Las enseñanzas artísticas agudizan la creatividad para el regreso a las aulas
El centro diseñará un sistema que permita adaptar los contenidos de sus ciclos al ámbito virtual si la situación sanitaria lo exige
claudia carrascal
Segovia
Domingo, 23 de agosto 2020, 16:25
La Escuela de Arte y Superior de Diseño 'Casa de los Picos' es uno de los centros educativos que, si no hay brotes que ... lo impidan, abrirán sus puertas en Segovia en próximo 14 de septiembre, con el resto de institutos de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. El director del centro, Alberto Albarrán, asegura que la intención es comenzar el curso con docencia presencial, aunque reconoce que el histórico edificio, que utiliza como sede esta escuela, complica la adaptación de los protocolos de seguridad. «No será fácil hacer cambios porque no está planteado como centro educativo y cuenta con espacios increíbles, pero muy antiguos».
En este sentido, detalla que hay medidas que no se podrán aplicar, como por ejemplo la distancia social de dos metros en las clases. Tampoco se llevará a cabo la recomendación de diferenciar los accesos por grupos para evitar que se crucen los alumnos: «Es imposible porque nosotros solo tenemos una puerta de entrada», matiza. Sin embargo, sí que se han marcado los recorridos que deberán seguir en el interior del edificio, también se han colocado carteles informativos, se han despejado las zonas comunes e instalado dispensadores de gel hidroalcohólico. De este modo, considera que lo importante este curso será focalizarse en «la pedagogía de la prevención para que los alumnos entiendan que la responsabilidad es colectiva. Si somos conscientes y cumplimos con las normas básicas, como no quitarse la mascarilla o utilizar los desinfectantes no tiene por qué haber problemas». Otras de las medidas que está previsto que se pongan en marcha desde el primer día de clase son las relativas a la higiene. «Se cuidará de forma muy especial la ventilación y hemos solicitado que nos dupliquen el personal de limpieza». El centro cuenta con tres profesionales, pero cree que lo apropiado en estas condiciones sería tener el doble, seis por la mañana y seis por la tarde, ya que los alumnos van rotando por las diferentes aulas y «es importante limpiarlas con cada cambio de grupo», especifica.
«Te enseñan a buscarte la vida y no cosas que encuentras en Google»
El mercado laboral es complicado y este es un sector en el que no hay mucho empleo, admite Sergio Rodríguez, que concluyó los estudios superiores de Diseño de Producto en octubre de 2019. Anima a todos los interesados en la parte técnica, pero también en la creativa, a embarcarse en este grado porque «aunque no te asegure el empleo, te da muchas papeletas y te abre puertas».
En su caso, a los cuatro meses de concluir los estudios encontró trabajo como delineante y cree que en gran parte se debe a la calidad de la formación que ha recibido en la 'Casa de los Picos' porque «te enseñan a buscarte la vida y no cosas que encuentras en Google». Asimismo, señala que aquellos estudiantes que no tengan inconveniente en salir del país tendrán muchas más oportunidades laborales porque «a pesar de ser un grado multidisciplinar se valora mucho más en el extranjero que en España». Para Sergio, fue «un placer estudiar en un centro con un ambiente tan bueno y familiar». Enfatiza la ventaja que supone con respecto a otras escuelas de arte el reducido número de alumnos por clase, en torno a 20 en este grado, porque «son como clases particulares, lo que permite una gran dedicación a cada alumno por parte de los docentes».
Aunque van a tratar de diseñar un horario que contribuya a que la rotación sea menor, insiste en que «no siempre es posible porque tan solo hay un aula de informática y todos los ciclos tienen alguna asignatura que requiere el uso ordenadores, así como las aulas equipadas para dibujo artístico o para talleres». De hecho, recalca que el centro tan solo cuenta con cinco clases para impartir las asignaturas teóricas, cuando son ocho grupos por la mañana y otros tantos por la tarde.
En cuanto a las ratios de alumnos apunta que se mantendrán en las mismas cifras que años anteriores porque «la Consejería de Educación así lo ha indicado». Además, recuerda que las titulaciones vinculadas a la rama artística son inestables y el número de estudiantes oscila mucho de un año a otro. Por ejemplo, el curso pasado hubo 260 alumnos y algunos años se han llegado a superar los 300. «En Bachillerato dependemos de la cantidad de población que haya de una edad determinada, pero este año las solicitudes han sido relativamente altas, algo más de 80, y todas se han resuelto favorablemente».
Para las Enseñanzas Artísticas Profesionales de Grado Superior (Ilustración) y de Grado Medio (Tapices y Alfombras, y Revestimientos Murales), así como el Grado en Diseño de Producto, que equivale a una enseñanza universitaria, la matricula este año se retrasó hasta julio. A partir del 1 de septiembre se abrirá un nuevo periodo de inscripción.
Dificultades
La docencia durante el confinamiento ha sido complicada porque «se han tenido que improvisar metodologías que no se contemplan en las enseñanzas artísticas, en las que la parte práctica es fundamental». Tampoco han podido realizar las prácticas en empresa o disfrutar de becas Erasmus, planes que quedan pospuestos para este curso 2020-2021, «si la situación sanitaria lo permite». A pesar de estos obstáculos, Albarrán afirma que los docentes «han hecho todos los esfuerzos necesarios para dar respuesta a las necesidades de los alumnos». Por otra parte, alaba el comportamiento de los estudiantes que, ante esta situación, «han sabido estar a la altura y han reaccionado con mucha responsabilidad y resignación».
«El curso se ha salvado gracias a los profesores»
Carolina Alcalá ha realizado este año el segundo curso del grado medio de Revestimientos Murales y tan solo le queda el proyecto para obtener la titulación. «El último trimestre ha sido raro, pero el curso se ha salvado gracias a los profesores, que se han implicado mucho y han sabido tenernos ocupados aportándonos nuevos conocimientos». Aunque la parte de taller han tenido que dejarla de lado durante el tercer trimestre a causa del estado de alarma, se ha suplido con formación más específica sobre técnicas y materiales que habitualmente no se abordaban por falta de tiempo.
Cinco años antes de comenzar este ciclo, Carolina obtuvo en esta escuela el título de Ilustración. «He vuelto porque el centro tiene algo que engancha y no esperaba que se pudiera aprender tantísimo en un grado medio». Algo que en parte atribuye a que «los profesores son un pozo de sabiduría y, además, nos dan libertad de creación sin poner ningún límite». Su proyecto será sobre el tradicional esgrafiado y, aunque tiene claro que respetará la metodología que rige desde hace siglos para esta técnica, quiere aportarle un toque contemporáneo. El proyecto tiene que realizarlo en la escuela, pero no cree que esto vaya a suponer un inconveniente: «Si somos seis en clase como el curso pasado, podremos respetar todas las medidas de seguridad, ya que contamos con cubículos para todos».
Este nuevo curso se plantean retos tan exigentes como la posibilidad de tener que retomar el sistema 'on-line'. El 1 de septiembre la misión del equipo docente será precisamente diseñar un sistema que permita adaptar los contenidos de sus ciclos al ámbito virtual por si la situación lo exige. «No sería nada fácil y tendría que hacerse con más teoría de la habitual y mucha creatividad», avanza.
Confía en que sus alumnos no se vean obligados a volver al confinamiento porque «hay formación práctica como el esgrafiado, el trabajo de tapices con telares o el diseño de prototipos, entre otras disciplinas, que es imposible realizar desde casa», lamenta. Por eso, en caso de que la situación sanitaria se complique cree que lo más adecuado sería la modalidad mixta, de modo que las materias teóricas se impartieran de forma virtual y los alumnos se desdoblaran para asistir a los talleres prácticos con mayor seguridad. En cualquier caso, defiende que la enseñanza presencial tiene que ser el principal objetivo porque beneficia a los alumnos tanto a nivel de contenidos como psicológico. «No es lo mismo estar en casa con un ordenador que con un experto en la materia y compañeros de los que también aprenden, en este tipo de ciclos el trabajo en grupo es muy enriquecedor». Esta opinión la comparten los propios alumnos, ya que «nos escriben y nos llaman para preguntarnos como va a ser el nuevo curso, están ilusionados con volver».
Con el fin de recuperar el tiempo perdido y de suplir las carencias que puedan existir por la ausencia de docencia presencial durante más de un trimestre, Albarrán adelanta que los primeros días abordarán las partes esenciales del curso previo. En cuanto a la empleabilidad, incide en que «todo el que se forma en este centro tiene que tener claro que no sale con un carné que le garantice el trabajo, pero es cierto que salen muy bien formados y con el impulso que necesitan para tener un buen portfolio y encontrar clientes», asevera.
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