Las familias 'exiliadas' por el vertido de gasoil siguen fuera un mes después
La presidenta vecinal de Santa Eulalia, Esther Santos, afirma que el olor persiste en algunas zonas pese a haberse suavizado
Un mes después de que las alarmas saltaran por el potente olor a gasoil que desprendían algunas zonas del céntrico barrio de Santa Eulalia, en ... Segovia, el problema persiste, no con la intensidad de hace unas semanas, ni en todos los tramos de calles afectados, matiza la presidenta vecinal, Esther Santos, quien en cualquier caso asegura que la intranquilidad y la preocupación tampoco se han difuminado. Buena prueba de ello es que las cuatro familias que abandonaron sus domicilios por la insostenible convivencia con el olor que había penetrado en sus viviendas siguen fuera.
Desde que decidieron marcharse, hace prácticamente un mes, no han vuelto porque el olor perdura. Esporádicamente han regresado para comprobar la evolución y airear las estancias de sus inmuebles para contribuir a que desaparezca el tufo a gasoil que les obligó a recoger los bártulos y realojarse con familiares, con todos los trastornos que conlleva, tal y como se han quejado los damnificados y como también llama la atención la propia presidenta de la Asociación de Vecinos de Santa Eulalia.
Los inconvenientes para estas familias se multiplican, ya no solo por el hecho de tener que vivir temporalmente en otro hogar, sino por los gastos a mayores que están afrontando y sin poder estar en sus domicilios. Los fijos de las facturas o el pago de Internet cuando ni siquiera pisan por casa se acumulan aunque no estén residiendo, por lo que se han planteado reclamar por los daños económicos.
Gastos extra
Una de esas familias cuenta con sendos partes médicos de cuando tuvo que acudir con sus dos niñas pequeñas, de uno y cuatro años, porque presentaban vómitos y síntomas de intoxicación. El riesgo para la salud fue la gota que colmó el vaso y decidieron, entre el 25 y 26 de enero, mudarse a casa de unos parientes cercanos, donde continúan a día de hoy.
«Alguien tendrá que hacerse cargo de estos gastos extra», esgrime Esther Santos. La presidenta vecinal solicita explicaciones de porqué el problema se alarga desde hace un mes; pregunta si se ha erradicado el vertido de gasoil a la red de alcantarillado que supuestamente se produjo al limpiar la caldera en una comunidad de vecinos, situada cerca del colegio de Santa Eulalia, como señaló la alcaldesa, Clara Martín. Los agentes de Protección Civil también han efectuado mediciones en el centro para garantizar el bienestar de alumnos y profesores.
Pese a los mensajes de tranquilidad del equipo de gobierno y la intervenciones realizadas, Santos piensa que «no está del todo controlado» y lo justifica en que cuatro familias continúan fuera de sus casas. Hace dos semanas, a petición de uno de los propietarios perjudicados, bomberos regresaron a una de las zonas donde persiste, algo más debilitado, el olor a gasoil con el fin de comprobar si los niveles que se respiran son tóxicos.
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