Enmudece a los 72 años la dulzaina de Mariano San Romualdo 'Manín'

Enmudece su dulzaina, pero pervivirá su legado como maestro impulsor en la enseñanza de este instrumento típico. Manín defendió su vigencia y su acervo en las aulas, como profesor de la Escuela de Dulzaina de Segovia durante más de cuarenta años; y también ejerció esa labor sobre los escenarios más variados, incluso en el extranjero, formando parte de Los Silverios y continuando así con el linaje folklorista de una saga familiar que mantiene muy viva la llama de la tradición musical segoviana forjada a golpe de tambor y moldeada por el sonido de las dulzainas.

Mariano San Romualdo empezó a tocar con su padre a los 10 años. Su dulzaina era imprescindible en la comparsa de gigantes y cabezudos en las Ferias y Fiestas de San Juan y San Pedro, una cita simbólica que la familia mantiene tres cuartos de siglo después.

Cuando no tocaba, el fallecido ha dedicado sus últimos años también a ser una de las cabezas más visibles del movimiento vecinal de Segovia. En La Albuera lo saben bien, ya que fue el interlocutor con las instituciones a la hora de demandar las necesidades del barrio.

El velatorio se ha instalado en el tanatorio San Juan de la Cruz de la capital segoviana. Está previsto que este miércoles 25, a las cinco de las tarde, el cortejo fúnebre acompañe los restos mortales de Mariano San Romualdo hasta el crematorio Santa Teresa, donde serán incinerados. Antes, en el mismo tanatorio, tendrá lugar un acto de despedida en homenaje a 'Manín'.