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Conjunto de pinos. Antonio Tanarro
Un empresario gallego transportaba a una empresa de Segovia madera de pino infectada

Un empresario gallego transportaba a una empresa de Segovia madera de pino infectada

La Guardia Civil ha detenido al industrial de Orense, que falsificaba los albaranes para dar salida a los pinos extraídos de una zona marcada en Pontevedra por la contaminación

El Norte

Valladolid

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Martes, 13 de agosto 2019, 14:35

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La Guardia Civil ha desarticulado una organización criminal supuestamente liderada por un empresario mayorista del sector de la madera en la provincia de Orense que comercializaba ilegalmente madera de pino que adquiría en zonas infectadas por el nematodo de este árbol en el sur de la provincia de Pontevedra. El arrestado vendía esta mercancía en otras provincias, entre ellas Segovia, que estaban libres de esta infección fitosanitaria.

La primera fase de la denominada 'Operación Bursátil' ha concluido con la detención del principal responsable de la trama y la investigación de otras catorce personas, a las que se les acusa, entre otros, de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, ha informado el Instituto Armado. Ninguna de ellas es de la provincia segoviana, confirman fuentes de la Comandancia Provincial de la Guardia Civil.

Las investigaciones que se han llevado por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) dentro del marco de la operación desvelan que en agosto del año pasado las pesquisas fructificaron en un dispositivo de vigilancia discreta en la zona donde se extraía la madera de pino en la provincia pontevedresa. El control sirvió para comprobar cómo un vehículo articulado compuesto por tracto-camión y semirremolque, efectuaba el transporte de un cargamento de pinos, procedentes del área vigilada, con destino a una empresa procesadora de Segovia.

Un año de pesquisas

El inicio del hilo de la investigación, según informa Europa Press, surge a principios del verano pasado cuando la sección del Seprona de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra tuvo conocimiento de que una empresa dedicada al comercio mayorista de madera «estaba comprando gran cantidad de madera de pino» en un área forestal de la provincia de Pontevedra, han relatado fuentes de la Benemérita en una zona forestal que tenía restringida su comercialización «al tratarse de espacios infectados por el organismo larva del vector ('Monochamus gallo provincialis') propagador del nematodo del pino, que provoca graves daños en esta especie vegetal».

Con el objetivo de evitar la propagación de esta enfermedad, la administración, en función de a la existencia de los positivos detectados de la especie invasora en el territorio gallego, creó una zona profiláctica de contención del citado organismo constituyendo un entorno demarcado de veinte kilómetros, paralelos a la frontera portuguesa, «ya que este país es el foco de origen de la infección», han aclarado las mismas fuentes.

El Cuerpo añade que la salida de madera de esta zona a cualquier lugar del territorio nacional está prohibida, salvo control oficial y, en cualquier caso, siempre que el producto se someta a determinadas condiciones de transporte y conservación.

El responsable del transporte resultó ser un empresario mayorista del sector maderero ubicado en la provincia de Ourense, al que se le atribuye la presunta responsabilidad de la extracción y comercialización de toda la madera de pino en rollo que salía ilegalmente del municipio pontevedrés de As Neves con destino a varias empresas ubicadas en distintas provincias y comunidades autónomas. Además del destino segoviano, la Guardia Civil apunta que también se portaba a Burgos, Cantabria, Asturias y Navarra.

Burlaba los controles

El empresario de Ourense que gestionaba la extracción y transporte de la madera tenía autorizaciones para cortar y transportar la madera dentro de la zona demarcada; y para eludir los posibles controles a los que se podía enfrentar, «diseñó un complejo entramado organizativo con diferentes escalas de participación que él mismo dirigía, auxiliado directamente por una empresa de transportes de la que también es administrador», destaca el Instituto Armado.

Aprovechando que tenía autorizaciones de corta en zonas no demarcadas, se sirvió de ellas para realizar los albaranes de expedición, «haciendo constar en ellos que la madera procedía de zonas no infectadas, pese a que era cortada y cargada en zona infectadas», ha concretado la Benemérita. Estos albaranes se los entregaban a los diversos transportistas que supuestamente eran conocedores de la falsedad que contenían.

La investigación continúa abierta para concretar la dimensión del entramado organizativo y, a la vez conocer, las «consecuencias lesivas por la posible contaminación que pudo provocar el tránsito de toda la madera infectada a su paso por las provincias hasta ahora no afectadas por esta enfermedad», concluyen las mismas fuentes.

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