos meses que han supuesto «un parón para reflexionar» y que han hecho ver a muchos «la fragilidad del ser humano». También tuvo un recuerdo para los enfermos y todo el personal sanitario.
Fernando Mateo recordó que los mayores de 65 o70 años en el ámbito rural cuentan con una dispensa, «por lo que no deben tener problemas de conciencia por no acudir».
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