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Un jugador navero trata de superar a la defensa del Barcelona.

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Un jugador navero trata de superar a la defensa del Barcelona. Antonio Tanarro

Esperada y aplastante derrota

El Balonmano Nava se deja llevar frente a un FC Barcelona al que sólo detuvo el guardameta Patotski

sergio perela

Nava de la Asunción

Viernes, 26 de febrero 2021, 23:33

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No debe ser fácil saltar a la cancha a sabiendas de que lo máximo que se va a poder hacer es competir, pero nunca ganar. Y eso ha de ser todavía más frustrante cuando el equipo que sabe que va a perder, encima, está achuchado por la lucha por la permanencia y no le sobran precisamente partidos como para ir deshojando margaritas. El Barça, que paraba en Nava tras haber jugado competición europea en Eslovenia, también era consciente del trámite y jugó al sesenta por ciento de su potencial, aunque no todo el partido. Poco a poco fueron incrementando la potencia de fuego, al mismo tiempo que las ínfulas segovianas se iban desinflando. Porque, con la gana de competir y hacer valer la condición de guerreros, los naveros salieron fuertes.

Balonmano Nava

Patotski, Vujovic, Bernabeu (1), Jorge Silva (4), Filipe Mota (1), Rodrigo Pérez Arce (4), Simenas (3), Óscar Marugán, Alonso, Rodrigues (1), Rosales (5), Villagrán (1), Pablo Herranz, D´Antino (1) y Darío Ajo.

21

-

45

Barcelona

Moller, Quintana (4), Janc (3), Cindric (6), Dolenec (3), Langard (6), Ariño (3), Petrus, Sorhaindo (3), Alex (6), M´Guesson (1), Makuc (2), Diocou (7), Mem, Jordi y Palomino (1)

  • parciales. 1-4; 5-9; 7-14; 8-17; 11-21; 12-25 (descanso); 12-30; 14-32; 14-37; 16-40; 20-43 y 21-45 (final).

  • árbitros. Fernanda Espino Guerra y Víctor Navarro Baquero.

Patotski fue un muro en el inicio del partido, cuando llegó a cortar dos enfrentamientos en solitario con Janc consecutivos y varios lanzamientos frontales. Porque la defensa estaba intensa, cerraba bien y abocaba los ataques de los catalanes a esos lanzamientos más previsibles, cortándoles el acceso por los extremos. Zupo Equisoain rotaba más para cambiar la cara del equipo en ataque, confiando en Alonso y Óscar Marugán. La primera brecha real, de esas en las que ya es necesario un ingeniero que construya un puente si se quiere cerrar, se generó en un error puntual de Simenas, que abrió la puerta a un extraordinario movimiento de pívot de Quintana. Gol y exclusión. Esos dos minutos no fueron sólo dos para Simenas, porque Zupo no volvió a tirar de él hasta 16 minutos después. Un error difícil de perdonar, porque supuso una losa de cinco goles ya difícilmente comestible.

Zupo Equisoain, durante el partido. Antonio Tanarro

«Hay que ir al dentista y nosotros ya hemos ido»

«Hay que ir al dentista y nosotros ya hemos ido en la primera y en la segunda vuelta. Sólo les había pedido a los jugadores un partido digno. Poco podemos sacar de la sensación del equipo, que ha dado una sensación muy mala. Lo que nos tiene que enseñar este partido es a corregir cosas. La imagen podía haber sido otra», comentó el técnico del conjunto navero tras el partido.

Mientras, Xavier Pascual, entrenador del Barcelona, se mostró muy satisfecho con su equipo «porque llevamos bastante tralla, pero hemos salido muy puestos en el sistema defensivo, hemos podido correr y nos hemos encontrado a gusto. No me gusta venir aquí y encontrarme esto vacío, pero en eso no podemos hacer nada. Gracias al Nava por el hecho de poder jugar en viernes. Hoy se han dejado ir un poco, era el típico partido que no te gusta jugar contra el Barça. Hemos dado una muestra de respeto absoluto al Nava».

Pero es que sin Simenas, Jorge Silva se quedaba demasiado solo en anotación, puesto que por mucho que movía el agua el Viveros Herol, Moller hacía la portería demasiado pequeña. Aunque el mayor lastre en ataque lo suponían las constantes pérdidas de balón que, con el paso de los minutos, pasaron también de considerarse forzadas a no forzadas. Cierto es que la lectura de las líneas de pase del Barça fue muy buena y, entre las que le quitaron y las que perdió, Nava se vio abocado a correr demasiadas veces hacia atrás a la desesperada y sin balance propicio.

Segunda parte

De la segunda parte, mejor no hablar mucho porque los números ya lo hacen. Si ya durante la primera el desgaste de jugar para obtener apenas recompensa hacía que los brazos se encogieran y los pases se perdieran demasiadas veces, en apenas cinco minutos de la segunda, un contundente 0 a 5 empezaba a resultar sonrojante. 9 tantos pudo sumar el Viveros Herol en los últimos 30 minutos en los que lo mejor del partido, con todo completamente decidido, fue disfrutar de un correcalles en el que Diocou y Alex, dos jugadores menos habituales en las grandes citas, se dieron un festín. El Barça también aprovechó para darle minutos al canterano Palomino, que alguno había tenido ya en Asobal, aunque en esta ocasión sirvieron también para que se estrenase con gol. A la contra, enseñando colmillo y haciendo saltar a todo su equipo para celebrarlo. Por parte del Balonmano Nava Viveros Herol, destacar que todos los integrantes del equipo tuvieron minutos para guardar en el recuerdo. Pero mirando el vaso medio lleno, al menos la última gota que no se bebió el líder de la competición, hay otra línea que parece que revive. Patotski cuajó un partido extraordinario, aunque parezca mentira, quizá el mejor de la temporada para él. Y recuperar la portería va a resultar sumamente necesario en este momento de la competición. Porque ahora llegan dos semanas de parón liguero por la Copa del Rey y, tras eso, llegan los partidos realmente decisivos en los cuáles ya no cabe ver más a Nava bajando los brazos o dejándose llevar, por demasiado bien que pueda sonar a veces, sobre todo en un partido que no era tal, sino más bien una Misión Imposible.

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