Encuentran muerto a un interno abulense en la prisión de Perogordo
El recluso fue hallado este lunes a la hora de la comida en su celda del módulo de aislamiento
«Las personas internas no reciben los tratamientos adecuados por falta de personal y porque Instituciones Penitenciarias es una entidad abandonada», lamenta Moisés Aragón, funcionario, trabajador en el Centro Penitenciario de Perogordo, Segovia, y responsable de la Federación de Servicios Públicos de UGT de Segovia para la Administración General del Estado. La queja surge tras el fallecimiento de un interno el pasado lunes, que fue encontrado muerto, probablemente ahorcado según los indicios, en una de las celdas del módulo de aislamiento. El hallazgo se produjo a la hora de la comida y Aragón asistió al momento en que el médico certificaba la muerte del interno, natural de Ávila.
Este interno, que en opinión del responsable sindical corresponde a un perfil muy frecuente entre los presos de nacionalidad española, no tenía una vigilancia especial ni un protocolo de prevención de suicidios ni acompañamiento. Sin embargo, en su muerte podría haber influido «el déficit de psicólogos del centro de Perogordo y la falta de personal que aqueja a Instituciones Peniteciarias en general», comenta Aragón.
Explica el representante de UGT que en la prisión segoviana la plantilla de trabajadores tiene entre 40 y 50 personas menos de las necesarias, y a pesar de que ha descendido la población reclusa, de cerca de 500 internos a unos 400, la carencia de personal y de técnicos impiden «que los internos reciban los tratamientos adecuados».
Advierte que en la actualidad el Centro Penitenciario de Perogordo cuenta solo con dos psicólogos para valorar casos de internos con problemas, pues «una depresión puede pasar inadvertida, y más cuando falta personal para hacer un seguimiento». En muchos reclusos, además problemas psicológicos diversos, se dan las circunstancias añadidas de drogodependencias, pero «faltan técnicos para realizar la evaluación y los informes prescriptivos», apunta Aragón.
Destaca el responsable de UGT que es común en todas las prisiones españolas un déficit de personal, tanto de vigilancia como técnico, porque si bien se han realizado varias convocatorias para cubrir plazas «no llegan a cubrir el déficit generado durante los años de la crisis y los recortes», de modo que en opinión de los funcionarios y trabajadores de Instituciones Penitenciarias hay una sensación de «abandono».
Pone de relieve Aragón que hay otros datos para valorar la difícil situación de las plantilla, como la «elevada edad media de los funcionarios y trabajadores». En el centro de Perogordo, indica, tanto entre funcionarios como entre el personal de vigilancia, «la edad media supera ampliamente los 50 años y se acerca a los 60, una edad poco adecuada para trabajar con internos que son personas jóvenes, muchas de ellas drogodependientes y con problemas mentales».
Recuerda el responsable de UGT que en el caso de este interno abulense que ha fallecido «no había un seguimiento interno porque no era necesario en principio», aunque habría que valorar que quizá no fue valorado por la carencia de personal técnico. Por eso, añade, «es un caso triste más de los que ocurren en las prisiones españolas».
Protesta en la Plaza Mayor
Otra consecuencia de la actividad diaria en la prisión de Segovia y en todas las demás españolas son las agresiones a funcionarios, que se producen en muchos casos por la falta de personal que denuncian los sindicatos. Este martes, con motivo de la visita del presidente del Gobierno a Segovia, representantes de los trabajadores de la cárcel de Perogordo han acudido a la Plaza Mayor para manifestarse ante Pedro Sánchez, aunque la Policía no les ha dejado acercarse demasiado.
Los motivos de su protesta han podido leerse en los carteles que han mostrado: «Prisiones sin agresiones», «Mejoras retributivas para los trabajadores penitenciarios». Otras se refieren al reconocimiento como agentes de la autoridad, la reclasificación de categorías, y todas, según indican los representantes sindicales, a la necesaria mejora de las condiciones de trabajo.